En dos siglos se hablará de ello.
Está claro, al igual que nos llama la atención lo relacionado con la fiebre del oro, aquellas personas que depositaban su ilusión, energía, ambición y en definitiva su vida para cambiar su propia estrella. Hablamos del siglo XIX, ¿es hace mucho tiempo?, ¡es imposible que se replique en la actualidad! ¿si? No pongamos fechas:
- Insatisfacción social.
- Mejoras en redes de trasporte y comunicación, ayudan a extender noticias y rumores.
- Gobiernos dispares, mejores condiciones que favorecen la migración tanto de personas como de empresas.
- Novedad, falta de reglamentación.
- Búsqueda de alternativas descentralizadas sobre instituciones, poderes legislativo, ejecutivo o judicial cada vez más entrometidos.
Bien, los primeros mineros se llamaban “forty-niners” por su llegada a California en 1848, provocando el pistoletazo de salida a un sistema económico del que no hemos salido y al que nos sumergiremos aún más.
Volvamos a 2020, cambiemos minar oro por minar criptomonedas, cambiemos la certificación a través instituciones por Blockchain. No te puede resultar desconocido, lleva mas de diez años avisando que viene…
Blockchain, certificar cualquier acuerdo, ya sea intercambio de dinero, comprar un inmueble, propiedad intelectual (música, libros, fotografía…), sellos de calidad, verificaciones técnicas y de servicios, votación inmutable, condiciones de seguros, etc. Mediante la creación de una larga cadena de bloques o nodos compuestos por ecuaciones matemáticas complejas.
Mineros, resuelven las ecuaciones matemáticas que componen los bloques (Smart contracts) que se han generado, para ello necesitan un ordenador y estar en una “pool” con otros mineros (actualmente las ecuaciones son tan complejas que no es posible resolver por un ordenador único, ni con un ordenador ASIC), cuando logran crear un bloque se les recompensa con una moneda (Bitcoin, Ethereum, Dash…) que cotiza en un mercado de valores en la que se puede participar.
¿Seguimos viendo diferencias respecto a 1848?.