FERNANDO SIMON, EL GESTOR DE EPIDEMIAS. EL “EXPERTO” DE DESPACHO
Este hombre de pequeña estatura, enjuto de carnes y melena nimbada, suscita todas las fobias y pocas filias. En el mejor de los casos se le considera un “sparring” del Gobierno. Pero conviene analizar qué es Simón, no tanto quién es.
Simón es un producto muy frecuente de lo que podemos llamar gestor de ciencia aplicada, en este caso la Epidemiología. Licenciado en Medicina y Cirugía, y especializado en Medicina Tropical y Epidemiología en Londres y Madrid, ejerció algo como médico de familia y pasó unos años en África, en Mozambique, y como voluntario de Médicos Mundi durante la guerra de masacre de Burundi. Y desde 2003, tanto con gobiernos del PP como del PSOE, ostenta cargos públicos en unidades de epidemiología. Desde esos puestos gestionó la mal llamada “crisis del Ébola”, que quedó en nada con un solo caso que se dio en una auxiliar de clínica, la cual se recuperó, en unos misioneros que no se recuperaron y en un perro que fue sacrificado.
No se puede negar a Simón experiencia y conocimientos de lo que es una epidemia, pero su experiencia es en sociedades muy poco desarrolladas, con ínfima estructura sanitaria, y en modo alguno es un científico. Se pierde un poco en sociedades desarrolladas y con economías más complejas. No tiene publicaciones que reflejen un trabajo de investigación experimental, y lo que ha publicado son básicamente trabajos de “opinión” sanitaria, más o menos sustentados en cifra epidemiológicas, como, por ejemplo: “Evaluation of the impact of the heat wave in the summer of 2003 on mortality”. Pertenece a esa pléyade de científicos orgánicos que los políticos usan para respaldar sus tesis bajo el genérico nombre de “La Ciencia”. Pero Simón no es un virólogo, ni un bioquímico ni un biólogo celular. Nada pasaría si fuera libre de formar su propio equipo, y tiene donde elegir sin salir de España, o saliendo. Y no solo en el idolatrado sector público. En compañías privadas como Gilead, Roche y otras hay experiencia en virus para aburrir. Pero no lo hará, pues el Gobierno tiene miedo de ser acusado de connivencia con el “capitalismo explotador”.
Como casi todos los altos funcionarios de la ciencia, con sueldo garantizado por el Estado, no concibe otra forma de solucionar los problemas que anulando la base del problema, en este caso la vida de los otros, aquellos que no cobran por Real Decreto Ley. Como la Cirugía acaba con un tumor de próstata eliminando la glándula, o el ecologista radical que promueve acabar con la contaminación antropogénica mediante la eliminación de la especie humana. Así, muchos como Simón, solucionan el problema del SARS-CoV-2 mediante la destrucción de la economía, pues para ellos economía es algo ajeno y remoto, algo así como el IBEX de logia masónica y cripta oscura. Simón no sabe expresarse como un científico, pues siempre se ha mostrado muy contundente y asertivo, cosa que ningún científico hace; pero tampoco como político, pues comete errores de novato, como afirmar sin rubor, que para qué iba a exigir el uso del barbijo (guiño a los amigos de Argentina) si no podía garantizarse el suministro. Por similares razones, se enfada tanto cuando observa que hay críticas a la gestión del equipo: no está acostumbrado a que sus decisiones se discutan.
Muchos como él, de buena carrera funcionarial, se han abrasado por contacto con políticos. La figura del “asesor de ciencia” es frecuente en EEUU, muchos presidentes han tenido a relevantes personalidades para este tema, que se han convertido en refrendadores de la opinión del líder. Así, John Holdren, asesor de Obama, vinculó la ola de frío de 2014 con el Cambio Climático, en total alineación con la línea ideológica del presidente.
En consecuencia, debería aclararse a los ciudadanos que aún creen que es la “Ciencia” quien sustenta las medidas, que no es la “Ciencia”, sino un entramado funcionarial que adopta una pose de ciencia y un cierto vocabulario que lo parece. Se ha rodeado de gente como él, como era de esperar, como mucho ha escuchado (u oído nada más) a virólogos, a bioquímicos o a biólogos con experiencia investigadora, y no se ha preocupado por conocer en profundidad los “ensayos clínicos” de fármacos y vacunas en marcha.
No sé si las posibles demandas y denuncias contra él prosperarán, pero habría que definir qué es exactamente Fernando Simón.
Farmacéutico adjunto en FARMACIA
4 añosEs un burócrata, y un gestor muy poco acertado en esta pandemia
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4 añosEste Doctor tiene muchos conocimientos, pero se ha convertido en una marioneta de este fatídico gobierno, si fuera sensato ya habría dimitido
Country Manager # Business Unit Manager # Sales & Marketing Manager # Senior Consultant
4 añosEs que parece el más sensato dentro del grupo de inoperantes y divos con los que comparte mesa. Ángel, as usual, brillante
C.E.O. en Noventure
4 añosOnce again, en el clavo. Si este señor tuviese el menor sentido de autocrítica y repasase l hemeroteca debería dimitir al minuto. Pero claro, cuando miras a sus compañeros de viaje te parece hasta sensato.