El Verdadero Éxito: Del Profesional a la Persona
Tu vida es mucho más que tu profesión. Posiblemente eso ya lo sepas y lo tengas claro. Por eso, es necesario que no definas tu identidad por lo que haces, sino por lo que eres.
Cómo eres como persona? Cómo te manejas ante la adversidad? Cómo reaccionas genuinamente cuando un ser querido no hace lo que quieres que haga? Cómo reaccionas cuando te sientes negado y no escuchado por una persona cercana que, en teoría, quiere lo mejor para ti? Cómo manejas el desamor en tus relaciones íntimas? La manera en que manejamos estas preguntas define mucho la manera en que manejamos aspectos de nuestra vida profesional. No hay separación.
Muchas veces tendemos a compartimentalizar nuestra profesión con nuestra vida personal. Somos de una manera en el trabajo, pero cuando estamos con amigos o seres queridos somos de otra. Por qué?
Estamos programados a pensar que son dos cosas distintas. Las antiguas culturas laborales siguen estando muy presentes en los entornos profesionales donde actualmente nos desenvolvemos. Según la industria en la que estés, estos trazos son más marcados. Si estás trabajando para industrias más tradicionales, la división entre lo profesional y personal es mucho más evidente.
Esto no quiere decir que tenemos que revelar nuestra intimidad personal con nuestros colegas profesionales; no se trata de compartir intimidades en nuestro ambiente laboral. Todo lo que digo trata de que seamos personas, verdaderas personas en nuestros entornos laborales. Que seamos abiertos, amables y sinceros; que dejemos a un lado la basura política dentro de nuestras empresas y sepamos manejarnos con una honestidad acorde al ambiente donde nos desenvolvemos.
Por supuesto, en gran medida, esto es posible si los líderes de equipos, de empresas y, más aún, la cultura empresarial propicia estos ambientes. Pero siento que no debemos esperar que esto suceda afuera; no es necesario que suceda para que nosotros arranquemos por nuestra cuenta. Sí, está claro que la cultura corporativa es “cutthroat” en muchos aspectos, pero por eso saber manejarnos como verdaderas personas es clave para poder navegar esta idiosincrasia que existe.
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La cultura del cutthroat está basada en la mentalidad de escasez; vemos que hay ciertos puestos determinados para muchas más personas de las que hay posiciones. Pero es una mentalidad angosta y limitada, porque una persona abundante mentalmente solo quiere avanzar, y está claro de que sea allí o en otro lugar, el paso donde va a avanzar será el mejor para su carrera. Estoy convencido de que los profesionales abundantes y expansivos enfrentan las adversidades a través del camino del menor esfuerzo.
No hace falta convertirte en algo que no eres para lograr algo que deseas. El deseo sale de ti y es parte de lo que tú eres; por ende, vas a conseguirlo como eres, y en la medida en que sientas que vas cambiando, ese objetivo se moldea a tu cambio. La vida, incluso la vida profesional, es un resultado de tu manera de ser. El individuo es la máxima constante en cualquier contexto. Tu manera de ser determina tu vida.
Por eso, si tienes un objetivo, sigue tu visión, adáptate según creas conveniente, siempre escuchando tu brújula interna para que nunca te conviertas en algo que, por esencia, es ajeno a ti. He trabajado como asesor de muchas personas que se convirtieron en individuos despreciables para conseguir objetivos financieros. En sus propias palabras, “se perdieron en el camino”. Lograron su objetivo, sí, pero al costo de ansiedad, abandono, amistades superficiales, carencia de sustancia en sus vidas, salud mental, emocional y física. Hicieron de su vida un desastre por un objetivo. Gran parte del trabajo que realizamos juntos trata de reencontrar esa esencia que está enterrada debajo de capas muy gruesas de excusas, maneras de pensar disfuncionales, creencias arraigadas y un sinfín de traumas acumulados en el camino.
Un profesional abundante está atento a las puertas que se abren para su progreso. No solo eso, está consciente de las cualidades que debe pulir y actualizar para crecer. Una persona que es abundante ve oportunidades, opciones, posibilidades; está atenta a su entorno y contribuye a él. Los retos los ve como oportunidades de aprendizaje, las críticas como herramientas de crecimiento, y los mal llamados “fracasos” los ve como grandes oportunidades de crecimiento. Una persona abundante está clara de que las oportunidades nuevas dependen de las nuevas acciones que pueda cultivar y de que las acciones nuevas dependen de nuevas maneras de pensar.
El verdadero camino profesional se alinea con nuestra realidad personal y se siente empoderador; se siente bien, incluso en medio de las dificultades que se presenten. Hay una sensación de propósito y, sobre todo, hay emoción en el día a día. Básicamente, el camino profesional que resuena con nosotros como personas es aquel que se alinea a nuestra manera de ser en un momento de nuestras vidas y en el que, día a día, podemos aplicar nuestras virtudes naturales que hemos acumulado hasta el momento.