Emprender; conseguir ver más allá, o vivir en el intento.

En los cambiantes tiempos que nos toca vivir, cualquier precepto sobre el mercado laboral o el desarrollo de una carrera profesional que pudiéramos tener, ha quedado obsoleto, inservible. Y se hace ciertamente difícil elaborar nuevos conceptos que no se marchiten fugazmente, así que estamos abocados a contemplar permanentemente el precipicio de la inestabilidad bien de cerca.

Prepárate para reinventarte casi a diario, aprende de los sitios donde estés y la gente que te rodee, y entrega lo que puedas aportar, sabiendo que será difícil (y poco conveniente, según lo veo yo), que estés la mayor parte de tu vida laborar en una misma compañía. Y si te planteas emprender, porque crees en tí o en una buena idea, debes de saber antes de nada, que es emprender.

¿Qué es emprender? Bien, básicamente, emprender es asimilar la incertidumbre como tu parte de tu estado basal. Respiro, como, duermo, y contemplo la incertidumbre, a la cara, y no huyo, la enfrento.

Gestionar el miedo y la incertidumbre, y ser capaz de tomar las decisiones sin tener a nadie a quien culpar si salen mal, sin más apoyo que la confianza en uno mismo y en el propio saber hacer. Por lo que un emprendedor, está obligado a desarrollar una gran capacidad de resiliencia, y está condenado a perdonarse a sí mismo.

Ser emprendedor también es mirar permanentemente hacia delante, primero porque has de construir tu mismo el camino hacia donde quieres llegar, cosa harto dificil, y segundo porque el pasado no se puede cambiar, de nada sirve pararse a lamentarse o felicitarse por cosas que ya pasaron. Nada te sirve si no te ayuda a ver más allá, más allá de donde ven los demás. Y si nunca lo llegas a conseguir, al menos disfruta viviendo en el intento.