¿ESTÁ TU EMPRESA PREPARADA PARA UNA INFLACIÓN ESTRUCTURAL?

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En anteriores artículos he comentado los diferentes elementos que provocan un proceso inflacionista. Por recordar, se explica a través de la teoría cuantitativa del dinero que se resume en la fórmula: 

Masa monetaria x Velocidad de circulación del dinero es igual a =

Bienes y servicios X el precios de los mismos.

La lucha contra un proceso inflacionista se lleva a cabo incidiendo de distintas formas en los cuatro elementos de la ecuación. Claro que eso es así cuando el proceso es coyuntural. Y es que cuando tenemos una inflación que se convierte en estructural, el problema es del modelo económico por lo que hay que trabajar en reformas del modelo productivo lo que además de difícil (va a encontrar resistencias) lleva bastante tiempo.

Desde mi punto de vista cada vez tenemos más datos que nos alertan de que la actual inflación que soportamos se está convirtiendo en estructural.

Por no alargar este artículo voy sólo a enunciar alguno de los parámetros  que van en esa dirección:

1)     EL BCE lleva una política monetaria un tanto errática. Ya que mantiene los estímulos monetarios al tiempo que sube los tipos.

2)     La curva del tipo de interés del bono alemán se ha invertido. Esto suele anticipar una recesión, que volverá a necesitar de incentivos monetarios.

3)     Debido al actual modelo energético no es previsible un abaratamiento de los precios de la energía y por ende, en los costes de fabricación y transporte.

4)     Los productores no tienen previsto incrementar los bienes y servicios ante la falta de expectativas de crecimiento de la demanda. Lo vemos en la recesión de las industrias manufactureras  en España que han disminuido sus compras.

5)     La pirámide poblacional se ensancha por arriba; por las personas de más edad. Aquellas que consumen menos. Lo que no ayuda al crecimiento del consumo.

El 1 y el 2 afectan a la primera parte de la ecuación. Y a la segunda los otros tres.

Si esto se confirma, es evidente que las empresas han de afrontar un escenario diferente al que están acostumbradas a operar. Por ello, la pregunta que sirve de título a este artículo es totalmente pertinente.

Se ha de abrir un proyecto estratégico en la empresa  en el que, con ayuda de un consultor, el equipo directivo, revise y modifique el modelo de negocio, la propuesta de valor al mercado y los procedimientos que se puedan ver afectados por el proyecto, así como el acceso a nuevos mercados.  Será importante también revisar la estructura financiera, fondo propios más deuda, para salir airoso en un entorno complicado. En resumen, anticiparse y gestionar la adversidad.

José A. García-Albi