NO ES LA FICHA, ES LA ANTINOMIA
Apelando a la Inteligencia Artificial encontramos que las cárceles tienen varias funciones, entre ellas:
Reinserción social: Su objetivo es que los presos se reintegren a la sociedad, para lo que se busca que adquieran las habilidades necesarias para comprender y respetar la ley.
A partir de esto podríamos arribar a algunas conclusiones:
El que las hace, las paga, la sentencia debería guardar un tiempo razonable entre el delito y confirmación de la misma y al cumplir la pena debería contar los recursos necesarios para reinsertarse en la sociedad, ser una persona útil y luego de purgar por sus errores del pasado haber establecido sin ninguna duda que está bien y que no está.
Pues bien, a juzgar por algunos comentarios, las cárceles no cumplen generalmente con ese cometido, algunos dicen que se sale peor de lo que se entra y que si algo se aprende o se aprehende no son general cosas buenas.
Nuestra Sociedad, desde los más pobres de toda pobreza hasta los ricos, que con lo que tienen, bien o mal habido, les permitirá a varias generaciones vivir sin sobresaltos, todos, absolutamente todos, hemos crecido rodeados de antinomias de todo signo y color y muchos se han aprovechado de ello, para lo cual hay más literatura de la que podemos imaginar.
Siempre “garpó” tener un enemigo, externo o interno, real o inventado y potenciado, esquema con el cual “los de a pie” nos hemos comido el chupetín, les hemos hecho el caldo gordo a la clase dirigente y hoy ni se nos ocurre compartir la mesa navideña con nuestro prójimo más próximo, porque en cualquier momento salta el tema y se arma.
En general las antinomias más notorias del pasado podían ser la política, el futbol o la religión, pero hoy la política se lleva todos los premios y en las redes tienen su campo de batalla más crudo, belicoso y expuesto, con lo cual no hay idea, planteo, sueño u opinión que no pueda ser rebatida con agravios, descalificaciones, insultos varios y animadversión.
Este mecanismo no es contemporáneo, en los albores de la patria ya era visible y se extendió como una mancha de aceite en el tiempo, con períodos de mayor o menor presencia
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Esta metodología siniestra que se había disuadido bastante con el regreso a la democracia hace 40 años, es indudable que se ha apreciado y alimentado en los últimos 20 y que el mérito de Jorge Lanata fue ponerle un nombre marketinero a algo que era más viejo que andar a pie.
¿Es bueno para la salud de la nación que los condenados por corrupción mantengan sus derechos civiles para ejercer cargos públicos? Prima facie podríamos decir que no, pero que los diferencia a esos funcionarios deshonestos con otros funcionarios deshonestos de “otras especialidades”, ¿Por qué esta discriminación positiva? ¿Por qué no?
Realmente no me queda del todo claro, si el gobierno está a favor de la ley de Ficha Limpia, ya que no sólo las declaraciones de algunos funcionarios son vagas y ambiguas sino que causan perplejidad, de todos modos tengo serias dudas que al día a día de los ciudadanos comunes les cambie mucho la vida que se apruebe o no se apruebe, dicho en términos sencillos si CFK fuera afectada por una norma o no lo fuera su intención de voto no variaría demasiado, el que quiere votaría por ella o por quien ella diga, más claro echale agua.
Convengamos que el Ordeno, mando y hago saber en estas tierras no funciona, salvo que provengan de un determinado partido político que posee la extraña virtud de anestesiar a las organizaciones de todo tipo que recién caen en la cuenta del incremento de la pobreza, de la inflación galopante, de la corrupción que todo se lo carga y a quien todo se le perdona.
Da igual si se trata de privatizaciones sospechadas, de estatizaciones a las patadas, de organizar hordas destituyentes, de ningunear al Papa o de ir a sacarse fotos con banderas partidarias en El Vaticano.
¿Quién puede decir si todo eso está bien o está mal? ¿Quién está calificado para aseverar si tal o cual persona es un chorro impresentable o una Carmelita Descalza?
En definitiva, más allá de lo que diga la Justicia, que tiene sus tiempos para expresarse, lo importante es lo que manifieste el pueblo a través del voto y partiendo del supuesto, no siempre verificado, que las mayorías no se equivocan y que Vox Populi, vox Dei, es mucho más que una frase, es lógico que sea en un sentido o en el contrario que nos cueste aceptar que el otro pueda tener razón, que no es nuestro enemigo por pensar diferente, que no todos los buenos están de nuestro lado, ni todos los malos en el otro lado.
A esto se podrá llegar el día que la clase dirigente tome conciencia que una Sociedad partida en mitades sólo generará beneficios para quienes están el cima, mientras que para el resto quedarán las migajas del banquete, si no suena inexplicable el crecimiento de la pobreza y la miseria en nuestro país.