No es que el seguro no funcione, simplemente no sabemos qué hacer con el
imagen de @brucemars | Unsplash.com

No es que el seguro no funcione, simplemente no sabemos qué hacer con el



Como seres humanos, desde pequeños estamos acostumbrados a que si algo a lo cual empezamos a conocer no reacciona de la manera que quisiéramos, de inmediato afirmamos que no funciona o es malo.

Y todo se debe a que preferimos culpar a algo o a alguien más de nuestro fracaso o frustración antes de reconocer que no estamos siguiendo las instrucciones o no nos estamos dejando guiar.

Así pasa con los seguros cuando resulta que no fuimos cubiertos en una situación que creímos estábamos cubiertos. Pero si vemos la situación de una manera más concreta, puede que hayan sucedido dos cosas: Falta de asesoría, o simplemente nos confiamos y no leímos lo que contratamos.

Falta de asesoría

Cuando mis prospectos se encuentran en la duda si tener un intermediario o contratarlo directamente con la Aseguradora, les pongo un ejemplo claro con esta pregunta: ¿Usted si tuviera que ir a juicio, iría por su cuenta o contrataría un abogado? Definitivamente en una situación así, no quisieran ir por su cuenta y contrarían un experto para que los apoye.

Así funciona cuando una empresa se encuentra en una encrucijada, cuando una persona se encuentra frustrada porque no encuentra un progreso en sus carrera o vida personal, incluso cuando una familia busca apoyo para conciliar la relación. En ese momento es cuando buscan apoyo de un experto.

Lastimosamente en nuestro país y prácticamente en toda latinoamerica no existe una cultura de seguros, es por ello que creemos que un seguro se contrata cuando lo necesitamos. Cuando tenemos un accidente, cuando la mujer se encuentra embarazada, cuando estamos enfermos o estamos en peligro de fallecer. Demasiado tarde.

Es cierto, así como en cada profesión, existen personas que se dedican a los seguros que no son necesariamente expertos. Aunque por lo menos en Guatemala, para ser asesor de seguros, es necesario obtener mínimo una certificación que lo avale como técnico en seguros. Así mismo hay licenciaturas e incluso maestrías. Esto lo hace una profesión más confiable.

Para ver un caso concreto respecto a la falta de asesoría, podemos ver el caso del Dr. Mejía, quien lastimosamente falleció por una bala perdida. Su familia al enterarse que aparentemente tenía contratado un seguro de vida, reclamo a la Aseguradora. Para su sorpresa, ese tipo de muerte no estaba cubierta.

¿Qué es lo que realmente pasó aquí? Posiblemente el Doctor contrató dicho seguro al obtener una cuenta monetaria, o simplemente la persona que lo atendió en una agencia bancaria, le ofreció la misma y el optó por tomarla.

Aquí vemos dos temas interesantes y determinantes: 

  • Si lo contrató porque se encontraba en un paquete bancario, posiblemente no haya sido uno de los mejores seguros. Sí es uno de los más baratos, porque definitivamente no posee todas las coberturas, y por ende no le prestó la atención suficiente para saber si era lo que necesitaba realmente. Sobre todo siendo un profesional de su calibre.
  • La persona que se lo ofreció no era un experto en el tema. Era alguien que asesoraba en Banca, no un asesor de seguros. Aquí vemos la importancia de dejar al zapatero su zapato. Un asesor de seguros definitivamente no hubiese permitido que su asegurado contratara algo que no le iba a funcionar, que no lo iba a cubrir en una situación en donde su familia realmente estuviera protegida financieramente en caso de el fallecer.

Para conocer más del caso, les dejo aquí el link para el artículo que escribió Nómada al respecto.

No leemos las “letras pequeñas”

Si al final optamos por no contratarlo a través de un intermediario, que en realidad no existe un costo adicional para hacerlo (simplemente la comisión y la asesoría brindada, queda a cargo y a favor de la Aseguradora), al mismo tiempo adquirimos la responsabilidad de conocer e investigar acerca de lo que contratamos.

En resumen, si no leemos las letras pequeñas y no realizamos la observación o consultas debidas a la Aseguradora con anticipación, queda en nuestras manos la responsabilidad y damos por hecho el estar de acuerdo con lo que contratamos.

