Extracto del Informe de Actividades 2018 de la Fundación Cuomo
2018 fue un año de reflexión.
Reflexión que, sin embargo, no ha detenido nuestra acción, que sigue siendo esencial para equilibrar y fortalecer los vínculos entre los protagonistas de esta formidable aventura que es la vida de la Fundación Cuomo.
Los organizadores y los participantes en la Academia Filantrópica nos preguntaron cómo nos convertimos en filántropos. Compartimos con ellos nuestras experiencias, nuestras dudas, nuestros temores. También, y sobre todo, subrayamos la necesidad de actuar. Para ello y para una mayor seguridad se pueden utilizar métodos, herramientas, para lograr un buen dominio de la gestión de proyectos filantrópicos.
Sin embargo, ante la multitud de necesidades, de ámbitos que hay que mejorar, de obstáculos, de miedos, sólo se impone una solución: la acción.
Además del respaldo financiero que se nos pide, aportamos nuestro compromiso y nuestra capacidad, fruto de nuestros diversos itinerarios. Nos preocupa especialmente el respeto de los valores y las competencias de nuestros colaboradores. De este modo, nos convertimos en algo más que simples patrocinadores. Somos actores de pleno derecho, responsables y comprometidos.
Las sinergias y las alianzas con organizaciones como la nuestra no pueden sino permitir un acercamiento más profundizado.
Obviamente, la prudencia debe servir de guía para medir el grado de madurez de una determinada solicitud. La precipitación no debe prevalecer sobre un enfoque que combine la emoción y la lucidez indispensables para comprender lo que está en juego, las expectativas y los resultados esperados.
En 2018 pudimos inaugurar el Centro Cuomo de Dakar, donde se han operado más de 300 niños desde que se iniciaron las actividades.
Las obras del nuevo instituto de Mambakkam, en la India, han llegado a su fin. 800 estudiantes podrán disfrutar de estas nuevas instalaciones que recibirán en el curso académico de 2019 el Green Label concedido por el Indian Green Building Council (IGBC).
Varios miles de personas acceden al agua potable gracias a la realización de pozos profundos financiados por la Fundación en la región de Gorom-Gorom, una región hostil de Burkina Faso.
Seguidamente figuran algunos ejemplos de medidas concretas adoptadas por los equipos en terreno, de las que no podemos menos que enorgullecernos.