Equipos vs Grupos

Equipos vs Grupos

Uno de los titulares más vistos y escuchados en esta época a la hora del contexto laboral, es el tema de trabajo en equipo. Las nuevas modalidades intentan enfocarse en el equipo como herramienta principal para lograr resultados. La educación inculcada en las nuevas generaciones remarca ese concepto en toda oportunidad. Las grandes compañías, principalmente, y algunas más pequeñas también, intentan mostrar esta idea como principal objetivo, y lo pregonan constantemente en cada comunicación que generan tanto interna como externamente. No es algo que las empresas olviden remarcar en la exigencia a la hora de buscar un candidato para cubrir un puesto, ni tampoco que dichos aspirantes dejen pasar por alto al momento de describirse a ellos mismos.

Pero, cual es la realidad con esto. Me refiero a que considero fundamental la importancia de un buen equipo para lograr mayor eficiencia. Sin embargo, ¿es real que el lugar otorgado para convertir un conjunto de personas en un equipo sea el primero?

Aquí introduzco el concepto de conjunto o grupo, como prefieran llamarlo. Esa junta de personas, que pueden estar agrupadas por características similares, o en este caso, un fin común. Este conjunto puede llegar a ser eficaz, y lograr los resultados que la entidad requiera, pero seguramente lo hará desperdiciando recursos, lejos de convertirse en eficiente. Solo alcanzara esa eficiencia logrando transformarse en un equipo.

Esto es a lo que quería llegar con tanta introducción. A la diferencia primordial de trabajar en un equipo o en un grupo. Como se sabe, ya sea en una fábrica, una oficina, un local o donde sea que se trabaje, generalmente se interactúa con otras personas. Cada una de ellas con una tarea asignada para cumplir, o intentar cumplir, con los objetivos de la compañía. Entonces en principio utilicemos una famosa frase de la justicia que dice que el acusado “es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. En este caso, el conjunto de persona es grupo hasta demostrar que puede ser un equipo. Es primordial empezar por tener un objetivo en común. Imaginémonos en el subte (no en este momento justamente), pero en el subte, al igual que en una oficina, por ejemplo, se junta un grupo de personas. Pero cada una tiene un objetivo distinto, el de al lado se bajará Palermo, el otro en Bulnes, quizás yo me baje en 9 de julio, y otro necesite llegar a Catedral. La meta de cada uno de los integrantes de ese grupo de personas es distinta. Puede pasar esto en el ejemplo de la oficina. Si puede pasar. Ahí es donde todo es complicado. El equipo antes que nada necesita luchar por una misma meta. 

Sin embargo, y esto a mi consideración, hay otras características que pueden hacer que un grupo no logre evolucionar en un equipo. El grupo, como grupo es una mini sociedad. Y como toda sociedad las diferencias de personalidades están presentes. Sin embargo, lo importante es saber que tanto afectara dicho carácter en la relación con los pares. Desde mi punto de vista, confianza y respeto son los pilares que sostienen en el tiempo a cualquier equipo. El respeto es cuestión de uno, o debería serlo. La lógica indicaría que quien es respetuoso tiende a recibir la misma consideración como respuesta. Pero no siempre es así, dado que muchas veces el respetuoso tiene que lidiar con el irreverente. Y lamentablemente, en la puja de poder, la irrespetuosidad tiende a ponderar. Por el otro lado está la confianza. Cualidad a la que muchos pares y líderes son muy reacios. Allí radica el problema por el cual los grupos de trabajo no logran conformar un equipo.

Entonces, porque lidiamos con empresas y postulantes que alzan la bandera del trabajo en equipo, cuando el mismo no se respeta. Cuando no colaboramos con el par, cuando no estamos dispuestos a involucrarnos en el problema, cuando en el medio hay otro sector u otra persona que debería hacerse cargo. Porque tratemos de evitar nuestras propias responsabilidades, si sabemos que podemos derivarlo en otro lado. Porque vivimos con temor a asumir nuestras culpas, y por ende tratamos de arrojar la tierra sobre quien sea, para poder eximirnos del tema. Esos grupos de trabajo en donde recae en pocos la mayor cantidad de las tareas, o donde solo unos pocos ocupan tiempo de mas, en tareas que bien distribuidas, emplearían un menor periodo y obtendrían un mejor resultado. Todo esto, radica en la verdadera cultura egoísta que adoptamos como sociedad, y en la falta de liderazgo real en la mayoría de los responsables de los equipos.

Sufro todo esto, porque me considero una persona con total solidaridad para con mis pares. Tengo mis días malos, todos los tenemos. Pero quien me conoce, quien haya compartido su labor conmigo, sabe que mi cualidad es la de escuchar e intentar ayudar a los colegas. Soy un trabajador con la frialdad necesaria de asumir las culpas por sus propios errores, y la responsabilidad y predisposición para intentar remediarlos. Lo sé, lo tengo muy en claro, no soy perfecto, lejos estoy de serlo. Cuantas deben ser las cosas que yo deba cambiar, y siempre estoy expectante a quien me las remarque, porque si hay algo que disfruto es saber, y el camino para saber es escuchar y aprender.

Dicho todo esto, me preocupa pensar y me cuesta entender, cuanto más nos falta cambiar como individuos, como sociedad y como entidades para lograr torcer esta situación de manera positiva. Para conseguir que esta contienda sea en favor de los Equipos por sobre los grupos. 

Maria Angela Quintini

Accounts Receivable Specialist en Lenovo

4 años

Pienso que los equipos de trabajo toman su tiempo para lograr funcionar y es vital que cada miembro del equipo conozca su función dentro del mismo y por supuesto que todos estén claros del objetivo que se debe alcanzar. Luego está la importancia del líder de ese equipo (que a veces no es el jefe o el mánager) quien es el que los miembros del equipo ven como el referente y su guía. Pero concuerdo en que, a veces, se trabaja como grupo y no como equipo.

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