Elefantas y Ardillas: Diversidad, ¿Cómo generamos mejores conversaciones en el equipo?
(Colaboraron y corrigieron este artículo, parte del equipo: Verónica Argañaraz, Lina Prato, @NataliaDavidovich, @Florencia Rossi @Martin Salías y @Thomas Wallet)
Un viaje en tren bajo la lluvia, fue lo que nos separaba de la oficina en la que nos encontramos con Florencia Casiraghi. Habíamos decidido con mi equipo ir a vivir una experiencia conjunta. Florencia aceptó facilitar el encuentro de la mano de su metodología a la que nombra: Apusama.
El lugar es acogedor, mesas de madera, un jardín al fondo y un montón de objetos para trabajar sobre algunas preguntas que nos hacíamos cómo equipo. Fuimos utilizando objetos para representar personas, situaciones, molestias, problemas, inspiraciones.
Ella transforma el diálogo en una danza visual. Escucha atentamente, escribe lo que percibe y presenta objetos que dan vida a nuestras conversaciones. Enfocando en lo que permanece sin ser dicho, nos guió a través de preguntas que resonaron en largos silencios, revelando lo invisible.
Mientras íbamos charlando profundamente, surgió una metáfora que nos develó algunos aspectos sutiles: en nuestro equipo hay personas que son más ardillas y otras que son más elefantas. ¿Te estarás preguntando qué significa ser ardilla y ser elefanta?
Características de Elefantas y Ardillas
Mencionamos aquí algunas de las características que hicieron sentido en esa conversación.
Elefantas:
Ardillas:
En nuestro equipo tenemos ejemplares de ambas especies, y por momentos también solemos cambiar de especie.
Tener estas referencias y metáforas nos ayudó a identificar el origen de fricciones diminutas, que muchas veces estaban escondidas bajo el foco en el resultado o en las acciones.
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Por ejemplo, pudimos entender -sobre todo las ardillas- que aunque tomemos una decisión, quizás necesitemos volver a charlar porque hubo un ”darse cuenta” más tarde, y así esa decisión nos incluye a todas, ardillas y elefantas. Esto significa que los acuerdos no están escritos en piedra y que pueden cambiar constantemente como cambia la vida misma.
Y ¿Qué dicen las ardillas y las elefantas al respecto?
Leamos cómo fue para una elefanta el darse cuenta del aporte que le trajo esta metáfora:
“Soy una elefanta, con pisadas que retumban. Las ardillas se mueven y hablan rápido (y finito!) a veces avanzan solas y también vuelven. En las conversaciones grupales suelo dejar que hablen las ardillas primero; ellas opinan, intercambian y llegan rápidamente a acciones o conclusiones. Yo las escucho y suelo hablar sobre el final, trayendo a veces aportes que requieren revisar algunas ideas que ya se plantearon. A veces, me pasa que no llego a opinar mucho durante la conversación, pero el tema me sigue ‘trabajando’ y más tarde me surge alguna claridad que no había aparecido en el grupo.
No me di cuenta de mi ser elefanta hasta que las ardillas se nombraron como tal, e hice conciente que yo no era así. Reconocí mi naturaleza en el reflejo que me devolvieron mis pares. Registrar que era un tema de diferencias de naturaleza me trajo calma, abrió mi mirada integrando algo que hasta ese momento me costaba, reconocí el valor que cada especie aporta a la construcción colectiva.
Para mí no es necesario correr como las ardillas, ellas saben que soy elefanta. ¡Aunque a veces también soy ardilla! porque las especies en nuestro equipo son fluidas. Y sabemos además, que hay varias otras especies que no están tan visibilizadas, y que cuando aparecen también hacen su aporte único”
Y ahora leamos a una ardilla:
“Como ardilla suelo tener una lista de pendientes y cosas por hacer, no se me pasan las tareitas propias ni del equipo. Necesito la convergencia más rápido, buscarla, empujarla, forzarla si hace falta y cuando tengo esa lista en mente me cuesta conectar con lo profundo. Como ardilla entre elefantas, aprendo con esfuerzo, que eso no siempre es posible y está bien, puedo vivir y esperar.
Entender a las elefantas me permite aceptar otros ritmos y estar en paz con ellos. Sin embargo necesito llegar a conclusiones intermedias, repasar y visualizar los avances y logros intermedios del equipo…
Vernos me trajo calma y claridad, me permite aceptarnos, a mi y a todas las personas que formamos el equipo, aceptando otros ritmos y estar en paz con ellos.”
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¿Te resuena esta metáfora? ¿Encontraste alguna otra similar que te ayude a identificar diferencias de este tipo?
¿Qué contrastes de estilos “no dichos” hay en tu equipo?
PD. ¿Te gustó este artículo? Fue un trabajo conjunto de ardillas y elefantas, empujado por una ardilla… obviamente! 😄
Enterprise Agile Coach y Facilitadora
7 meses"Reconocí mi naturaleza en el reflejo que me devolvieron mis pares" BRAVO 👏
Jefe de gestión de calidad y mejora continua en Mimo&Co
9 mesesMuy buena la metáfora María, creo que ambas son necesarias las unas para las otras y las dos para el equipo. Un beso