Emprender es un hobby para personas con dinero
N°41 - Emprendimiento y Modelos de Negocio
Honestamente, ¿cuántos de nosotros podemos darnos el lujo de fracasar con un emprendimiento y decir que fue una lección aprendida, que es parte del proceso y que lo mejor vendrá en el siguiente negocio?
Hace unos días leí un post en el cual una persona decía, palabras más palabras menos, que si no tienes dinero no deberías emprender.
Pero no se refería a tener dinero para iniciar un emprendimiento, ese es el menor de los problemas, en realidad se refería a que debes tener estabilidad financiera para hacerlo.
Emprender no se trata únicamente de poner un capital para arrancar tu proyecto, se trata, sobre todo, de aguantar meses e incluso años, hasta que tu emprendimiento te da el suficiente dinero para vivir, recuperar la inversión y obtener utilidades.
La evidencia nos podría demostrar muy fácilmente que esto no es cierto; existen miles, y con seguridad, millones de emprendedores en todo el planeta que han iniciado un emprendimiento con las uñas y con mucho esfuerzo han construido un negocio que les permite sostener sus familias, pagar las facturas y tal vez, disfrutar de un momento de esparcimiento de vez en cuando.
Pero así mismo, por cada historia de éxito hay cientos o miles de veces más historias de emprendedores que han fracasado, lo han perdido todo y no se han podido recuperar del golpe financiero y emocional que supone quebrar un negocio.
Honestamente, ¿cuántos de nosotros podemos darnos el lujo de fracasar con un emprendimiento y decir que fue una lección aprendida, que es parte del proceso y que lo mejor vendrá en el siguiente negocio?
No muchas personas se pueden dar la oportunidad de intentarlo de nuevo después de un fracaso. Solo aquellas que cuentan con la capacidad financiera para asumir el riesgo.
¿Y cómo se consigue ese respaldo?
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La mayoría de los emprendimientos son emprendimientos por necesidad y no por oportunidad, eso quiere decir que emprendemos porque nos toca, porque nos quedamos sin trabajo o porque no tenemos nada mejor que hacer.
Este tipo de negocios terminan siendo una forma de autoempleo, una romántica manera de obtener unos ingresos mínimos para sobrevivir. La pregunta que nos debemos hacer no es cuántas personas logran autoemplearse gracias a un emprendimiento sino, ¿cuántos de ellos generan riqueza?
Un emprendimiento sostenible no solamente debería generarnos un ingreso mínimo para subsistir y pagar las facturas, debería además generar empleo, pagar impuestos, dar utilidades para reinvertir en el crecimiento de la empresa y ojalá, hacer algo bueno para la sociedad.
Así como necesitas darle tiempo a un árbol para que crezca y de frutos, a un emprendimiento tienes que darle tiempo para que se desarrolle su modelo de negocio y genere el valor que se espera. Sin embargo, cuando desde el día uno tu negocio tiene que ayudarte a llenar la alacena es poco probable que logres esto.
Soy emprendedor y contra mi propia naturaleza debo decir sí, quien escribió aquel post que les conté al principio tiene razón: Emprender es un gusto caro y no se paga únicamente en efectivo, se paga dejando pasar otras oportunidades profesionales, dándose golpes al ego continuamente y sacrificando de muchas maneras la vida a nivel personal.
Ser emprendedor es parte de nuestro espíritu y a pesar de que las estadísticas, el contexto y nuestra historia personal jueguen en nuestra contra, no perdemos la esperanza de poder demostrar que hay privilegios que no deberían estar reservados para unos pocos.
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