¿En qué momento Latam dejó de priorizar la privacidad y por qué tenemos que proteger nuestros datos sensibles?

¿En qué momento Latam dejó de priorizar la privacidad y por qué tenemos que proteger nuestros datos sensibles?

La digitalización en América Latina avanza rápidamente, pero la privacidad no siempre ha seguido el mismo ritmo de importancia en la región. Sin embargo, en un mundo donde cada clic deja un rastro y donde los datos sensibles pueden definir nuestra seguridad e identidad, cabe preguntar: ¿cómo llegamos a subestimar nuestra privacidad, y qué impacto tiene esta falta de protección?

Primero hay que entender que los datos sensibles van más allá de la información básica como nombres o direcciones. Incluyen información personal identificable (PII), como números de identificación, información financiera (PCI) que podría exponer nuestras transacciones bancarias, y datos de salud (PHI) que reflejan nuestro historial médico. Estos datos tienen un alto valor para los delincuentes informáticos, ya que, en las manos equivocadas, pueden ser explotados para cometer fraudes, extorsiones, o venderse en mercados clandestinos. En resumen, los datos sensibles son aquellos que podrían dañar nuestra vida personal y profesional si caen en manos equivocadas.

Un ejemplo reciente es el de una empresa que experimentó un grave robo de datos sensibles de sus clientes por no contar con medidas de seguridad adecuadas (cómo por ejemplo, una bóveda de privacidad que encripta está información). El incidente no solo afectó a sus usuarios, sino que el costo de la brecha también fue enorme: según el informe anual de IBM sobre el costo de los ciberataques, una violación de datos puede costar a una empresa más de 4 millones de dólares, y en algunos sectores específicos, como el de la salud, los costos pueden ser incluso mayores. Estos gastos incluyen la pérdida de confianza de los usuarios, posibles demandas y multas regulatorias. La lección es clara: no proteger los datos sensibles hoy podría traducirse en enormes pérdidas económicas y de reputación en el futuro.

Para América Latina, quizás los entes reguladores no han sido tan drasticos como en otras regiones, pero no hay que olvidarnos que la protección de datos no solo es una cuestión de seguridad sino de desarrollo económico y social. Implementar medidas para proteger la información sensible beneficia no solo a las empresas sino principalmente a los usuarios, aumentando la confianza en el entorno digital. Afortunadamente, existen soluciones asequibles y adaptables que permiten mejorar la seguridad de los datos sin necesidad de reinventar la rueda. La clave está en tomar conciencia de la importancia de estos datos y en adoptar soluciones de seguridad accesibles para protegerlos.

¿Cómo crees que podemos generar este cambio en nuestra región y avanzar hacia una cultura de protección de datos más sólida y consciente?

Eduardo Sessarego Tabja

Profesional Experto en Ventas B2B | Experto en estrategias Go to Market | Generador de Negocios y Relaciones a Largo plazo | Fanático de la tecnología | Siempre apoyando la innovacion y crecimiento en las organizaciones

1 mes

Definitivamente tiene que dar un cambio sustancial y empezar a alinearse a las normas internacionales ya dadas. Latinoamérica es el parque de diversiones de los hackers lamentablemente

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