¿Elegir una carrera a los 18 años?
"Antes solo teníamos algunas opciones, mi hija. Estudiar para ser médico o psicólogo, convertirse en un maestro o estudiar contabilidad o convertirse en agrónomo". Así me cuenta mi madre mientras conversábamos sobre las carreras profesionales que han surgido recientemente. Sentada en el piso con mis piernas cruzadas, escuchándola atentamente, no pude evitar sentirme un poco celosa de aquellas limitaciones. Hoy en día, nos encontramos bombardeados de tantas posibilidades y carreras para elegir que, el proceso resulta más tortuoso de lo que es naturalmente.
Para algunos es fácil, pues nacen sabiendo su llamado y luchan por conseguirlo. Me resulta impresionante que alguien esté tan certero de su elección, que "le de para allá" sin explorar otras opciones.
Sin embargo, la mayoría de los jóvenes se encuentran confundidos, dudosos y con miedo de elegir algo que luego no tenga aplicación o, peor aún, que llegue a la realización que no es su pasión en la vida. Que deje influenciarse del concepto que tiene la sociedad de una "carrera exitosa" y quedar estancado en este círculo vicioso de presión, donde tenemos que saber YA y AHORA. Así, poder dedicar nuestra vida a una sola cosa, a eso solo y nada más. Diganme, ¿acaso el viento sopla en una sola dirección?
A los 18 años, creemos o al menos yo creía, que el simple hecho de tornarnos legalmente mayores, ya nos hacía dignos entes de la sociedad y pensaba que había alcanzado una gran victoria. ¡Ay, cuánta inocencia! Es precisamente a esa edad que las cosas empiezan a complicarse. La gente espera más de ti, las responsabilidades se intensifican y las decisiones tomadas son cruciales para el resto de nuestro existir. Aunque por un momento nos sentimos invencibles, en realidad, es solo escondiendo algo más profundo, ese susurrro que te dice: "la macaste". Pero, ¡HEY! ya puedes beber alcohol y manejar por las bellas calles de Santo Domingo.
En un país donde la educación vocacional es inexistente. Dónde, para el colmo, la famosa "prueba vocacional" la imparten en el último curso de bachillerato, casi a punto de graduarse, y dónde el resultado que se obtiene son cosas como: artista; cuando uno muy bien sabe que lo único que uno puede dibujar son un par de palitos y circulitos. Con esto no estoy echándole la culpa a nuestro sistema educativo, aunque todos sabemos que no es muy brillante, pero, me he dado cuenta que el que está dispuesto a aprender, aprende como sea y dónde sea, UASD o UNIBE.
Volviendo al tema de las carreras y tomar una decisión a los 18 añitos, eso hace que me duela la cabeza. Irónicamente, esta sobrecarga de alternativas hace que nuestra elección sea un poco más tediosa. Que la abundancia se ha convertido en nuestra perdición. En el 2019, me gradué de una Licenciatura en Negocios Internacionales y si me preguntan por qué me decidí por esa carrera, la respuesta más honesta que te puedo dar es la siguiente: se escucha bien elegante el nombre de la carrera y mucho más en inglés, International Business, vamos a estudiar eso... Si, lo sé, una decisión sin el mínimo esfuerzo de pensamiento. Estoy más que segura, que muchos han optado por esta corriente de pensamiento de selección, o por el mejor de todos: "esa carrera deja dinero". ¿Y mi pasión? ¿para cuando?
Cuando tengas el coraje de decirlo en voz alta: no me gusta la carrera que estudié o que estoy estudiando, no tengo el mínimo de interés de ejercerla. La detesto, quiero cambiarme. Si te despiertas un día y te das cuenta que lo que quieres es ser un modelo de PRADA o pianista profesional y tienes la suficiente valentía para lanzarte hacia ello. Entonces, querida juventud, es ahí donde encontrarás un escape y entenderás que está bien empezar de nuevo, equivocarse y explorar aquellos caminos poco convencionales antes de conformarse o tomar una decisión concreta. Que este mundo lleno de posibilidades, no tiene que resultar intimidante, sino emocionante. De poder embarcarte en la trayectoria que desees y tener el valor de salir cuando descubras que no hay lugar para ti.
Te tomará tiempo, como todo lo que vale la pena en la vida. No obstante, no importa si lo descubres en un año o cinco o, tal vez diez, sabrás que valió la pena.
No es de fracasados empezar otra vez, sólo los valientes lo pueden hacer.
-TRA
MBA in Nonprofit Leadership & Management |B.S. in International Business
4 añosMuy importante!