Emprender dentro de la empresa: El rol del intraemprendedor.
Uno de los problemas actuales a los que se enfrentan las empresas es la fuga de talento. Muchos directivos preparados acaban abandonando puestos bien remunerados para buscar su proyecto empresarial. La mayor parte de ellos en la entrevista de salida destacan la rutina, la sensación de no aportar o de sentirse limitados como cusa de la decisión tomada.
Estas personas con talento y poco amigas de la rutina, pueden llegar a sentirse desmotivadas en la empresa tradicional porque no se les permite crecer o desarrollar sus proyectos y creatividad. Este talento, bien canalizado, puede suponer muchas ventajas no tanto para el directivo o trabajador como para la empresa. Sin embargo, si la persona no se siente motivada, puede acabar “saltando” hacia otros puestos de trabajo, lo que supondrá una gran pérdida de capital humano para la compañía.
El mercado es cambiante y los márgenes muy ajustados, lo que crea en las empresas la necesidad de nuevos nichos, de nuevos proyectos, en definitiva, si quieren sobrevivir tienen la necesidad de reinventarse incluyendo la innovación como un valor crítico para ello. Es en este punto donde cada vez hablamos más de una figura especial en las organizaciones: el intraemprendedor, que suma y aporta nuevas ideas que permitan que se siga mejorando y adecuando el producto o servicio a las necesidades reales de quienes lo consumen, desde el compromiso de la compañía en que realiza su trabajo.
Lo realmente interesante de esta figura es que aúna el compromiso con la compañía para la que trabaja con las características del emprendedor, lo que resulta indispensable hoy en día en cualquier negocio que quiera seguir obteniendo resultados en el futuro.
Las empresas no pueden dejar pasar esta oportunidad, se juegan demasiado con ello, y han de incentivar este tipo de emprendimiento interno ya que supondrá trabajadores más motivados, proactivos y comprometidos, lo que tendrá como consecuencia una mejora del clima laboral, de la productividad y de los resultados obtenidos.
Existen diferentes formas de potenciar el intraemprendimiento. Sin duda, es esencial generar una cultura empresarial donde no se “castiguen” los posibles errores, se reconozca el trabajo realizado por los miembros de la organización, se ofrezca un clima que fomente la innovación, y se esté dispuesto a escuchar críticas, dedicando esfuerzos a que esto funcione y establecer sistemas que realmente permitan intraemprender en nuestra compañía.
Muchas empresas están empezando a darse cuenta de la importancia de fomentar este tipo de perfiles entre sus empleados ya que, lejos de pensar que significa un intrusismo en la toma de decisiones estratégicas, se dan cuenta de que es un paso necesario y fundamental para la mejora de procesos y el mantenimiento o crecimiento de su negocio.
Estas preguntas en una cultura muy conservadora en las relaciones laborales con la empresa como la española deberían tener más cabida, pero es una cuestión de supervivencia. ¿Somos las empresas conscientes de la importancia de seguir emprendiendo y de implicar a los trabajadores en el proceso?
Sin duda más allá del entorno organizativo, la fuerza debemos buscarla en nosotros mismos: ¿Estás preparado para emprender?, ¿has pensado hacerlo dentro de tu propia empresa?
Como reflexión final citaría la frase de Thomas Edison “Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito