Evaluar al riesgo con infantilismo o la seguridad mal entendida
Es bien sabida que una de las frases preferidas de los argentinos es “a mí no me va a pasar”. Esta frase oculta muchas cosas: ignorancia, soberbia, prepotencia o, lo que es peor, miedo.
La creencia popular reza que lo que no se invoca no tiene por qué ocurrir, cuando en realidad, filosófica y psicológicamente es todo lo contrario. Si algo va a ocurrir sucederá y si se niega algo, indefectiblemente, ocurrirá.
Un diario de Neuquén –según puede verse en la fotografía- minimizó el juego de la Blue Whale el cual ya mató a 130 adolescentes induciéndolos, psicológicamente, al suicidio diciendo “el juego no es otra cosa que un juego de desafíos…..”. El periodista con total infantilismo, ignora que este juego, cuyo trasfondo secreto cualquier especialista en seguridad policial o militar puede intuir, está volviendo locos a más de un cuerpo de seguridad de casi 12 países.
Pero para este periodista, la cosa es sólo un juego: “El juego en cuestión no es otra cosa que una lista de desafíos destinados a adolescentes que tiene en su fase final la posibilidad de retar a la muerte para demostrar valentía o, si se quiere, lograr cierto status dentro de las tribus urbanas o virtuales a las que pertenecen.”. ¿Ingenuo no?
Lo mismo ocurre con la seguridad en todos los ámbitos.
Todos saben que las empresas que fueron robadas en los últimos 3 ó 4 años en la región tenían alarmas monitoreadas por alguna de las tres empresas más populares que ofrecen este servicio. Me tomé el trabajo de llamar a 12 empresas que fueron robadas en Neuquén y Cipolletti: todas se comportaron con total infantilismo ya que luego de ser asaltadas no solo mantuvieron el servicio con esas mismas empresas de seguridad sino que las justificaban argumentando que era porque las alarmas y cámaras que tenían colocadas “ya tenían sus añitos, hace como 2 años que me las colocaron)”
Mezclar infantilismo y seguridad es fatal. El precio es: dinero o bienes o la vida.
El control del riesgo implica responsabilidad frente al delito. Mientras no se asuma ésta, se contribuye con su expansión y propagación.
Si tiene una empresa y no está blindada contra el delito sepa que, indefectiblemente, está poniendo su granito de arena para que haya más delincuentes. Como el periodista de la “ballenita”, que dice que “hablando…se previenen los riesgos y se evitan las desgracias”. Claro, claro, hablando las cosas se arreglan: indefendible (o pregúntele a los que le robaron si están de acuerdo con conversar un rato).