Epigenética: Cuando el sufrimiento de los padres lo heredan los hijos. Parte I

Si alguna vez en la vida tenemos la oportunidad de interpretar una canción, debemos conocer sobre las notas musicales y el ritmo que la misma lleva. Esta escritura en particular se denomina partitura. Definiendo el ritmo o intensidad con que debemos interpretar ese tema musical. Nuestro genoma humano funciona de un modo parecido a esta partitura, donde la secuencia de ADN nos indica que se va a llevar a cabo, como, cuando, donde.

Desde el estudio de la genética se conocen la existencia de dos o tres por ciento de enfermedades actuales que son genéticas, como el síndrome de Down, alteraciones cromosómicas y enfermedades que se desarrollan solamente en el bebé al momento de nacer.

Sin embargo, el 98 por ciento de enfermedades restantes depende de cómo se ha alimentado la persona, si fuma, de los tóxicos a los que se ha expuesto, si se ha expuesto mucho al sol, si duerme, si se estresa y como logra gestionar sus emociones. Nosotros somos los propios hacedores de nuestra genética, dado que al ingresar por ejemplo una sustancia toxica a la célula afecta su ADN así como también el tema que a mí me compete, el estrés, el Cortisol, hormona estrella cuando el estrés emerge y sostiene en el tiempo, también produce cambios en nuestro ADN:

En función de todas esas cosas, la persona puede modular y hacer que una célula se exprese de una forma, o bien hacia la inflamación o hacia la salud.

De manera que, el ejercicio, el estrés, la inflamación, la dieta o las infecciones, van a generar un impacto en la célula y está se va a adaptar y va a decir que gen se va a expresar.

Debemos tener en cuenta que no solamente heredamos los genes de nuestros antepasados. Sino que también, heredamos otros cambios del genoma los cuales determinan que el gen se mantenga activo o no.

Estos cambios hacen que determinados genes se silencien, apaguen o emerjan, como el caso de las células cancerígenas u otras enfermedades que al potenciarse transmitiremos a nuestros hijos. Ellos son los herederos de nuestra propia partitura genética, nosotros somos quienes la escribimos.

La epigenética es la capacidad que las células del organismo tienen para adaptarse al medio ambiente, una de las adaptaciones al medio ambiente que podemos reparar es el manejo de nuestras emociones, nuestra capacidad asertiva, nuestra tolerancia a la frustración, entre otras.

El sufrimiento actual repercutirá hasta en nuestros nietos… es exclusivamente nuestra responsabilidad.