No, no es COVID...

No, no era el COVID, no era solo eso, ahora estamos viendo nuestras carencias, nuestros defectos, al igual que también nuestras virtudes.

               Y ahora tenemos un nuevo “agente” externo al que echarle la culpa de nuestras desdichas. El mundo se ha parado, el mundo ha dejado de ser igual a como nuestras generación habíamos conocido, pero no es la primera vez que ocurre y sin embargo no recordamos lo que nos habían contado, o no queremos hacerlo porque esta es “nuestra desgracia” y como la nuestra no ha habido ni hay otra…

               Está claro y no voy a negarlo que es una situación incomprensible de entrada, y el parón y la incertidumbre lo hacen aún más incomprensible, pero, ahora que de alguna forma hemos parado, vamos a sentarnos con nosotros mismos y preguntarnos si realmente es COVID todo lo que nos pasa.

               Desde los políticos que ahora ven aquí la desventura y al mismo tiempo la luz para, en muchos casos, sus ideas peregrinas, pasando por las empresas y los trabajadores, los últimos que creíamos en nuestra vida imprescindible en muchos casos y en las empresas que veían casi imposible gestionar en remoto u acometer de forma rápida los cambios que teníamos pendientes.

Ahhh esa digitalización que tenía que poner de acuerdo a tanta gente y conseguir el cambio en el medio plazo y ahora resulta que somos capaces de hacerlo en pocas semanas. Aquí podemos decir, que COVID nos ha ayudado a movernos, pero si lo analizamos con detenimiento, antes tampoco queríamos. Si se ha de llevar las culpas de lo malo, démosle la oportunidad de ser el culpable de estos cambios rápidos y en muchos casos radicales, aprovechemos esa parte. Si somos capaces de enfrentarnos a estos cambios y de una forma tan rápida, entonces es que éramos capaces de haberlo hecho, si realmente hubiéramos tenido la intención de hacerlo de una forma ágil y rápida.

               Creo que hemos dejado pasar problemas anteriores, que de una forma u otra teníamos sin resolver, ahora estamos en general, buscando dos alternativas, no resolverlos porque no sabemos lo que va a pasar o bien resolverlos en base a COVID… y si miramos atrás por un momento, y si pensamos cómo lo resolveríamos en febrero, ¿sería distinto? Ya que tenemos que parar, paremos y pensemos… y quizás veamos claro que no todo es por COVID.