ERRORES MAYÚSCULOS

A raíz de una corrección de unos textos del ámbito turístico, me sorprendió la importancia del correcto uso de las mayúsculas en pro de la prestancia de los contenidos en dicha área de especialización, dado lo fácil que resulta cometer errores (o encontrarlos):

¿Qué mejor que unos ejemplos, tomados de la Ortografía de la lengua española de la RAE, para ilustrarlo?

Cuando el artículo no es funcionalmente un verdadero determinante, se escribe con mayúscula inicial, por ejemplo, el Buenos Aires de mi juventud vs. estuve en El Salvador el año pasado.

Se escriben con mayúscula inicial los nombres propios, que precedidos por una artículo en plural, se utilizan para designar una familia o dinastía: los Austrias, los Borbones. No obstante, al emplearse como adjetivos, se escriben con minúscula: los reyes borbones.

Los apodos y los alias que acompañan al nombre propio al que corresponden se escriben con mayúscula inicial: Lola Flores, la Faraona; Roberto Gómez Bolaños, alias Chespirito; la Dama de Hierro.

Los tratamientos se escriben con minúscula, por ejemplo, usted, majestad, excelencia, monseñor. No obstante, la escritura con mayúscula inicial es obligatoria en las abreviaciones de los tratamientos: Dra. Fr. Lic. Ud., etc.

Se usa mayúscula inicial los personajes de ficción, así como sus componentes significativos, por ejemplo, Caperucita Roja, el Gato con Botas y la Ratita Presumida.

Muy comunes son los errores al escribir los nombres científicos y taxones zoológicos y botánicos. Se escribe con mayúscula inicial el primer componente, mientras que el segundo y el tercero, con minúscula, por ejemplo, Felis silvestris catus (gato común europeo).

Y si resulta complicado con las personas, los animales y las plantas, qué decir de los lugares:

Si un sustantivo genérico funciona como mero categorizador, debe escribirse con minúscula por no formar parte del nombre propio: la ciudad de Panamá o el país de Gales vs. Islas Cook, Ciudad del Cabo o Cabo Verde.

Con mayúscula inicial los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de determinadas zonas geográficas que se conciben como áreas políticas: Occidente, América Latina, Europa del Este. Esta mayúscula no es extensiva a denominaciones conjuntas que se establecen en función de parámetros no estrictamente geográficos, por ejemplo, los países desarrollados o el primer mundo.

Los nombres propios de los accidentes geográficos se escriben con mayúscula inicial, no así los sustantivos comunes genéricos que los acompañan: el río Amazonas, las islas Galápagos y las cataratas de Iguazú. No obstante, si el nombre geográfico incorpora un sustantivo genérico como parte inherente , el genérico sí se escribe con mayúscula inicial, por ejemplo, Sierra Morena y Picos de Europa.

En cuanto a los espacios naturales protegidos, solo es obligatoria la mayúscula inicial del término específico, por ejemplo, parque nacional de Doñana.

¿Y qué ocurre en el caso de los edificios y los monumentos? Pues se escriben con mayúscula inicial: el Partenón, el Arco del Triunfo y la Puerta de Alcalá. No obstante, es admisible escribir el sustantivo genérico con minúscula y aplicar la mayúscula solo al término específico, por ejemplo, el arco del Triunfo.

¿Qué pasaría entonces con los nombres de los caminos y las rutas turísticas? Se escriben con mayúscula inicial los términos que componen la denominación de los caminos y rutas que unen distintos puntos según un itinerario establecido asociado a actividades turísticas o culturales, o que poseen importancia histórica o monumental: el Camino de Santiago, la Ruta del Quijote, la Ruta de la Seda. Si dichas expresiones no constituyen una denominación y se emplean en sentido genérico, se escriben con minúscula, por ejemplo, una ruta del vino por las tabernas de la ciudad.

Siendo todo lo anterior meramente ilustrativo y no exhaustivo, pero ciertamente complejo, ¿quién se atreve a hacer una traducción o revisión sin la compañía de la Ortografía de la lengua española de la RAE?