"ESTAR PRESENTE"- LA COMPETENCIA OLVIDADA EN LAS ORGANIZACIONES
Ante los constantes cambios y nuevos desafíos que nos presenta el mundo, cada vez se hace más relevante que empresarios, líderes y ejecutivos pongamos mayor atención a esta descuidada competencia: “Estar Presentes”, que es la base fundamental para una Comunicación efectiva, un Trabajo en equipo exitoso y un Liderazgo ejemplar. Ahora sabemos que estas 3 capacidades básicas que toda organización busca robustecer en su gente, a su vez dependen del desarrollo de otras competencias subyacentes como la Escucha profunda, la Empatía, la Resiliencia y la Inteligencia Emocional.
El estar verdaderamente Presente o lo que en la actualidad se conoce como Mindfulness, es un entrenamiento que requiere práctica constante. Esta habilidad natural de todos los seres humanos la vamos perdiendo debido a muchos factores: la forma que nos criaron, el sistema educativo focalizado en la racionalidad, la tecnología, los pensamientos y creencias, el “ruido” social, la prisa, las distracciones, y la intensidad cada vez mayor de los estímulos y condicionamientos del mundo exterior. Todo esto nos ha llevado a una desconexión Mente-Cuerpo que involucra un inmenso des-balance entre el pensar y el sentir.
Para volver a sentir podemos re-aprender a utilizar conscientemente nuestros sentidos, que de alguna manera nos pueden traer de regreso al momento presente, por ejemplo: acariciando con nuestra mano una textura o sintiendo el contacto de la brisa en el rostro, saboreando lentamente una fruta, percibiendo el aroma de una flor, observando en pausa los detalles y matices del cielo, o escuchando con atención el trinar de los pájaros en la mañana...
Esta práctica puede ser un gran inicio, pero por qué utilizar nuestros sentidos no es suficiente para realmente estar conectados con el momento presente?
Porque para verdaderamente estar presentes es necesario percibir el objeto sentido, como si fuéramos un testigo silencioso, desde la curiosidad y la absoluta ignorancia, es decir libres de cualquier pensamiento, emoción, juicio o etiqueta. Por ejemplo si al escuchar el trinar de los pájaros, tu mente quiere determinar que pájaro es? (Etiqueta), o empieza a asociar ese instante con algún momento de tu niñez (Pasado), o imaginar cómo sería vivir en el campo (Futuro), simplemente ya no estás en el momento presente!! Te perdiste el deleite de ese regalo de la vida, ahora!!...
Adicionalmente y como recurso y práctica potente para retornar al momento presente, contamos todos con la capacidad de recuperar nuestro sexto sentido, lo que los neurocientíficos llaman Interocepción, y que comprende el único y verdadero Sentir; sentir las sensaciones que se manifiestan en alguna parte de nuestro cuerpo, como cambios en el ritmo respiratorio, latidos de corazón, temperatura, tensiones corporales o movimientos sutiles como parpadeos, hormigueos, sudor, entumecimiento, escalofríos, pálpitos, contracciones, etc... que por un lado nos devuelven la íntima conexión mente-cuerpo, y por otro aprendemos la habilidad de reconocer las señales que nos emite la sabiduría corporal, escuchar nuestros instintos, y desarrollar nuestra Intuición...
Desde una perspectiva moderna y respaldada por cientos de estudios científicos, en última instancia, la incapacidad de una persona para estar presente en el Aquí y Ahora puede ser considerado como resultado de algún tipo de trauma.
Podría sonar algo alarmante, pero no, un trauma se forma no solo cuando un ser humano experimentó algún evento específico intenso o violento como puede pasar en un accidente, desastre natural, asalto, guerra, violación, parto difícil, etc. sino también cuando vivió interacciones -generalmente en su niñez- que reprimieron su capacidad de expresarse, defenderse o huir, alterándose o bloqueándose la reorganización natural de su cuerpo-cerebro, y afectando por tanto su fluidez, autenticidad y libertad personal.
Esta persona por tanto observa el mundo desde el filtro de una mente no integrada con el cuerpo que generalmente divaga por el pasado o por el futuro, habitando regularmente algún tipo de miedo, rabia, ansiedad, culpa, resentimiento o vergüenza... y sus acciones, reacciones o formas de interactuar consigo mismo o los demás son automáticas, reactivas e inconscientes.
Un trauma habita en el cuerpo, en la memoria implícita, en el sistema nervioso, obstruyendo tanto el flujo natural de la energía a través de nuestro cuerpo, así como el intercambio de energía/información con nuestro entorno (como nos relacionamos). Los traumas se manifiestan a través de alguna forma de Rigidez o Caos en nuestra forma de pensar, sentir o actuar, y principalmente en comportamientos como: Estar Hiper-vigilante o en estado de alerta listo para luchar o huir; Vivir en el Hacer y lograr, más que en el Ser, perdiendo la capacidad de sentir; Disociarse de la realidad bloqueando inconscientemente hechos, emociones o pensamientos; Desatención de sus propias necesidades y deseos, relacionándose con los demás desde el Complacer; o en alguna Disminución o Colapso de la energía vital.
Se estima que alrededor del 70% de la población mundial tiene algún tipo de trauma, sea de shock, de desarrollo o trans-generacional.
La buena noticia es que ahora la ciencia ha demostrado que debido a la enorme neuroplasticidad de nuestro organismo, con el acompañamiento profesional adecuado y sin necesidad de medicación alguna, nuestro cerebro, sistema nervioso, cuerpo y mente tienen la increíble capacidad, sin importar nuestra edad, de reconfigurarse, construir nuevas redes neuronales , re-integrarse y crear patrones de pensamiento, emocionales y de comportamiento saludables, que nos brinden mayor Ecuanimidad, Alegría y Poder personal para vivir así con mayor Plenitud y Bienestar.