Finanzas Personales - Inversiones en 3 Pasos

Contexto General.

Hola! En esta sección, quiero darte un poco de contexto y explicar por qué invertir puede ser una buena opción para mejorar tus finanzas personales.

En primer lugar, ¿qué significa invertir? Invertir es hacer que nuestro dinero trabaje por nosotros, que aumente su valor en el tiempo. En términos prácticos, consiste en comprar activos que esperamos que aumenten de valor en el futuro. 

Se tiende a confundir ahorro con inversión. La principal diferencia entre ahorro e inversión es que el ahorro se enfoca en proteger nuestro dinero y mantener su valor, mientras que la inversión busca aumentar su valor. En el fondo, no basta con guardar nuestra plata, tenemos que ponerla a trabajar.

Un activo es cualquier cosa que tenga un valor, la clave está en elegir aquellas que aumenten su valor en el tiempo y que generen un retorno atractivo. Estos activos pueden ser acciones, bonos, fondos de inversión, propiedades, entre otros. Cada tipo de activo tiene diferentes niveles de riesgo y rendimiento, por lo que es importante investigar y entender bien los riesgos y las oportunidades antes de invertir.

Otro concepto importante en el mundo de las inversiones es la liquidez. La liquidez se refiere a la capacidad de un activo para ser vendido rápidamente sin afectar su precio de mercado. En otras palabras, un activo líquido es aquel que puede ser convertido en efectivo de manera fácil y rápida. 

• Por ejemplo, el efectivo es el activo más líquido que existe, ya que puede ser utilizado inmediatamente para cualquier tipo de transacción. Por otro lado, un activo como una propiedad puede ser menos líquido, ya que puede tomar tiempo y esfuerzo encontrar un comprador dispuesto a pagar el precio deseado.

Un aspecto fundamental de las inversiones es que tienen riesgo, todas. No hay inversiones 100% seguras y siempre existe la posibilidad de que perdamos dinero. 

Hay una tendencia de que las inversiones más riesgosas tienen rentabilidades más altas, pero esto no siempre es así. No todos los riesgos se compensan con rentabilidad. Aquí trataremos de explicar como reducir los riesgos más evidentes y encontrar la relación riesgo/retorno que más se acomode a ti y tus necesidades.

A lo largo de la historia, las inversiones han sido una herramienta importante para crear riqueza y alcanzar la independencia financiera. Pero no es algo reservado solo para expertos financieros o grandes inversores. Cualquiera puede empezar a invertir con un poco de educación y, sobre todo, paciencia y disciplina – la psicología juega una parte muy importante en el manejo de inversiones.

Paso 1: Entender nuestro capital disponible, presente y futuro.

Ahora, hablaremos sobre la importancia de entender nuestro capital disponible, tanto ahora como en el futuro.

Primero voy a diferenciar entre capital y capacidad de ahorro. Si tienes dinero en el banco eso es parte de tu capital y lo puedes invertir desde ahora. Por otro lado, si tienes una capacidad de ahorro mensual, puedes establecer un plan de inversiones en el que tu capital invertido va aumentando mes a mes.

• El capital disponible es la cantidad de dinero que tenemos para invertir después de pagar todas nuestras deudas y gastos esenciales. Para entenderlo mejor, podemos calcular nuestro patrimonio neto, que es la diferencia entre nuestros activos (como cuentas bancarias, inversiones, bienes raíces, etc.) y nuestras deudas.
• La capacidad de ahorro se obtiene sumando todos tus ingresos (si tienes un sueldo variable puedes usar el promedio de los últimos 6 meses) y restando los gastos en los que incurres cada mes. Las categorías de gasto más importantes suelen ser: Vivienda, Alimentación, Cuentas básicas, Pago de deudas, Educación, Salud, Transporte. El documento donde haces estos cálculos también se conoce como presupuesto mensual.

Con un presupuesto, podemos tener una visión más clara de nuestros ingresos y gastos y saber cuánto podemos destinar a nuestras inversiones. No todas las inversiones se pueden retirar inmediatamente y algunas tienen penalidades en caso de hacerlo. Por lo que si invertimos y luego necesitamos el dinero podríamos estar en problemas.

Por último, el manejo de nuestras finanzas no es una carrera de 100mts planos, es más parecido a un trekking de 40kms por un cerro. Si solo miramos nuestra situación actual o en un plazo corto, como 12 meses, hay cosas que pasaremos por alto. Hay periodos en la vida en los que el trekking es plano o va en bajada y otros en los que es cuesta arriba. 

Por eso la estrategia de inversión no se debe basar solo en lo que tienes ahora, sino que en lo que tendrás más adelante, así como también en las necesidades que esperas tener. A veces hay emergencias que no podemos prever, pero hay muchos eventos en la vida a los que nos podemos anticipar. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo, la compra de una propiedad, el pago de estudios, etc.

