¿Eres un esclavo de tu desarrollo profesional?
Nos han enseñado una idea errónea del éxito profesional, donde los resultados se miden por el volumen de ingresos, por los bienes materiales que son un reflejo de los ingresos y por las posiciones que ocupan las personas. Es importante indicar que los resultados y las metas son personales, estos elementos no deberían estar asociados a expectativas externas como la familia o la sociedad, especialmente cuando una causa de fracaso percibido es la ausencia de elementos que prueben un nivel de ingresos esperado. Adicionalmente, las personas deben tomar conciencia de sus necesidades y cuáles son las satisfacciones en su vida, para algunos la tranquilidad familiar, pasar tiempo con sus hijos pequeños y disfrutar unas vacaciones cortas pueden convertirse en los resultados que miden su felicidad. Para otras personas, tener un salario alto que les permita cambiar de carro cada dos años, una casa en una zona exclusiva y unas vacaciones en Europa podrían convertirse en sus expectativas personales, mientras debe trabajar largas horas atendiendo su empresa o un alto cargo ejecutivo. Ninguno de los ejemplos anteriores está errado, la diferencia radica en los motivadores personales, la satisfacción percibida y cuáles actividades debe ejecutar para alcanzarlas.
Debido que las personas trabajan para alcanzar su metas personales y estas se relacionan directamente con el desarrollo de carrera, la pregunta que deben hacerse es ¿Somos esclavos de nuestro desarrollo profesional? Esta pregunta es agnóstica a un empleado o un empresario, emprendedor. Lo cual concluye directamente, estamos buscando alcanzar metas propias o metas de otros impuestas por la sociedad o la familia.
Frente a la selección de una carrera profesional, en los años ochenta se planteaba la propuesta de estudiar una carrera que le permitiera a las personas alcanzar cierto nivel bajo la premisa que ciertas carreras proveían mayores ingresos que otras. En un contexto similar, aún se menciona frente a la medicina que esta carrera requiere continuidad académica y que deben estudiar toda la vida. Estas premisas constituyen un sesgo y afectan las decisiones profesionales, creando presiones externas para tomar decisiones de carrera. Es importante indicar que las personas deben continuar su desarrollo profesional y actualizarse constantemente, inclusive cambiar de carrera si sus aspiraciones tienen un giro. Por ejemplo, estudié ingeniería electrónica en los años 90 y muchas de las tecnologías de la época son obsoletas hoy en día, por lo cual es necesario mantenerse en un proceso continuo de aprendizaje.
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Otro factor que constituye un sesgo en el desarrollo profesional es el edadismo, el cual representa las concepciones erróneas que existen en el mercado frente a las capacidades de las personas mayores. Este factor influye de manera negativa en el desarrollo profesional de la personas porque crea una presión externa frente a las expectativas y genera incertidumbre laboral porque en la medida que pasan los años, las personas podrían estar más expuestas a perder sus empleos especialmente en el sector privado.
El desarrollo profesional es una definición propia y asociada a las aspiraciones de cada persona, debemos ser conscientes del precio que estamos dispuestos a pagar para lograr las metas y por cuanto tiempo lo haremos en un contexto de aceptación y agrado.
Finalmente, el desarrollo profesional es una definición propia y asociada a las aspiraciones de cada persona, debemos ser conscientes del precio que estamos dispuestos a pagar para lograr las metas y por cuanto tiempo lo haremos en un contexto de aceptación y agrado. Porque el pagar un precio alto para conseguir objetivos puede convertirse en una pesadilla impuesta por la familia o la sociedad.
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2 mesesUff, Cayo Betancourt. Siempre en el clavo. Gracias por compartir tus reflexiones, validan muchos pensamientos que rondan por mi mente.