¿Empiezas a dar formaciones y crees que puedes mejorar? Te cuento mis claves
Claves para una buena formación
La formación es una de las partes más importantes para un docente, ya que de ella derivan muchos aprendizajes que se pueden implementar en el aula. Pero en este caso, nos vamos a fijar en el formador y cómo debe preparar una buena formación para que sus oyentes terminen con la sensación de haber aprovechado ese tiempo, ya que no hay nada más desagradable que perderlo, sobre todo si escasea.
Antes de comenzar, remarcar que estas claves no son la biblia de un formador, son producto de la experiencia personal y que, por lo tanto, te invito a comentar otros puntos clave que veas necesarios para realizar una buena formación.
Estas claves no están ordenadas de mayor a menos importancia, todas ellas conforman un conjunto de ideas que debemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestra formación.
Prepara el tema
Lo crucial en una formación es que los asistentes aprendan aquello a lo que han venido, si al terminar la formación salen con los hombros encogidos algo hemos hecho mal. Así que prepara bien el contenido que vas a presentar, no te quedes solo en la superficie, arrasca un poco más y que los asistentes vean que manejas el tema que estás tratando.
Para esta finalidad, busca datos curiosos, funciones extra que les puedan ser de gran ayuda o añade experiencias personales en el uso de aquello que estás enseñando.
El proceso de búsqueda de la información es muy variado y no cuentes solo con aquello que ya sabes, internet es inmenso y un gran banco de conocimiento, por lo que no tengas miedo hacer una búsqueda intensiva en tu buscador de confianza para ofrecer la mejor formación.
¡Pero no te pases! A nadie le gustan los pedantes y sabelotodo que fardan de conocimiento, buscar el punto justo, que a veces es complicado, sobre todo cuando hablas de temas muy técnicos, pero esa es tu labor como formador.
Conoce a tu público
Todos estaremos de acuerdo en que no es lo mismo hablar a un grupo de estudiantes que a unos profesores que a un grupo directivo. Por lo tanto, es importante conocer el tipo de público al que vamos a hablar y, sobre todo, el público que nos interesa que nos escuche, ya que muchas veces no tenemos el control de la gente que va a venir a nuestra ponencia.
Si tu misión es hablar con un público en específico, lo primero que tienes que hacer es conocerlo en profundidad, saber qué les interesa, para qué han venido y cómo van a aplicar aquello que aprendan de nosotros.
Por otro lado, si el público es más genérico, no intentes complacer a todos, te puede salir el tipo por la culata. Céntrate en aquellos que quieren escucharte, que cómo, pues seguramente tu discurso tenga una finalidad, ya sea vender, enseñar o generar un debate, pues céntrate en ese objetivo y preocúpate de que tu mensaje llegue correctamente a esas personas.
Si tienes la oportunidad, quédate después de la formación y habla con alguna de las personas que han asistido para conocer sus preocupaciones más allá de aquello que has contado y conocer mejor a tu público.
No aburras a las moscas
Para no aburrir al personal, una de las primeras cosas que debemos hacer es llamar su atención y para esto, no hay nada escrito, bueno en verdad sí, pero si intentar poner en práctica todo, te recomiendo que aparezcas vestido de Kiss, con una buena canción de AC/DC de fondo, nunca falla.
Ahora en serio, llamar la atención del público en formaciones largas, por ejemplo, de 3 horas, es complicado, pero debemos tener nuestros pequeños recursos que nos permitan distraer un poco a los asistentes para que vuelvan a conectar con lo que estamos contando. Por este motivo, aquí voy a poner dos ejemplos, para formaciones más cortas, de hasta 1 hora y formaciones más largar, a partir de 1 hora.
Para las formaciones más cortas, los recursos se apoyan en nuestra capacidad de atraer la atención de los asistentes, modula tu voz, cuenta experiencias personales que tengas relación con tu tema o usa recursos que atraigan su atención durante un corto periodo de tiempo. En estas formaciones, no te interesa desviar mucho el tema principal, así que mide bien los medios que vas a usar para complementar aquello que estás contando.
Para las formaciones más largas, siempre que podamos, debemos hacer partícipes a los asistentes y no esperes a llevar una hora hablando, si desde el principio son parte de la formación estarás más atentos. Genera momentos de descanso intelectual, que les permitan desconectar un poco, demasiada información satura y vemos caras con pantallazos azules. Para este fin podemos usar vídeos, encuestas, juegos de participación, pequeñas charlas… conociendo tu tema seguro que puedes generar estos momentos con facilidad.
