Estamos cambiando la historia de la humanidad
Observar los avances del hombre desde su origen en el área científica, por ejemplo, nos permite hacer un correlato de la frecuencia –o infrecuencia- con la que algunos seres de mentalidades excepcionales descubren lo vedado para los ojos ordinarios o logran percibir los sucesos extraordinarios como una epifanía.
El tiempo, que todavía no sabemos si transcurre o nosotros transcurrimos en él, se encargó de ponerle fecha a esos descubrimientos. Si observamos detenidamente, la Humanidad parece haber parido a esos seres brillantes en momentos determinados. La historia científica del mundo ha pasado por sucesivos períodos de descubrimientos, oscuridad, renacimiento... Las épocas se suceden ininterrumpidamente y los hombres parecen andar sus pasos en forma acompasada, excepto algunos de ellos que eligen romper las reglas y abrirnos los ojos a lo asombroso.
Allí por septiembre de 2006, dos noticias científicas se manifestaron en forma tímida y tibia en los medios: una, la de un premio internacional de matemática a un científico ruso que decidió no recibirlo; la otra, astrónomos de todo el mundo decidieron que Plutón ya no era más un planeta en nuestro sistema solar sino un planetoide o planeta enano de la, por entonces también, nueva categoría de los plutoides.
El científico ruso, para quien el dilema matemático se presentó como un desafío de ciencia pura que su mente curiosa se propuso descifrar, desenredó un enigma que llevaba más de cien años sin poder comprobarse. Grigori Perelman, conocido como Grisha, develó la conjetura de Poincaré -uno de los siete desafíos matemáticos del milenio- que dice algo así como que la esfera cuatridimensional o hiperesfera (sí, ni la podemos imaginar porque tiene cuatro dimensiones) es la única variedad compacta cuatridimensional en la que todo lazo o círculo cerrado se puede deformar y transformar en un punto. Es fundamental que la esfera no tenga interrupciones –como orificios-. Se consideraba una conjetura tan difícil de resolver que se ofreció un premio de un millón de dólares a quién lo hiciera. A partir de Perelman, esta conjetura dejó de ser tal para convertirse en teorema.
Claro que para los neófitos como muchos de nosotros esto viene a ser algo así como ”¿Y...?”. El tema es que esto, que allané demasiado, puede redefinir los parámetros físicos y matemáticos sobre los que se basan la ciencia moderna y todas sus consecuencias. De hecho en 2008, dentro del área de la medicina por ejemplo, se propuso el uso de este teorema para el control de la formación de tumores cancerígenos multicelulares no irrigados (avasculares). Aún así, sucedió una de las cosas más increíbles de aceptar en este siglo XXI: Perelman rechazó el premio. Dijo que a él le bastaba haberlo develado y que ése era su único objetivo. Además, alegó que se basó en ciertas investigaciones de otro matemático, Hamilton, con lo que creía que el premio debía ser compartido. Y se llamó a silencio.
Mientras tanto, en Praga, se estaba llevando a cabo la XXII Conferencia Internacional de Astrónomos. Después de un acaloradísimo debate, se votó casi por unanimidad que Plutón no era un planeta, sino un “planeta enano”. A no confundirse: no hablamos de una “subdivisión” de la categoría “planeta” sino de una división nueva. Dentro de los planetas enanos están también Ceres, Caronte y Eris, por lo que nuestro sistema planetario pasó a tener ocho planetas en lugar de nueve, tres planetas enanos y el resto de los cuerpos celestes habituales (asteroides, cometas, etc.). Catorce años después, hace apenas veintiún días, el 2 de enero de este año 2020, la Unión Astronómica Internacional reclasificó a Plutón como planeta. Dijeron haber subestimado el interés y apego del público en general por esta lejana roca fría.
Entonces pensé que esto, tan inadvertido, puede estar indicando un nuevo hito en la historia de la ciencia y la Humanidad. Y me hice una pregunta sencilla, sin demasiada brillantez pero que desencadenó una secuencia interminable de pensamientos en mí: ¿cuántas veces somos concientes de los cambios importantes, refundacionales, transformadores de nuestra realidad, cambiantes de nuestra historia de los que estamos siendo testigos y protagonistas? Imaginémonos dentro de cien años leyendo libros de historia...
Sí, eso me pareció a mí también. La vorágine de nuestra vida no nos está dejando espacio para ver lo increíble y maravilloso de este período histórico en el que estamos transcurriendo nuestra existencia.
Y, quién sabe, tal vez el nombre de alguno de ustedes, querid@s lectores, llegue a figurar en esos libros.
Cyndi Viscellino Huergo © 2020 Todos los derechos reservados
En la foto, Jules Henri Poincaré le está explicando algo a Marie Curie. Detrás, el joven Albert Einstein (entre otros grandes), otro de los inspirados por Poincaré para desarrollar su Teoría de la Relatividad. Conferencia Solvay, 1911
Counselor ECP | Sexóloga | Capacitadora | Docente | Escritora
5 añosEmpath 🦋 El Puente de Empatía hacia Vos www.cvhuergo.wixsite.com/empathmultiverso