El Valor del Cuidado y la Perspectiva Global en el Liderazgo
Giovanni Sissa (ACC, CPCC)
Consultor de Capital Humano | Coach Ejecutivo | Director Independiente
Imagina un líder exitoso que se siente orgulloso de sus logros. Durante años, ha trabajado incansablemente para escalar posiciones y alcanzar metas ambiciosas. Sin embargo, un día, mientras revisaba los informes de rendimiento, se da cuenta de que su equipo está desmotivado y desengañado. A pesar de haber alcanzado resultados financieros impresionantes, la cultura laboral ha sufrido. Este es un recordatorio poderoso de que lo que te trajo aquí no te llevará allí.
Es hora de reflexionar sobre la importancia del cuidado genuino por los demás y de adoptar una perspectiva que trascienda los intereses individuales. Estas cualidades son esenciales para un liderazgo efectivo.
Muchos líderes que ocupan posiciones en el C-Suite han llegado allí gracias a sus habilidades técnicas y estratégicas. Sin embargo, a menudo descuidan el valor de la sensibilidad hacia su equipo y la capacidad de ver más allá de su propia agenda. Cuando el conocimiento se utiliza sin un sentido de cuidado y un enfoque integral, se convierte en una herramienta de manipulación. Los líderes pueden priorizar sus objetivos, ignorando el impacto de sus decisiones en los demás. Esto genera un ambiente laboral negativo, donde los empleados se sienten desmotivados y desconectados.
La falta de consideración por el bienestar del equipo puede llevar a la arrogancia. Un líder que se enfoca únicamente en los resultados puede tomar decisiones imprudentes, ignorando las necesidades de quienes lo rodean. Esto no solo perjudica al líder, sino que también tiene repercusiones para la organización en su conjunto.
Por ejemplo, imagina un CEO que se obsesiona con el crecimiento de las ganancias y desestima el bienestar de sus empleados. Puede alcanzar resultados a corto plazo, pero a largo plazo, el descontento del equipo puede llevar a una alta rotación y a una cultura tóxica. Este líder, atrapado en su propia burbuja, no logra ver el impacto de sus acciones.
Además, la justicia sin un enfoque humano puede volverse severa. Los líderes que se centran en las reglas pueden perder de vista las circunstancias individuales que influyen en cada situación. Sin un enfoque compasivo, la justicia se convierte en un proceso punitivo, ignorando el contexto personal de aquellos involucrados.
La diplomacia sin consideración por el bienestar común puede resultar en hipocresía. Los líderes que actúan de manera interesada pueden sacrificar la colaboración en favor de sus propios intereses. Esto se traduce en relaciones basadas en tácticas manipuladoras, en lugar de en la confianza genuina.
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El éxito que ignora el cuidado por los demás se traduce en arrogancia. Un líder que solo busca resultados puede desestimar las opiniones de su equipo, sintiéndose superior. Esto limita la creatividad y desmotiva a los empleados, quienes pueden buscar nuevas oportunidades en otros lugares.
Finalmente, la verdad expresada sin compasión puede ser hiriente. Comunicar la verdad de manera brusca puede dañar a los demás y socavar la confianza. La comunicación se convierte en un arma, en lugar de un medio para construir entendimiento y colaboración.
Es fundamental que los líderes reconozcan la importancia de integrar el cuidado y una perspectiva integral en su estilo de liderazgo. Estas cualidades no solo mejoran el ambiente laboral, sino que también permiten tomar decisiones más informadas. Un liderazgo que valora el bienestar de las personas puede construir organizaciones resilientes, preparadas para enfrentar desafíos.
La invitación es clara: revalorizemos el cuidado por los demás y la perspectiva amplia como pilares del liderazgo. Recuerda que “tú eres genial; todo lo que necesitas es amor”. Como dice la famosa canción de los Beatles, el amor es la clave para un liderazgo efectivo y sostenible. ¿Estamos listos para repensar nuestro enfoque hacia el liderazgo?