Fatiga pandémica, o cómo caminar por arenas movedizas
Fatiga pandémica. El agotamiento que estamos experimentando desde hace casi un año tiene nombre. Y, a medida que pasan los días y seguimos sin ver la salida a esta crisis sanitaria, cada vez afecta a más personas.
El cansancio emocional tiene diversas causas, tal como expone la OMS. Quiero destacar las siguientes, que me parecen las más relevantes:
● El estado de hipervigilancia permanente por el miedo a enfermar.
● La situación de crisis económica, con negocios que cierran cada día y trabajadores que ven amenazados sus puestos de trabajo.
● La incertidumbre constante que nos paraliza.
● La privación de la libertad individual por los confinamientos y toques de queda.
● El aburrimiento de vivir recluidos en nuestra burbuja, con un estilo de vida mucho más aletargado, sin tantos estímulos como antes.
Juntas, todas estas causas forman un cóctel explosivo que nos produce ansiedad, estrés, insomnio, irritabilidad, nerviosismo, tristeza, apatía, desmotivación, cansancio, debilidad, indefensión, frustración… Y podría seguir así durante horas.
Seguro que has experimentado algunos de estos estados de ánimo en los últimos meses. Probablemente, con más frecuencia que antes de la pandemia. Y es que los estudios sobre salud mental son claros: alrededor del 60% de la población europea sufre de fatiga pandémica.
Es normal que nos sintamos así en plena tercera ola. Estamos experimentando un duelo colectivo, que va más allá de las consecuencias directas del virus y de los centenares de muertes diarias (tantas, que nuestra mente ya no es capaz de asimilar las cifras). La situación se está alargando tanto que incluso a los más optimistas les flaquean las fuerzas.
Muchas relaciones se han roto en estos meses. Mucha gente ha perdido su trabajo. Nada de lo que dábamos por descontado lo es. Vivimos al día y nuestra zona de confort se tambalea. Estamos inmersos de lleno en un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). Hemos perdido la seguridad laboral y social: ahora caminamos por arenas movedizas.
La sensación de que nos están arrebatando un año (o más) de nuestras vidas está muy presente, sobre todo entre la población más joven. Y, a medida que pasa el tiempo, la negatividad y la frustración van adueñándose de nuestra mente.
Este agotamiento, por supuesto, también está haciendo mella en el terreno laboral. Si estamos descontentos, estresados y angustiados, somos menos productivos. De hecho, también se habla de la “fatiga de zoom” para reflejar el agotamiento de tantas videoconferencias. En momentos así, muchos trabajadores tienden a desvincularse emocionalmente de la empresa.
¿Te sientes identificado con estos pensamientos? Entonces necesitas tiempo para cultivar tu bienestar personal.
Toma nota:
● Acepta tus emociones. Es natural sentirnos así; no podemos estar siempre bien. Solo cuando reconozcamos nuestro estado emocional le podremos poner remedio. Normaliza tus pensamientos. Tenemos derecho a estar tristes y a sentir miedo; lo que no debemos dejar es que la tristeza y el miedo nos gobiernen. Si no logras salir a flote, pide ayuda.
● Limita el consumo de noticias sobre la covid. Sí, es nuestro deber estar informados, pero no las 24 horas del día, o nos será imposible alejarnos de la espiral de negatividad. Los anglosajones llaman doomscolling a esta tendencia tan nuestra de engancharnos a las noticias que nos deprimen. Necesitamos un descanso psicológico.
● Cuídate. Si no lo haces tú, ¿quién lo hará? En invierno, es importante establecer unas rutinas de ejercicios y tener una dieta variada y equilibrada para mantener las defensas altas. Los paseos al sol también están muy recomendados, así como dormir las horas necesarias para garantizarnos un buen descanso. Si estás en forma físicamente, ayudarás a tu mente a sentirse mejor.
● Busca un momento del día para relajarte. Puede ser con un libro, una taza de té, una práctica de yoga… Reducir el estrés es esencial para estar bien con nosotros mismos.
● Apóyate en los tuyos. Aunque sea desde la distancia, es vital mantener el contacto con amigos y familiares. Ante todo, somos seres sociales. ¡No lo olvidemos!
Más que nunca, ahora es el momento de escuchar a nuestro cuerpo, de mimarnos y de centrarnos en las pequeñas cosas buenas de la vida. De recordar que no estamos solos.
No seamos impacientes y no nos obsesionemos con aspectos que se escapan de nuestro control. Encarguémonos, eso sí, de mejorar las cosas que están al alcance de nuestra mano. Y veremos cómo, poco a poco, volvemos a pisar terreno firme.
Gerent at Barna Consulting Group and Professional Training & Coaching Consultant
3 añosOportunas y reconfortantes reflexiones, especialmente ahora que estamos llegando al tramo del sprint final. Gracias, Ana.
Asesora en productos Financieros y Seguros. Gerente Agencia Hnos.Trueba . Agencia Exclusiva Allianz Seguros.
3 añosGracias Ana Fernández me apunto tus consejos. Como siempre gran artículo.
Dirección y Administración en Correduría de Seguros Palma Espabrok
3 añosMuy buen artículo y una referente para nosotros. En estos momentos no logro descansar cómo me gustaría, la relajación es lo que más he perdido intentando siempre superarme y mejorar para seguir avanzando... Gracias Ana, tú voz vibra en el recuerdo de aquellos que nos apasiona escucharte, quizá tú post me sirva cómo esa píldora de energía que a veces necesitamos.
“En épocas de cambios, es fundamental transformar el negocio para adaptarse a las nuevas necesidades de nuestros clientes".
3 añosMuchas gracias Ana Fernández! Son consejos simples y que tienen gran impacto... me encantan
Socia en Barna Consulting Group - #VendeMásVendeMejor #TransformacionComercial
3 añosGran artículo que aborda un tema super presente en todos los hogares: la “fatiga pandémica”. Me han parecido súper útiles los consejos que nos brindas, que sin duda aplicaré:) Un abrazo!