el valor de los bienes urbanos será siempre un tema de arquitectos
Establecer el valor económico de un bien inmueble requiere de competencias técnicas que nuestra matrícula domina y que implican poner en juego conocimientos de derecho administrativo, urbanísticos, constructivos y de mercado que son propios de cada segmento particular en los que el bien se encuentra inmerso.
La identifico como un área de incumbencia profesional no suficientemente explotada, en un mercado altamente competitivo y que adolece de una mirada profesional independiente a la de los actores que participan en la operación comercial.
Ya desde la Resolución 133/87 el Ministerio de Educación estableció que la tasación de inmuebles forma parte de las competencias de nuestro título habilitante.
El resurgimiento de los créditos hipotecarios acontecido durante este año, como resultado de una política de financiamiento que apuesta a la baja de la inflación y a la disminución del riesgo bancario, ha provocado una importante actividad vinculada a la necesidad de establecer el valor de los inmuebles.
La demanda genuina de usuarios finales por unidades de vivienda, generada a partir de este fenómeno, tracciona los valores de los terrenos urbanos, que durante los últimos 14 años han mantenido o incrementado en muchos casos su valor en dólares.
El mercado inmobiliario urbano inicia así un nuevo ciclo, en especial en el segmento de la vivienda, tanto nueva como usada.
Es necesario emprender un intento de interpretar y explicar el mercado urbano de nuestras ciudades, mediante métodos que nos permitan formular juicios de valor sobre dicho mercado en la medida de lo posible. Resulta imprescindible, en ese marco, completar la formación de base de los profesionales sobre las técnicas de valuación de bienes inmuebles en un sentido amplio, poniendo énfasis en las perspectivas económicas y urbanas que influyen en la asignación de valor.
Frente a un escenario inmobiliario como el actual, articulado y complejo, vale la pena intentar proponer instrumentos de análisis y de valoración de las transformaciones territoriales en las que muchas veces convergen intereses públicos y privados al mismo tiempo, en las cuales la tasación adquiriere un rol como instrumento de gobierno del territorio que aporta en la toma de decisiones orientadas a la calidad del hábitat construido.
Luego de la creación de la carrera de Especialización en Tasación de Inmuebles y Valoración de Proyectos de la FADU, diversas instituciones públicas y privadas han desarrollado ofertas de formación dirigidas básicamente al análisis de los negocios inmobiliarios a partir de la aplicación de estudios financieros.
El espacio profesional de actuación se amplía, caracterizado por una experticia que exige capacidades de análisis al servicio de una planificación urbana actuada por proyectos, bajo lineamientos de sostenibilidad ambiental, económica y social.
Surgen cotidianamente preguntas en las cuales nuestra matrícula está obligada a adoptar una clara posición: ¿es conveniente alquilar, comprar o construir?... ¿Cuál es el valor que genera la aprobación de capacidad edificable adicional o el cambio de un uso?... ¿Los programas de recalificación urbana y puesta en valor generan externalidades?...
Estoy seguro que desde nuestra profesión estamos en condiciones de dar respuesta a cada uno de estos interrogantes.