¿Está América Latina a la altura de sus ambiciones de Transición Energética para 2030?

¿Está América Latina a la altura de sus ambiciones de Transición Energética para 2030?

Entre 2022 y 2023, América Latina se posicionó como la segunda región que más energías renovables integró a sus redes, sólo detrás de China. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el potencial sin explotar en energía hidroeléctrica, solar y eólica de la región es tan grande que podría no solo cumplir, sino superar, la meta colectiva establecida en la COP28 de triplicar la capacidad instalada de energías renovables para 2030.

Aunque América Latina ya es una de las regiones más "verdes" en términos de generación eléctrica, con un 64% de su demanda cubierta por fuentes renovables el año pasado, el desafío sigue siendo inmenso. La energía hidroeléctrica domina con un 45% del suministro, pero la región está ampliando rápidamente su infraestructura en energía solar y eólica.

Actualmente, hay más de 8000 proyectos de energías renovables en fase inicial en la región, con una inversión prevista de 233 mil millones de dólares, y 703 proyectos en construcción valorados en 20,900 millones de dólares. Sin embargo, más allá de la electricidad, los sectores como el transporte y la industria aún dependen significativamente del petróleo y el gas.

A pesar de estos avances, el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), Andrés Rebolledo, destaca que aún existe una disparidad notable entre los países de la región en cuanto al desarrollo de renovables. Esta desigualdad sugiere que aumentar la cuota de fuentes renovables no necesariamente conduce a abandonar los combustibles fósiles.

Los líderes de la región, como Chile y Brasil, están a la vanguardia, según el Tracker de Energías Renovables 2024 de Climate Action Network, ocupando el segundo y cuarto lugar a nivel mundial respectivamente. Otros países, aunque más rezagados, también avanzan hacia la transición.

La transición energética en América Latina no es solo una cuestión de capacidad instalada sino también de políticas a largo plazo y colaboración internacional. A medida que se acerca 2025, año en que los países deben presentar sus nuevos planes climáticos a la ONU, aumenta la presión para que las ambiciones se traduzcan en acciones concretas y sostenibles.

Este desafío es complejo y multidimensional, pero crucial para el futuro de la región. La transición hacia un modelo energético más sostenible en América Latina es tanto una oportunidad como una necesidad urgente, no sólo por la sostenibilidad ambiental, sino por la seguridad energética y económica de la región. A medida que Europa y China lideran el cambio hacia la sostenibilidad, América Latina no puede quedarse atrás.

Este análisis destaca la importancia de la cooperación internacional, la inversión en tecnología y la voluntad política para lograr un cambio significativo. América Latina tiene la oportunidad de transformar su matriz energética y jugar un papel clave en la lucha global contra el cambio climático. ¿Estaremos a la altura del desafío? La respuesta está en nuestra capacidad de adaptación y compromiso con el futuro.

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