¿Estás preparado para partir?
Este día reflexionaba lo ocurrido en Acapulco. Tengo en mi mente las imágenes del puerto, los edificios, pero sobre todo los rostros de las personas que se vieron afectadas ante el terrible huracán Otis.
Pienso en quienes felices llegaron a pasar unas lindas vacaciones, quizás hicieron un gran esfuerzo por meses, tal vez años para disfrutar en familia, participar en una convención o simplemente todas las gentiles personas que prestaban sus servicios en hoteles, restaurantes, clubes deportivos, etc.
Nadie lo vio venir y así como hemos escuchado múltiples testimonios, a todos los tomo por sorpresa una terrible madrugada en la que muchas personas tuvieron que refugiarse y aferrarse a sobrevivir como pudieran.
¡Que frágil es la vida! en un instante puede cambiarnos todo y destruir sueños e ilusiones que con tanto tiempo se fueron forjando, y así mientras unos buscaban como continuar, muchas otras personas ya no estarán más.
No me gusta ser trágica, pero en verdad este suceso nos sacude y nos lleva a plantearnos que tan preparados estamos ante un imprevisto que puede ser provocado por la naturaleza, un accidente, o algo totalmente inesperado.
¿Qué pasaría hoy si lo perdieras todo? ¿Qué haría tu familia? ¿Tus colaboradores? ¿Cómo reaccionarias a cualquier situación que no has previsto? ¿Quién estaría a cargo de tus cuentas? ¿Tienes claras las indicaciones en tu empresa en caso de que un día no regreses?
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Sé que hay muchas personas previsoras, que algunas incluso dejan instrucciones con lujo de detalles, mi intención es que quienes lean estas líneas tengan larga vida, prospera, feliz, llena de realizaciones y plenitud, pero sin lugar a duda nuestra vida es finita.
Hoy no solo te exhorto a reflexionar que tan preparada/o puedes estar para partir, sino que los sucesos como el ocurrido en Acapulco nos hagan ser previsores, detenernos a pensar un poco en como dejar soluciones y no problemas.
Pero además de pensar en nosotros, nuestra familia, compañeros o colaboradores; en nuestro espacio laboral, La invitación es a pensar que tan dispuestos estamos para prestar ayuda a quienes puedan necesitarnos ante cualquier situación imprevista.
Lo que nos ha enseñado Guerrero es que debemos ser más empáticos, que todos podemos perderlo todo de un día para otro y que necesitamos la solidaridad de los demás para salir adelante.
Hoy como ciudadanos de este mundo debemos hacer una toma de consciencia de cuanto nos necesitamos, lo mismo si estamos cerca de quienes enfrentan la guerra o un fenómeno natural, seamos compasivos, estemos siempre abiertos para darle la mano a alguien más. ¡Toda/os nos necesitamos! Y siempre tengamos en cuenta que una forma de trascender en plenitud y paz con nosotros mismos y con nuestro creador es partir con la serenidad de dejar en orden todos nuestros asuntos.