¡Encantado de conocerme!

Estoy leyendo un libro que me enganchó por su título, “Encantado de conocerme” y me hizo reflexionar cuánto de nosotros mismos conocemos. Por mi trabajo he visto muchos casos de personas de alto potencial derrumbarse al no conocerse lo suficiente y saber de lo que son capaces y de lo que no lo son.

Saber de qué soy capaz es mi capital de éxito, es lo que conozco que sé hacer, puedo hacer y quiero hacer. Pero también saber en qué no soy tan bueno es un elemento de éxito, porque entonces buscaré compensar ello con personas que sí sean expertas y complementar el equipo y mi propio trabajo.

Hace muchos años, tuve la suerte que quien fuera mi mentor en Recursos Humanos compartiera una gran frase conmigo, “no hay personas perfectas, pero sí hay equipos que se acercan a la perfección”. Obviamente, se refería a la posibilidad que entre todos se complementaran lo que les falta y sumaran lo que tienen.

El problema surge cuando no he respondido y aclarado preguntas que definen mi comportamiento, mi resiliencia, mi autoestima y mi conducta: ¿quién soy?, ¿qué espero de mi mismo?, ¿de qué soy capaz?, ¿qué necesito complementar?, y otras más que permitan que al mirarme al espejo cada mañana pueda decirme a mi mismo: ¡ENCANTADO DE CONOCERME!