Expectativa vs. preparación

Expectativa vs. preparación

Continuamos viviendo una situación anormal de cuarentena, de encierro. Es antinatural, pues los seres humanos somos seres sociales, de comunidad, que nos reconocemos en el otro. Pero es un momento necesario y saludable, que nos ha traido grandes retos, a algunos de trabajo, a otros familiares, a otros de relacionamiento interno y de manejo de sus sentimientos y emociones. Lo que sí es verdad, es que a todos nos ha tocado adaptarnos de alguna u otra manera, en mayor o menor medida.

La motivación al principio, era vencer al enemigo invisible. Era una motivación de valentía que todos asumimos diligentemente, con la esperanza de que si lo hacíamos bien, íbamos a salir más rápido del asunto. Pero se fue alargando, pues el enemigo es difícil de vencer y ataca a todos por igual. Así que la motivación siguiente, fue un poco la solidaridad, cuidarnos unos a otros, pues de esa forma la curva se bajaba y al final podríamos evitar tantas bajas. Pero aunque las curvas se bajaran, empezaron a surgir otros problemas adicionales que no permitieron abrir los comercios ni empezar la vida normal nuevamente. Y empezamos entonces a hablar de una 'nueva normalidad' que nos invitaba a hacer cambios más drásticos y permanentes si queríamos sobrevivir. El lenguaje cambio, algunos hábitos cambiaron, y aunque creo que el nuevo normal no va a ser tan diferente del anterior, si es cierto que todos nos veremos afectados al final y tendremos que mirar hacia delante de forma diferente. ¿Y ahora, que viene? La motivación es difícil de mantener; ya racionalizamos los datos, estamos cansados, y nos preguntamos si esto es lo adecuado ante las necesidades económicas, sociales y afectivas. ¿Qué sentido tiene seguir trabajando a distancia, saludándonos por video, cuidando a nuestros padres y abuelos pero perdiendo tiempo valioso y escaso con ellos? Son preguntas que muchos nos hacemos, difíciles de responder.

Y ante esto me surgen dos ideas de cómo afrontar estos momentos:

  • Manejar nuestras expectativas, anticipando el futuro: Queremos volver a tener control de lo que va a suceder. Tener respuestas a lo que ni siquiera sabemos si se va a presentar. Eso produce solo angustia y ansiedad, porque no hay certezas. No se como va a ser esa nueva normalidad y no podemos saber si va a ser lo correcto. Y es importante preguntarnos acá... ¿Realmente tenía el control de todo, o era tan solo una ilusión? ¿Cómo era ese normal que manejaba y como quiero que sea de ahora en adelante? ¿Quiero seguir viviendo como vivía antes de la pandemia?
  • Prepararnos para ese futuro:  ¿Será que la nueva normalidad es tan diferente a lo que conocemos? ¿será que cambiamos costumbres de años en unos cuantos meses? Puede que haya cosas diferentes y hábitos nuevos. Hemos aprendido cosas nuevas, hemos reflexionado más, nos hemos tratado de adaptar a la convivencia en casa, hemos aprendido a trabajar a distancia, tal vez nos ha tocado confiar más en los colaboradores, rediseñar nuestras metas y ajustar los resultados deseados a una nueva realidad. Así que en lugar de anticipar ante el hecho de la incertidumbre, podemos prepararnos para surfear en esas aguas intranquilas y sacar lo mejor al final y para esto necesitamos:
  1. Ubicarnos en la realidad de lo que sucede. Hay gente que ha enfermado, otros que tienen consecuencias de salud, hay desempleo, hay mas pobreza, todos habremos perdido dinero. Probablemente viviremos algún duelo por la pérdida de un ser querido, la quiebra de nuestra empresa; la mayoría nos veremos afectados por los cambios drásticos causados por la pandemia.
  2. Entender que aunque se hayan desarmado las cosas, hayamos perdido un poco el control o se hayan desbaratado nuestros planes y esas estructuras que habíamos construido se hayan caído, podemos volver a pararnos. Ha sido una cachetada a la soberbia que nos ha mostrado la imprevisibilidad de la vida. Pero tenemos recursos para volver a salir adelante. Recursos que hemos descubierto en las circunstancias que nos ha tocado vivir. 

Así que preparemos con esperanza y con humildad. Cada uno de nosotros decidimos, tenemos ese poder, y aunque aún haya incertidumbre, podemos comprometernos para que lo bueno suceda. No es quietud, es dar los pasos necesarios para construir el futuro que queremos con nuevos aprendizajes. No quedarnos pasivos esperando que alguien traiga las soluciones, sino poniendo lo mejor de nosotros para que las cosas sean mejores y estén bien a pesar de las circunstancias. 

El miedo va a seguir ahí, pero ¿cómo lo queremos vivir? Podemos dejar que nos paralice o movilizarnos y salir adelante, a pesar de todo.


Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas