Estar consciente, para llevar una vida plena y significativa.

En días pasados he estado conversado con algunas personas que utilizan el estrés o el dinamismo del trabajo como excusa de las cosas que hacen o que dicen. Lo interesante del tema, es que yo también lo hago, sin embargo, estoy tomando correcciones al respecto.

La clave en esto es una palabra simple pero poderosa que se llama “Consciencia”. Es una palabra que se está utilizando mucho en diferentes cursos y libros, sin embargo, la utilizamos poco.

Ser consciente implica una comprensión profunda de uno mismo, de nuestras emociones, pensamientos y acciones. Esta conciencia interna nos permite tener claridad sobre nuestros valores, metas y propósito en la vida. Por otro lado, estar consciente se refiere a estar presentes en el momento presente, con atención plena a lo que estamos experimentando en ese instante. Esto implica estar completamente enfocados en nuestras actividades, sin distraernos por preocupaciones pasadas o futuras. Estar consciente nos permite disfrutar más plenamente de nuestras experiencias, cultivar relaciones más significativas y aumentar nuestra capacidad para lidiar con el estrés y la adversidad.

Si bien es importante el ser consciente, en esta oportunidad nos enfocaremos en estar consciente.

La importancia de estar consciente:

• Plenitud en el presente: Nos permite disfrutar plenamente el aquí y el ahora, aumentando nuestra capacidad de apreciar las pequeñas alegrías y experiencias de la vida.
• Reducción del estrés: Nos ayuda a reducir la ansiedad al enfocarnos en presente, evitando preocuparnos por el pasado o el futuro.
• Mejora de la concentración: Mejora nuestra capacidad de concentración y enfoque, siendo más efectivos en nuestras tareas diarias y en nuestro rendimiento.
• Fortalecimiento de relaciones: Nos permite estar más presentes en nuestras relaciones, lo que fortalece los vínculos con los demás y nos ayuda a comunicarnos de manera más efectiva y comprensiva.

Aquí tienes algunos factores clave para estar consciente:

1. Atención plena: Implica estar completamente presente en el momento actual, prestando atención a nuestras experiencias internas y externas sin juzgarlas. Implica enfocar nuestra atención en lo que está sucediendo en el momento, sin ser arrastrados por pensamientos.
2. Observación sin juicio: Implica observar nuestras experiencias internas (emociones, pensamientos, sensaciones corporales) y externas (entorno, interacciones) sin juzgarlas como buenas o malas. Simplemente las observamos tal como son, es decir con neutralidad.
3. Autoconciencia: Implica tener un entendimiento profundo de uno mismo, incluyendo nuestras emociones, pensamientos, comportamientos y patrones. Nos permite darnos cuenta cuando nos estamos desconectando y nos ayuda a volver a centrarnos en el aquí y ahora.
4. Regulación emocional: Implica ser capaces de reconocer y gestionar nuestras emociones de manera saludable. Al estar presentes, podemos observar nuestras emociones sin ser arrastrados por ellas, respondiendo de manera menos reactiva a las situaciones.
5. Conexión con el entorno: Implica estar conscientes de nuestro entorno, incluyendo las personas, objetos y situaciones que nos rodean.

Cultivar estos factores clave de estar consciente puede mejorar nuestra calidad de vida, reducir el estrés y la ansiedad, y fomentar relaciones más saludables y significativas con nosotros mismos y con los demás.

Existes algunas técnicas para mantenernos presente, por ejemplo, hablan de Midfulness, escaneo corporal, análisis de los sentidos, yoga, tai chi, registros de gratitud, entre otros. Yo personalmente uso la técnica del “Ligazo” (imagen), que es más económico, simple y consiste en que cada momento en donde nos hablamos mal a nosotros mismos, respondemos o nos dirigimos a las personas de forma negativa, no estamos presentes o prestamos atención a quien nos habla, entre otros, tomamos la liga, la estiramos y la soltamos (cada uno puede optar por soltarla o no). La simple acción de tomar la liga genera la toma de conciencia. Es darnos cuenta donde ponemos nuestra atención y nuetsro enfoque. Ese mal pensamiento o emoción negativa detectada posiblemente nos está haciendo más daño que el mismo ligazo. Por consecuencia, esto nos llevara en poco tiempo a estar más presente con nosotros mismos y con nuestro entorno.

En resumen, ser consciente nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y a vivir de acuerdo con nuestros valores, mientras que estar consciente nos permite disfrutar plenamente del momento presente y encontrar sentido y satisfacción en nuestras vidas. Ambos aspectos son fundamentales para cultivar una vida equilibrada y significativa.

Los invito a ser más felices y a estar más conectados, a estar más conscientes con Ustedes mismos y en sus relaciones.

Un abrazo.

Eduardo Merino-Reyna