Escogiendo el Camino Ágil: Scrum, Kanban o SAFe

Imaginando un equipo de desarrollo de software que enfrenta un nuevo proyecto desafiante. La pregunta en la mente de los lideres es: ¿cómo abordamos de la manera más efectiva este proyecto?.


La respuesta, claramente, podría estar en adoptar una metodología ágil, pero la pregunta crucial es... ¿Scrum, Kanban o SAFe?

Entendiendo que cada una de estas metodologías tiene su propio enfoque, y que la elección depende en última instancia de las necesidades específicas no solo del proyecto sino también que equipo tenemos a disposición.

Repasemos breves conceptos:

Scrum: Este enfoque es lo mas parecido a un partido de rugby en el que un grupo de jugadores (equipo) trabaja en conjunto para avanzar hacia la línea goal.


Existen ceremonias tales como reuniones diarias de seguimiento (llamadas “Daily Scrum”), sprints de trabajo enfocados y roles claramente definidos, Scrum es ideal cuando necesitas entregar rápidamente características clave y tener un control detallado sobre el progreso.

Kanban: Kanban es como una carretera abierta y sin límites de velocidad. Se centra en la visualización del flujo de trabajo, la eliminación de cuellos de botella y la adaptación constante. Si el equipo necesita flexibilidad y la capacidad de cambiar de tareas rápidamente, Kanban es la mejor elección.

SAFe (Scaled Agile Framework): Cuando la organización se enfrenta a proyectos grandes y complejos que involucran múltiples equipos, SAFe puede ser la respuesta. Proporcionando un marco de trabajo para la escalabilidad ágil, lo que significa que puedes coordinar eficazmente grandes proyectos mientras mantienes la agilidad.

La elección entre Scrum, Kanban y SAFe depende de la naturaleza del proyecto y equipo. ¿Queres un enfoque estructurado con entregas rápidas (Scrum), necesitas mayor flexibilidad (Kanban) o bien la capacidad de escalar a proyectos complejos (SAFe)?

Lo importante es tomarse el tiempo para una evaluación de las necesidades y poder elegir la metodología que mejor se adapte.

Así que ¡no tengas miedo de experimentar y ajustar en el camino! (siempre y cuando tengas respaldo de los stakeholders, ya que son los inversores!)