¿Alguna vez has sentido que si bien tu trabajo te da ciertos beneficios, si pudieras lo dejarías?
Cuando hice una pregunta similar en una conferencia hace un tiempo, el 80% de los asistentes levantó su mano para indicar que su respuesta era afirmativa. Inmediatamente después les dije esto que quiero compartir contigo: “Si tu trabajo no te gusta, es momento de dejar de trabajar”; muchas personas se sorprendieron e incluso escandalizaron (lo pude ver en sus rostros) porque pensaron que los estaba induciendo a renunciar; pero no es así.
Si tu trabajo no te gusta es momento de dejar de trabajar… pero, eso no significa dejar tu empleo. La clave está en dejar de trabajar y empezar a construir una carrera, la carrera de tu vida.
Permíteme decirte que trabajar no es lo mismo que construir la carrera de tu vida, por el contrario, suele suceder que quien trabaja no está construyendo su carrera y quien está construyendo la carrera de su vida no está trabajando.
¿Cómo es esto posible? Pues, cambiando tu enfoque. Si tu empleo es solo ganar el dinero que necesitas para sobrevivir, o cumplir con la tradición social de tener un trabajo, evidentemente estás trabajando.
Pero, si tu enfoque está en convertirte en quien te quieres convertir… cada empleo que tengas es solo un peldaño para ser quien quieres ser; así es como dejas de trabajar y empiezas a construir la carrera de tu vida.
“Ok Jorge, eso suena super bonito, pero “cómo $&%”! lo puedo hacer?”
Te cuento que la clave está dentro de ti y no en las empresas ni en las personas para quienes “trabajas”. La clave está en tus propias expectativas, así que quiero compartir contigo cómo puedes aplicar este nuevo paradigma en tu vida profesional para dejar de trabajar y empezar a construir la carrera de tu vida de una vez por todas:
- Define en quién te quieres convertir, no lo que quieres lograr: Al hacer esto, te darás cuenta que lo que realmente importa es quién quieres llegar a ser y no tanto lo que haces. Dejar de trabajar implica comprender que todo lo que haces te va a ayudar a convertirte en alguien. Cuando comprendes esto pasas de hacer cosas a hacer las cosas por algo y así empiezas a construir la carrera de tu vida. Esto puede modificar radicalmente la forma en cómo trabajas, incluso en cómo te despiertas cada día. Para aplicar este primer punto pregúntate ¿Qué espero de mí mismo? ¿Qué espero de mi vida profesional? ¿En quién me quiero convertir?
- Enfócate en ser quien quieres llegar a ser, no solo en hacer las cosas bien: Si solo trabajas y además lo haces por hacer las cosas bien, cada día terminarás agotado y estresado por todo (y por nada); cuando dejas de trabajar y ves tu empleo como un peldaño hacia la meta de ser quien quieres llegar a ser, lo lógico es enfocar tus esfuerzos, tus decisiones, tu energía, tu tiempo e incluso tu dinero en convertirte en esa persona. El enfoque te garantiza que comprendas cada paso que das como eso, pasos hacia un lugar al que quieres llegar. Esto le da sentido a tus esfuerzos diarios, te orienta hacia la excelencia, te ayuda a tomar decisiones de forma rápida y sin culpas y potencia de forma positiva la manera en cómo haces las cosas cada día: con enfoque en tu meta.
- Actúa intencionalmente para ser quien quieres llegar a ser: Conozco personas que viven y hacen su trabajo en piloto automático; esto origina que, con el paso del tiempo, miren hacia atrás y tengan la sensación de que el tiempo pasó muy rápido y no pudieron hacer lo que hubieran querido. La razón es que actuaron por inercia y se dejaron llevar por la corriente. Ser intencional para ser quien quieres llegar a ser implica comprender que tú eres el único que decide a qué dedicarle tu vida. Tú decides si quieres estar donde estás hasta quien sabe cuando o vas a subir al siguiente peldaño pronto. Tú decides si haces algo hoy por avanzar o lo dejas para mañana. Tú decides si empiezas a construir la carrera de tu vida o te quedas trabajando para siempre.
Así que ya sabes… no esperes, la vida va más rápido de lo que piensas; ¡es momento de dejar de trabajar”.