¿Se lee complicado no? Pero es aquí donde muchas personas mejor deciden no tener un seguro, y jugar a la ruleta rusa con respecto a sus vidas, su salud, la protección de su patrimonio, y lo más importante, el futuro financiero de su familia.

Como todo en nuestras vidas, a lo desconocido e incierto, mejor le huimos.



Para finalizar quiero que vean esta imagen extraída de un comentario en redes sociales respecto al aparentemente mal servicio de una de las Aseguradoras del país:



Analicemos por partes que nos quiere decir este mensaje de descontento:

  • Hacen mención (acusación) directa a la Aseguradora. Y posiblemente en otras publicaciones verán prácticamente el mismo mensaje, sólo que con diferente nombre de Aseguradora.
  • “La peor contratación” el tomar una decisión de contratar un seguro, es porque estamos confiando en que al hacerlo, a pesar de no ser un producto o servicio que veremos sus resultados inmediatos, creemos que será útil cuando realmente lo necesitemos. Es cierto, en Guatemala el seguro se ve como un lujo, como algo que consideramos si nos “sobra dinero”. Y al final resulta ser lo que no esperábamos, con toda razón es un desperdicio de dinero.
  • Hablando de esperar algo a cambio, y regresando al tema de la falta de cultura de seguros en el país y en toda latinoamerica, vemos que las personas buscan el seguro o cuando ya es tarde, o con la esperanza de que les cubra “todo”. Es en el “todo” donde debemos tener cuidado. En algunos casos, como mencionaba anteriormente, es debido a la mala asesoría, pero en ocasiones, optamos por tomar el seguro más barato, con tal de ahorrarnos unos centavos, no tomando en cuenta que ese ahorro significa un degrado de la cobertura contratada en la mayoría de ocasiones. Es por ello que cuando pidamos un descuento o un precio más competitivo, veamos el resultado final de la propuesta, y si esta coincide o no con lo presentado inicialmente.
  • Hay que revisar la ley de la Actividad Aseguradora. Si y no necesariamente. El contrato lo dice todo lo que necesitamos saber, no hace falta ir hasta el Decreto 25–2010 para saber lo necesario. Nuevamente, si tenemos un inconveniente legal, no necesariamente acudimos a los códigos disponibles, sino que contratamos a un experto en el tema, en este caso un abogado. ¿Por qué no hacerlo también con un asesor de seguros experto en el tema?
  • Como en toda empresa prestadora de servicios y comercializadora de productos, el cliente es primero. Sin embargo existen políticas y contratos que respaldan tanto a la compañía, como al cliente. No hay información secreta en un contrato, de lo contrario, la Superintendencia tendría que intervenir y multar a la Aseguradora. Nuevamente, en esta ocasión se ve claramente que el contratante no leyó el contrato ni se dejó asesorar en su debido momento.
  • Por último, los comentarios y reacciones ante este comentario. La mayoría apoyando a la idea, e incluso algunos compartiendo las experiencias propias al respecto. Todas negativas. ¿Realmente estamos apoyando a mejorar o simplemente a quedar bien con esa persona dándole la razón?


No culpo a este usuario, realmente así como el, hay muchas personas que han pasado por mala experiencias con las Aseguradoras. Y nuevamente volvemos al tema inicial, cuando estamos molestos por algo, lo primero que hacemos es culpar a los demás o a lo demás, antes de reconocer que hemos fallado en el proceso y no nos hemos dejado guiar con anticipación.

¿Realmente los seguros funcionan? Claro, y así como vemos este tipo de historias, podremos ver otras de satisfacción. Lamentablemente son pocas personas que comparten estas experiencias, sencillamente porque es más fácil hablar mal de algo, que de manera positiva.



Si aún no tienes asesor de seguros, con gusto podré apoyarte en los siguientes canales:

Mail: info@segurosjyj.com | Facebook | Twitter | Instagram

Y para conocer más acerca de Seguros J&J, revisa nuestros artículos anteriores, los cuales podrán apoyarte para una mejor cultura de seguros y para determinar qué tipo de cobertura se adecua según tus necesidades.



Publicado originalmente en segurosjyj.com

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Jaime Florián

Otros usuarios han visto

Ver temas