El verdadero motor de la capacitación docente en el entorno digital
Hoy en día, el docente que se resiste al cambio de modelo educativo dentro del marco del Edtech, me resulta difícil que pueda trasmitir a un alumnado, nativo digital, las competencias necesarias para enfrentarse a la sociedad actual. Ya tenemos sabido que la manera de aprender ha cambiado y, por ende, la forma de enseñar. Por eso autores como Tony Bates, en su libro Teaching in a Digital Age, exponen las necesidades y principios subyacentes de la necesidad de utilizar la tecnología.
Y es que la tecnología nos está permitiendo descubrir nuevas experiencias de aprendizaje. Al día de hoy, muy necesarias para promover la personalización del aprendizaje, descontextualizar el espacio donde aprender con recursos multimedia, trabajar de manera interconectada, colaborativamente y promover más la socialización. Y esto conlleva a repensar los contenidos curriculares, la forma de abordarlos con las nuevas metodologías pedagógicas, e incluso, cambiar el funcionamiento de las propias instituciones educativas ( y con ello todo el sector). Es decir, esto es evolucionar el ámbito de la educación hacia el futuro.
Obviamente, todos los docentes necesitan unas competencias digitales básicas, que en mi opinión ni son tantas, ni tan complejas como muchos quieren pintar. Esta puede ser la parte más fácil, lo más importante, no es aprender estas competencias, es saber cómo aplicarlas y que sean sostenibles en el contexto y en el tiempo. Es decir, adquirir la capacidad de transformar los contextos y de aprendizaje haciendo uso de la tecnología con el fin de potenciar, interconectar y personalizar el aprendizaje. Ese es el verdadero talón de Aquiles del profesorado para incorporarse al nuevo modelo educativo.
Pero desgraciadamente, para que esto funcione de forma eficiente, hay que apoyarlo con otras estrategias que escapan de la mano del propio docente, por ejemplo:
- Definir el marco pedagógico de competencias, entendido como las líneas de enseñanza digital del docente para asegurar una comprensión de las habilidades digitales en el contexto y en el punto de partida que se necesite. En esta línea, en noviembre de 2018, una de las instituciones más prestigiosas de la Capacitación docente del Gobierno Británico,The Education and Training Foundation (ETF), procedía a dar luz verde a un sistema de autoevaluación para realizar ese análisis y crear rutas de aprendizaje para cada docente, de forma personalizada .
- Retroalimentación continúa, es decir, aprendizaje continuo. Hoy en día, todos los profesionales, especialmente del ámbito digital, necesitamos un aprendizaje continuo y los docentes no son menos. No vale con hacer un curso y ya está, esto no funciona así. Pero hay que facilitar ese acceso, para ser más motivador, así como la forma de impartirlo aprovechando nuevos canales de capacitación, como por ejemplo el mobile learning. En ese sentido, existen proyectos muy interesantes, como Eliademy de CBTec de Finlandia, que es un nuevo sistema de gestión de aprendizaje colaborativo, donde muchos docentes están compartiendo experiencias y conocimiento de la incorporación de proyectos digitales en el aula. O en España con las Edupills de INTEF, donde se proyecta un micro aprendizaje en habilidades digitales incoporarndo el storytelling. Es decir, programas amables y motivadores dentro de esta necesidad.
- Ejercer un proyecto de Comunidad. De nada sirve la capacitación docente de habilidades de forma aislada sino hay una Comunidad sobre la que construir la práctica, mejorar o colaborar. Cuántas veces escucho en mis clases de capacitación docente: “me encantaría aplicarlo pero en mi centro es imposible”, especialmente en el ámbito público. Pero se puede y se está haciendo. Tenemos ejemplos claros, como es el caso del CEIPS Santo Domingo, un centro educativo público de Infantil, Primaria y Secundaria de Algete (Comunidad de Madrid). Donde en poco menos de cinco años se ha hecho realidad un proyecto basado en la excelencia educativa y la creatividad, donde se han incorporado propuestas de innovación pedagógica utilizando nuevos cauces de comunicación. No solo para docentes y alumnos, se ha hecho extensivo también a las familias. Todo ello, gracias a esa Comunidad gestionada por un buen equipo directivo, que con muy pocos recursos, han sabido incorporar un constante interés por la innovación pedagógica y la incorporación de la tecnología entre sus docentes. El impacto sobre el alumnado es abrumador.
- Crear un espacio LAB para experimentar previamente, para toma de decisiones efectivas y eficientes. Un LAB o HUB para mejorar el marco de las acciones formativas, investigar, innovar, testear, comprobar la experiencia de usuario y construir un escenario adecuado a las necesidades de las institución, y no al revés. Donde profesores y estudiantes tengan voz, trabajen en experiencias conjuntamente. Y sobre todo porque esto conlleva sostenibilidad, el compromiso por parte de toda la Comunidad. Además, podemos incluir servicios, como por ejemplo, incorporan los servicios para maximizar las inversiones, ingresos o subvenciones en el apoyo a la innovación y capacitación docente. Todo se construye de forma más eficiente pero sobre todo más efectiva. Es el caso, por ejemplo, del LAB Erasmus de Rotterdam, donde se pone al servicio de docentes, estudiantes y nuevas empresas.
Estos puntos, a mi entender básicos, son motivo de reflexión y punto de partida para garantizar una gestión de la capacitación docente adecuada. Es decir, para poder abordarla de forma responsable, que conlleve a sostenibilidad y un impacto positivo sobre el proceso de aprendizaje del alumnado actual.
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