Estar presentes

En infinitas situaciones necesitamos estar concentrados para encarar alguna tarea compleja y no lo logramos.

Sabemos que tenemos que hacerlo, aun así, nos dispersamos voluntaria e involuntariamente, perdidos en pensamientos y pequeñas acciones que nada tienen que ver con la tarea a abordar, esa que es importante, esa vinculada a nuestra identidad laboral.

¿Por qué nos pasa esto? ¿Acaso es auto-sabotaje?

Podría serlo: muchas veces, aquello que nos convoca en nuestro más relevante perfil profesional nos atemoriza un poco, quiero decir, se pone en juego nuestro prestigio y nuestro saber y -sin dudas- puede ser amenazante.

Pero no hablaré hoy de esto, no es a lo que quiero referirme en esta oportunidad.

Quiero hablar sobre la conexión cuerpo-energía.

El cuerpo está en posición presente, (sentado frente al portátil, por ejemplo, inclusive con los dedos sobre el teclado) pero la energía está ausente. No es por cansancio o por saturación. Es por distracción.

¿Dónde está la energía distraída?

En el pasado. O en el futuro. O en ambos, alternativamente.

Claramente, no está en el momento presente, que es cuando se la necesita para ejecutar.

Vivimos en estado de desconexión casi permanentemente. Son muy pocos los momentos en los estamos en “flujo”, tal como menciona Mihály Csíkszentmihályi (un reconocimiento a aquel que pueda pronunciarlo).

Este científico, considerado el investigador más importante de la Psicología Positiva, esboza en su teoría que las experiencias óptimas se alcanzan y que la gente es más feliz cuando está en un estado de "fluir" —concentración o absorción completa en la actividad o situación en la que se encuentran. Se puede decir que es un estado óptimo de motivación intrínseca, en la que la persona está inmersa en lo que está haciendo. Es algo que todos hemos percibido más de una vez, y se caracteriza por una sensación de gran libertad, gozo, compromiso y habilidad, durante la cual las sensaciones temporales (la hora, la comida y el yo) suelen ignorarse.

De acuerdo, si, lo hemos experimentado alguna vez. Quienes estamos trabajando en nuestra vocación, lo hemos vivido más de una vez, por suerte. Y se siente genial.

Pero ¿se puede inducir el estado de “flujo”?

Dado que el trabajo es sólo una manifestación de nuestra totalidad, puede ocurrir que -aun estando muy motivado por la tarea- me encuentre disperso por otras cuestiones y por lo tanto, no alcance ese estado total que proporciona el fluir.

Parte de mi energía, mi emoción y mis pensamientos están conectados pero muchas veces no es suficiente puesto mis otros intereses me convocan o distraen.

De manera que habrá que trabajar para unir cuerpo y energía a los fines laborales. Y hay un método sencillo para acercarnos a eso.

Cómo reunir cuerpo y energía

El objetivo es estar alineados con el “aquí y ahora” para estar plenos y conscientes en vez de navegar por las aguas de lo incierto, tanto sean recuerdos como deseos.

Para eso, hay que conectar con lo más contundente que nos une al presente: nuestro cuerpo.

De manera que -aunque sabemos de los beneficios del mindfulness para relajarnos-  utilizaremos la concentración de la mente y el sentir de lo físico para anclarnos en una totalidad, que es definitivamente, lo que somos. Y con ambos, alcanzar lo que necesitamos / queremos / debemos hacer.

Pasos para aunar cuerpo y energía

. Posición cómoda y ojos cerrados

-Respirar profundo varias veces

- Concentrar la energía de nuestro cuerpo y ubicarla por detrás de los ojos, dentro de la cabeza.

- imaginar un gran haz de luz que sale de la base de la columna y va directo al centro de la tierra, conectándome con ella: necesitamos enraizarnos.

- Una vez conectados, nutrirnos de su energía, que sube por el haz de luz, atraviesa los pulmones, el corazón, la garganta y luego llega directamente hasta el centro de la cabeza, en el centro de la energía propia, por detrás de los ojos.

- Permanecer observando cómo esa energía interna vigoriza y conecta con el cuerpo físico. Identificar la tensión en el cuerpo, algún cosquilleo leve, y la fuerza de la energía.

- Abrir los ojos.

¡Listo para ocuparme de la tarea!

Y si no alcanzó, repito procedimiento tantas veces como necesite.

Sabemos que las habilidades se conquistan con repetición.

Nuestro cuerpo y nuestra energía unidos nos mantienen presente y nos ayudan a estar en coherencia interna.

Luego, me cuentas.