¿Estaremos preparados para liderar en el Nuevo Paradigma?
Sentada en el Café San Camilo, en la bella Cali, me distraigo viendo a las personas a mi alrededor. En la mesa de al lado, un grupo de seis personas está en una reunión de trabajo. Tres hombres y tres mujeres, todos con expresiones de aburrimiento. Una de las mujeres, con el ceño fruncido, le explica a quienes obviamente son su equipo comercial, cómo la dirección de la empresa le ha dado una "zarandeada" por no cumplir con las metas del Q.
"Y terminamos otro trimestre sin cumplir la meta... Muchachos, nos toca ponernos las pilas pa'l último...", dice con voz cansada, rogándole a su equipo: "Dependo de ustedes muchachos. Estoy agotada de que cada mes me levanten por esto" y cierra con la clásica: "Ve, ya sabemos que somos un número más y tenemos que cumplirlo". En ese momento, fue inevitable recordar momentos similares que viví en el pasado, cuando la presión de cumplir metas era lo único que parecía importar, cuando también sentía la presión de "hacer que la gente se montara al bus", como solía decir.
Esta misma mañana en las noticias, hablaban de un reconocido periodista que renunció (o lo renunciaron) de la dirección de uno de los medios radiales más importantes del país. Los rumores apuntaban a que fue por algo que dijo al aire pero las más acertadas porque la industria de medios está cada vez más difícil y él no logró cumplir con las metas económicas del año anterior.
Y así, entre reuniones frustradas, noticias de despidos y el ajetreo de la vida cotidiana, terminé escribiendo este artículo...
La Era Industrial y sus Residuos en la Gestión Actual
En la era industrial, la gestión del talento se basaba en un paradigma mecanicista: las personas eran piezas de una maquinaria cuyo valor se medía en términos de productividad y eficiencia. Este modelo fue efectivo para la época, pero con el tiempo, esta mentalidad se extendió incluso a empresas de servicios y de manera irónica, a las industrias creativas, donde la innovación y el pensamiento crítico son fundamentales pero fueron consumidas por los sistemas de control donde los talentos son "recursos".
A pesar de que esto puede sonar obsoleto, la realidad es que muchas empresas siguen operando bajo este mismo modelo. Las expectativas siguen limitando el potencial humano, y los líderes, presionados por cumplir metas, olvidando que detrás de cada número hay personas con aspiraciones, talentos y emociones. Es como si el paradigma de la era industrial se hubiera tatuado en las organizaciones, haciéndolas incapaces de adaptarse a las necesidades de la fuerza laboral moderna.
Expectativas y su Impacto en el Desempeño
"Que tú te creas capaz o no, depende solo de ti. Pero también tu entorno puede elevarte o enterrarte." El Efecto Pigmalión nos demuestra que las expectativas que tenemos sobre los demás influyen directamente en su desempeño.
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Cuando los líderes establecemos expectativas claras y realistas, el equipo responde positivamente. Pero cuando esas expectativas son inalcanzables o están desconectadas de la realidad, el equipo se desmorona bajo la presión. Al final, el verdadero reto está en encontrar el equilibrio entre lo que se espera de los demás y lo que ellos pueden lograr en un entorno que los apoya.
Cómo los Líderes Podemos Aplicar el Nuevo Paradigma
Equilibro
"Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta." — Carl Jung.
Encontrar el equilibrio adecuado entre las expectativas que ponemos en los demás y en nosotros mismos es fundamental. Si no logramos ese balance, corremos el riesgo de crear un entorno en el que el talento se apaga en lugar de florecer.
Quizás ha llegado el momento de que tanto líderes como equipos comencemos a mirar hacia adentro, despertando una nueva forma de gestionar el talento. Una que esté verdaderamente alineada con las necesidades reales de las personas y del mundo actual. Porque más allá de las metas y los números, la pregunta esencial es: ¿cuáles son los verdaderos propósitos?
#liderazgocosciente #desarrolloprofesional #transformaciondeRRHH #gestiondetalento
Director General
3 mesesEstoy de acuerdo Tata, las empresas deben concientizarse de que contratan seres humanos que tienen aspiraciones, metas, objetivos y deseos de superación por lo que hay que incorporarlos en función de todo su potencial.
Publicista independiente. Ex director creativo y catedrático universitario. Creatividad y buen humor para rebelarse contra el status quo, eliminar creencias limitantes, reinventarse y ganar en épocas de crisis.
3 mesesExcelente reflexión, Tata Orozco ! Cuando todo se aplica juiciosamente y aún así no se logran los resultados, la creatividad se convierte en la ventaja diferencial. Un abrazo.
Tata Orozco de acuerdo! Hoy en día está claro que una empresa no solamente se debe a sus inversores, que esperan un retorno razonable a su dinero, sino también a muchos otros stakeholders o grupos de interés: los clientes, los empleados, los proveedores, la comunidad… una empresa sostenible (y voy a quitarle lo verde al término) es una empresa que está diseñada para sostenerse en el tiempo, a largo plazo. Y para ello, tiene que saber que vive dentro de una dinámica interdependiente, y que su supervivencia en el tiempo depende del impacto que genera en todos esos stakeholders. Un stakeholder importantísimo son los empleados, que son quienes implementan esa estrategia de sostenibilidad. Si los empleados no son bien tratados y se sienten como un número más, pierden el entusiasmo por su trabajo y la implementación de la estrategia falla. Buen post! Gracias!!
💎ISO 56002 Expertise | 🧠Global Entrepreneurship and Sustainable Businesses | 💫 Innovation Management Systems | 📲Certified L&D Manager | 💹Business Creativity Expert | Data Scientist (progress)
3 meses¡Excelente reflexión! Respecto al talento e innovación, es crucial contar con un entorno que apoye estas habilidades, puesto que, como se mencionada acá, el modelo mecanicista no es el indicado para que la creatividad florezca.