No es lo mismo un crítico que un merluzo
“Recuerdo aquella reunión como si fuera ayer. En la empresa teníamos un servicio de animación que estaba funcionando muy bien y había que decidirse entre expandir ese servicio a otras ciudades o crear un nuevo servicio dentro de la misma ciudad. Todo el mundo aportaba sus ideas. Unos querían replicar el modelo en ciudades cercanas. Otros apostaban por ciudades a larga distancia. Algunos veían nuevos servicios paralelos a la animación… todos aportaban, menos él. Él se dedicaba a hundir todas las ideas. Era como si hubiera entrado en un éxtasis de destrucción masiva: “no, no, no, eso no puede ser”. Sara, la directora, se levantó y le invitó a que cambiase su actitud. Él respondió que era muy crítico y ella le dijo: tú no eres crítico, eres un merluzo.”
Y hoy en día sigue vigente la diferencia entre críticos y merluzos. Vaya por delante, que admiro a la gente crítica, es decir, a la que tiene capacidad de análisis y es capaz de elaborar un juicio bajo un determinado criterio. Siempre los he considerado imprescindibles en mis equipos. Son personas necesarias porque ponen el ojo allá donde otros no vemos lo que puede suceder. Anticipan problemas y ayudan a corregir errores. Son críticos, es decir, tienen criterio. Por ejemplo, pueden decir: “Esta actividad ha salido bien en la ciudad porque contamos con la persona adecuada, pero irse a otras ciudades, requiere un gasto de transporte mayor.” Hay un criterio económico que le lleva a emitir un juicio y deja la puerta abierta para que se busque una solución.
"La gente crítica tiene capacidad de análisis y es capaz de elaborar un juicio bajo un determinado criterio."
Un merluzo es una persona que simplemente se opone a todo. Que siempre encuentra un argumento para llevar la contraria. Su objetivo no es construir o llegar a una solución, sino que no se llegue a ninguna. “Ese servicio no vale para otras ciudades”, dice. Y luego busca justificaciones para estar en contra. Y aquí está el engaño: él se cree “crítico” porque encuentra argumentos para justificar su sentencia. Sin embargo, debería de ser al revés, primero, los argumentos y después, la sentencia.
"Un merluzo siempre encuentra un argumento para llevar la contraria."
Llevar la contraria como los merluzos es muy fácil. De hecho, conozco a personas que utilizan la estrategia del merluzo para boicotear reuniones y negociaciones. Solo se trata de ponerse en contra y buscar cualquier tipo de argumento. Ser crítico es muy difícil, requiere análisis previo, enfocarse en un objetivo y ver los problemas para llegar a él.
En una reunión, siempre he apostado por tener ideas; después, valorar cómo llevarlas a cabo; y por último, evaluar con criterio si son posibles o qué se necesita para que lo sean. Y es en ese último momento donde las personas críticas, que no merluzas, son vitales en la reunión de equipos.
Así que siempre he tenido presente a los críticos y a los merluzos y sobre todo, que no es lo mismo un crítico que un merluzo.