Estado actual: frustrado/a tras las vacaciones
En este estado se encuentran muchas personas cuando hacen el balance final de las ansiadas vacaciones. Si es tu caso, no desesperes. No estás solo/a.
Este artículo no pretende regodearnos en esa desagradable sensación sino entender por qué ha pasado para que no nos vuelva a ocurrir en el próximo periodo donde decidas darse un respiro.
Las causas para sentir que “necesito más vacaciones” pueden ser varias:
Caer enfermo los primeros días
Si eres de los que piensa que la mala suerte se ceba contigo cada vez que decides descansar, desde aquí te digo que no hay brujería ni alineación de planetas en lo que te ocurre. Es bastante habitual si estamos pasando por una época alta de estrés. Cuando hemos activado mucho el Sistema Nervioso Simpático (el de lucha-huida), nuestro sistema inmune ha estado trabajando para protegernos del supuesto peligro causante de tu estrés (como si de un león que viene a comerte se tratase). El día que decides irte de vacaciones, tu sistema inmune se tomará también un merecido descanso. Es el momento para que cualquier bacteria o virus que haya por el ambiente, disfrute de lo lindo.
No conseguí desconectar del trabajo
Suelo decir que, “si no respetas tu propio ausente de la oficina, no te enfades cuando los demás tampoco lo hacen”. Podrás decirme que lo haces porque tienes un responsable que te lo pide pero, ahora que nadie te ve, para y reflexiona si no tiene que ver más con la facilidad de dar al botón e “ir enterándote si pasa algo importante” o quizás esa falsa sensación de ser imprescindible. Antes de los smartphones, también existían las vacaciones y las empresas seguían funcionando. Hazte un favor y relee tu mensaje de “ausente de la oficina”. Ahí se informa de cuándo no estás disponible y seguro que dejaste un email o teléfono de algún compañero o compañera valiosa que pueda ayudar a quien lo necesite en tu ausencia. La próxima vez que vayas a entrar en el icono del email, repasa mentalmente tu mensaje de ausencia y respétalo.
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No tenía un minuto de descanso
Soy consciente que las vacaciones con familia no es lo mismo que irte con tu pareja a un hotel Only Adults pero a veces somos nosotros mismos nuestros peores enemigos planificando vacaciones. Hay vacaciones donde hay menos huecos en la agenda disponibles que en tu época de más trabajo. Conocer lugares es maravilloso pero con mesura pues si te “empachas” de actividades o de visitas a lugares, el cansancio no te ayudará a disfrutarlas. En otras ocasiones, la razón es el alojamiento. Reservar una casa, en lugar de un hotel, tiene su encanto y privacidad pero también más tareas domésticas. Recuerda que buscas descanso así que haz un plan de tareas para que estén bien distribuidas. Finalmente, nos centramos en buscar entretenimiento a toda nuestra familia a nuestra costa para que sean sus mejores vacaciones sin pararte a pensar lo que necesitas tú. Quizás son 45 minutos de lectura o de paseo por la playa. Quizás es ver atardecer o amanecer. ¿Cuándo fue la última vez que incluiste lo que te gusta a ti en el plan familiar?
Muchas de estas razones se repiten año tras año pero aún así cuesta cambiar hábitos.
Planificamos las vacaciones cuando ya se nos ha olvidado todo lo que pasamos el año anterior así que te recomiendo que planifiques ahora las del año que viene. Lugar, tipo de alojamiento, número de días,…
Cuando termines el plan, pásale dos filtros. El primero es pensar si son las vacaciones que te mereces tras 11 meses de trabajo o estudio. Si la respuesta es que sí, imagina que es el plan de tu mejor amigo o amiga. ¿Se lo recomendarías? Si no pasa el filtro para alguien que quieres, reflexiona por qué para ti sí.
Nunca olvides lo que decía Einstein, “si quieres resultados diferentes no hagas siempre lo mismo”.
No dejes que tus creencias arruinen tus próximas vacaciones
Rebeca López es co-autora del libro "El Método del Estrés Positivo" junto a Ángel López