EMOCIONES vs LA RAZÓN: CORONAVIRUS

Si ya lo sabias voy a reforzar el concepto y si no lo sabias, lo vas a descubrir: las decisiones humanas llevan siempre un alto contenido emocional. Se dice que nuestras decisiones tienen un contenido emocional de 85%, aproximadamente. Estos tiempos que estamos viviendo nos pueden enseñar, entre tantas otras cosas, que el manejo adecuado de las emociones es relevante y uno de los elementos críticos para cruzar este umbral de tantas dificultades que se avecinan.

Sin querer dar una catedra de inteligencia emocional, debemos comprender que las emociones son la respuesta a los estímulos exteriores, que “disparan” o sustraen químicos en el organismo. También podemos categorizar las emociones en dos grupos fundamentales: las que te generan energía y son reparadoras y las que nos consumen las energías que acumulamos en los periodos de descanso reparador. Entre estas ultimas tenemos el enojo, la tristeza, la depresión, el rencor, la frustración y otras afines. Pero la emoción que más impacta nuestra actuación es el miedo. Para que me entiendas, después un enojo profundo terminas cansado y agotado. Es tal el impacto en nuestro ser que, estas emociones afectan hasta el sistema inmunológico.

Al “otro lado de la moneda” tenemos las emociones reparadoras, cuales generan energía nos hacen sentir bien. Empecemos por la alegría, el auto reconocimiento de las cosas que nos salen bien, la meditación que nos ayuda a encontrar caminos alternativos para solucionar las situaciones de vida, la oración que nos genera la esperanza en un futuro promisorio, el amor que nos conecta con los demás u con ese ser creador, y algunas más.

Ahora podemos explorar más profundamente el impacto de los dos grupos en nuestras decisiones: este ultimo grupo de emociones libera los LPF – lóbulos para frontales – para actuar equilibradamente entre la razón y la emoción. Contrariamente, las emociones “duras” inhiben las funciones lógicas, lo cual lleva a decisiones de más baja calidad. Y este comportamiento atañe a todos los seres humanos, lideres o liderados.

Aquí entramos al tema del coronavirus, que genera un miedo a perder la vida, llevando los seres humanos a decidir de forma protectora de su propia vida y de considerar la vida de los seres cercanos como relevante. Este miedo intenso, creado por el bombardeo constante y implacable de los medios de comunicación globalizados, que potencializan a que el miedo personal convierta en miedo comunitario. En este escenario, las decisiones serán siempre de calidad menor: el miedo ha inhibido la razón y lleva a decisiones que son perniciosas para toda la humanidad.

Veamos, los científicos ponderados nos han indicado que la gran mayoría de la población se va a infectar con este virus, pero que solamente un 10% de los afectados van a desarrollar un cuadro clínico que exigirá un tratamiento hospitalario y solamente un 2% genera una defunción. En este sentido, el confinamiento sólo retrasa el momento en que serás contaminado o gana tiempo para que se encuentre una solución alternativa, sea una medicina o vacuna.

Pero, si profundizamos un poquito más, podemos preguntarnos: ¿Qué debo hacer para estar en los 90% que pasaran esta pandemia con una afectación menor. Bueno, ahí la gran diferencia es de como tu sistema inmunológico se comportará frente a esta y otras enfermedades. Cuanto más miedo sentimos o generamos en los demás, nuestro sistema inmunológico es impactado negativamente, permitiendo que pasemos al rol de los 10% que serán altamente afectados.

Siguiendo en el tema, ¿cómo y que debemos hacer para fortalecer nuestra inmunidad con alimentación adecuada o con medicinas alternativas o con aplicar temporalmente las practicas para preparar y fortalecer nuestro organismo para enfrentar “este bicho malévolo”.

Guiados por nuestros líderes, y por nosotros mismos, estamos alimentando nuestro miedo de forma irresponsable, no platicamos sobre como fortalecer el cuerpo para enfrentarse a esta amenaza, más bien, nos escondemos con la intensión de que el mal pase de largo y nos deje en paz.

Algunos países han pasado y siguen pasando, con poco impacto por este torbellino. Si nos y les preguntáramos el porqué, como algunos lo habrán hecho, descubriremos que los hábitos alimentarios y la práctica de meditación y oración, proporcionan un equilibrio en el ser humano que favorece las defensas inmunitarias. Esto, combinado con los cuidados especiales para evitar la transmisión de la enfermedad, sería una solución más adecuada, menos generadora de miedo, con un fondo racional elevado, y una administración de las emociones, equilibrando la calidad de vida que tendremos en estos y otros momentos difíciles para la humanidad.

Reflexiona y, aun siguiendo los indicativos que reducen la propagación acelerada del coronavirus, crea una fortaleza en tu cuerpo que permitirá que estés entre los 90% que pasaran por esta experiencia calmadamente y sin mayores consecuencias. Haz oración intensa, medita sobre tus acciones, considera los caminos más seguros y contraataca el miedo generalizado que te lleva a disminuir tus defensas. 

PEDRO HUERTA DE LA TORRE

MENA & ASIA EXPORT MANAGER SANFER ANIMAL HEALTH

4 años

Excelente artículo y coincido totalmente, lo re-transmito

Roseli Zefrid

English Private Teacher

4 años

Enhorabuena, Licinio! Me gustó muchísimo este artículo. De acuerdo ! Grande abraço!

Bruno Correa López

Dirección Técnica y de Proyectos de Inversión; Ingenieria de Costos y Proyectos ejecutivos.

4 años

Un saludo mi estimado!

Faustino Limón Ruiz

ASESOR DE VENTAS DE ARTICULOS PROMOCIONALES

4 años

Excelente, saludos estimado compadre

Tomás Hernández Fuentes

38 años de experiencia profesional en productos de consumo, visión estratégica y enfoque a resultados, experto en procesos de negocios, integración de equipos de trabajo y en una comunicación abierta y sencilla

4 años

Licinio, te envío un cordial saludo, un articulo excelente y muy adecuado para esta época de retos. Espero estés muy bien.  ANIMO.

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