Organiza el contenido
La formación como si de una obra literaria se tratara, debemos dividirla en introducción, nudo y desenlace. De esta forma causaremos una impresión satisfactoria en nuestro público ya que da la sensación de estar todo unido y que no quedan cabos sueltos.
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La parte de introducción y nudo, son las más sencillas, al menos personalmente, ya que se trata de presentar adecuadamente el contenido y explicarlo con claridad. Pero qué pasa con el desenlace, es el gran olvidado y que hace que una formación llegue a otro nivel.
No nos solemos preocupar mucho por terminar de una forma adecuada la formación y acabamos con un ¡gracias por venir! ¡hasta la vista! pero es importante practicar esta conclusión final para que nuestros asistentes terminen con un buen sabor de boca, el postre hace recordar una buena comida.
Finaliza con un pequeño resumen, focaliza en los aspectos más importantes de tu presentación o volver a conectar con la introducción son recursos que te pueden ayudar a terminar una buena formación.
Conoce tus límites
En algunas ocasiones, los asistentes nos pueden plantear dudas que no sabemos responder, ¿y qué hacemos? ¡Pues mentimos!
No, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, o eso dicen.
Si conoces tus limitaciones y estás seguro de lo que estás exponiendo no tengas reparo en comentar que eso no lo sabes y si tienes otra ocasión en la que volver a ver a los participantes les buscarás las respuestas a sus dudas.
También puedes jugar la baza de que otro asistente pueda resolver esas dudas, pero es una situación con la que algunos formadores no se sienten cómodos, de nuevo, si estás seguro de tu trabajo no te debería importar.
Otro de los elementos que nos podemos encontrar, es aquel que maneja nuestro tema e intenta “boicotear” la formación, ya sea de buena o mala fe, buscando preguntas o afirmaciones que nos puedan poner en un compromiso. Mi truco contra esto es darle su momento de gloria, sé que suena mal decirlo así, pero es cierto. Estas situaciones son más difíciles de controlar, porque nos pueden llevar a un pozo sin fondo, pero debemos solventarlo como podamos y para ello, suelo dejar que esa persona me ayude o enseñe aquello que yo no sé. Recordemos que estamos hablando de una formación no de una exposición oral en la que solo habla en presentador.
Tu postura
Eso de moverse por toda la sala como si fuera un patio de recreo, no es productivo, distrae a los participantes y acaban ignorándonos. Tampoco funciona el formato estatua griega donde solo movemos los labios.
Encuentra un punto intermedio, muévete cuando sea necesario evitando el típico meneíto de vaivén. No tengas miedo a gesticular, sobre todo cuando quieras remarcar algo, tus movimientos también transmiten mucha información a los asistentes, así que trabaja y céntrate en ellos para controlarlos, con el tiempo te saldrá natural.
Medios de comunicación
No es lo mismo una formación presencial que una formación online y eso es un hecho.
Las formaciones presenciales siempre son más personales, no tenemos una pantalla que nos separa y eso ayuda a transmitir el mensa, también es cierto que el formato online tiene sus ventajas como que no nos tenemos que desplazar hasta el lugar.
Sabiendo el formato de nuestra formación debemos adaptar los contenidos y los recursos que vamos a utilizar para presentar los contenidos. Si la formación es online, conocer las limitaciones de la plataforma que estamos usando para impartirla también es importante para saber hasta qué punto podemos innovar.
Para la formación presencial, ten en cuenta que los recursos sean un buen soporte de información, pero que no sean excesivos ni predominen durante la sesión. Si por otro lado, la formación es online, el contenido que vamos a enseñar sí que cobra una mayor importancia, ya que en muchas ocasiones van a ver más eso que les queremos enseñar que nuestra propia cara, así que trabaja en hacer una presentación del tema lo más atractiva posible. Otra recomendación es usar tu cámara web, como hemos visto en el punto anterior nuestros gestos son importantes y al tener una pantalla de por medio, aún más para poder conectar con nuestra audiencia
Y como he dicho antes hacer una buena conclusión es importante, así que vamos allá.
Todas estas son algunas de las claves que yo tengo en cuenta a la hora de preparar una formación, pero ahora que has llegado hasta aquí, me gustaría conocer tu opinión. Comenta qué te parecen y si añadirías algo más, el resto de participantes agradecerán mucho tu aportación.
¡Gracias por venir!¡hasta la próxima!
Profesora de Educación Secundaria Fundadora de HeziLab Studio
2 años¡Quedan apuntadas! Las pondremos en práctica.