¿Es realmente útil el popular Design Thinking?
Esta no es una entrada sobre la definición del Design Thinking. Más bien, queremos compartir aquí una reflexión nuestra: ¿qué tan útil/innovadora es esta metodología, que algunas veces es comprendida como poner post-its de colores en la pared? Contestamos desde nuestra experiencia.
“Centrado en la experiencia del usuario, iterativo, brainstorming…” Todos, absolutamente todos, hemos aplicado el Design Thinking en nuestra vida en algún momento, quizás sin saberlo. Algunos más, otros menos. Es que la función de esta metodología (o quizá filosofía) es ayudarnos a “pensar fuera de la caja”. Y todos necesitamos en algún momento pensar fuera de la caja, cuestionar lo que estamos haciendo, dar un paso atrás para volver hacia adelante con una mejor estrategia.
¿Significa esto que el Design Thinking no tiene ningún valor? Curiosamente, y a pesar de lo mencionado en el párrafo anterior, en El Búho creemos exactamente lo contrario. El Design Thinking es un gran aporte, pero no es nada nuevo. Efectivamente, es un nombre novedoso para una serie de principios o pasos que la gente seguía sin darle un nombre interesante. Sin embargo, el tener un nombre permite que hoy en día lo recordemos hasta en sueños y a que quienes estamos contagiados del design thinkingismo nos veamos permanentemente tentados a cuestionar estructuras rígidas que heredamos de las instituciones con las que trabajamos. En ese sentido, el Design Thinking es un recordatorio de que debemos ser analíticos. Nos invita a asumir siempre que todos los procesos pueden ser mejor, y que hay que buscar en cada etapa de ellos, de inicio a fin, cómo perfeccionarlos. Y que escuchar las voces del resto del equipo siempre es una buena idea.