Por último, es importante tener un fondo de emergencia que nos permita hacer frente a imprevistos como una enfermedad, una reparación de emergencia, etc. Este fondo de emergencia debe ser suficiente para cubrir al menos 3-6 meses de nuestros gastos esenciales. Sino en caso de emergencia nos veremos obligados a liquidar nuestras inversiones, perdiendo una buena parte de la rentabilidad. Esta plata en todo caso no tiene que quedar guardada debajo del colchón, hay instrumentos de alta liquidez y bajo riesgo.

Paso 2: Definir nuestros objetivos de inversión en base a nuestras necesidades.

En esta sección hablaré sobre la planificación financiera y la importancia de definir nuestros objetivos de inversión en base a nuestras necesidades.

Nuestros objetivos de inversión pueden ser de corto, mediano o largo plazo, según nuestras necesidades y deseos. Por ejemplo, un viaje o la compra de un auto puede ser un objetivo de inversión de corto plazo, mientras que estudiar en la universidad o hacer un postgrado pueden ser a mediano plazo, y la jubilación puede ser un objetivo de largo plazo.

Lo que a mi me gusta hacer es crear una línea de tiempo, mostrando los hitos de gasto más importantes de nuestras vidas, estimando la edad que tendremos y el nivel de gasto que representan. Algunos hitos son en un solo momento mientras que otros tienen efectos a lo largo del tiempo, por lo que se pueden modelar a nivel de necesidades de capital y a nivel de capacidad de ahorro.

Yo por ejemplo tengo 31 años y mi línea de tiempo se ve más o menos así.

• 34 – 36 años, tener 2 o 3 hijos – Para simplificarlo, imaginemos que la mantención de cada uno representará un gasto extra de $300.000/mes durante 25 años. Esto significa que entre los 35 y los 60, con mi pareja debemos considerar unos $900.000/mes en el lado de gastos de nuestro presupuesto.
• 40 años, comprar un departamento. Como ahora estoy arrendando, más que nada necesitaré juntar el pie, ya que las cuotas del crédito serán parecidas al arriendo que ya está considerado en el presupuesto. Asumamos que el departamento cuesta $150 millones, entonces necesitaré entre 15 y 30 millones de ahorro para entonces. Para efectos de este ejemplo, asumamos que son 20.
• Finalmente, a los 65 años quiero jubilar y quiero tener para ese entonces $200 millones para complementar la jubilación del sistema de pensiones.

Imaginemos que yo y mi pareja de los 31 hasta los 39 ganaremos cada uno $900.000 al mes y que entre los 40 y los 65 ganaremos $1.2 millones. Asumamos también que nuestro costo de vida actual es $1.3 millones al mes. 

Así,

• De aquí hasta los 34, tenemos una capacidad de ahorro mensual de $500.000,
• A los 34 se reduce a $200.000,
• A los 35 a -$100.000
• y a los 36 a -$400.000.
• Desde los 40 sube a $200.000.
• A los 60 sube a $1.1 millones.
• Y a los 65 asumiremos que baja a $0, que ahí la jubilación alcanzará para vivir, pero no para inversiones adicionales.

Cuando la capacidad de ahorro es negativa indica que deberemos recurrir a nuestros ahorros o pedir un crédito para cubrirlo.

Este grafico refleja la evolución de nuestros ingresos, gastos y capacidad de ahorro mensual a lo largo de los años (está en miles de pesos).

Si sumo toda mi capacidad de ahorro a lo largo del tiempo, alcanzaré a ahorrar cerca de $180 millones, pero mi objetivo de ahorro para el departamento y la jubilación suman $220 millones. Es aquí donde las inversiones entran a jugar.

También, haciendo este ejercicio me doy cuenta de que, si bien en los próximos años podremos ahorrar cerca de 20 millones, en los años siguientes tendremos que gastar cerca de 20 millones de nuestros ahorros para cubrir los gastos de la familia más grande. 

Esto me indica por ejemplo que los ahorros que generemos durante estos años no pueden ser invertidos en cosas de largo plazo, muy riesgosas o de baja liquidez, porque necesitaremos esa plata en 4 o 5 años más. Por otro lado, también puedo identificar que para alcanzar la meta de comprar un departamento a los 40 necesitaré una rentabilidad promedio cercana al 10% anual durante los próximos 10 años. 

Finalmente, una vez cumplidos los 40, si todo sale bien con el aumento de sueldo, necesitaremos una rentabilidad cercana al 7% en promedio para cumplir la meta de reunir $200 millones extra para la jubilación. Aunque la capacidad de ahorro a esa edad sea baja, cercana a $200.000 mensuales, los $12 millones de ahorro entre los 40 y los 45 serán cerca de $50 millones a los 65. Es importante mantener la disciplina financiera incluso aunque los montos parezcan pequeños.

Así, a partir de este ejercicio simplificado (típicamente la vida tendrá más cambios, y también existe la inflación), se pueden sacar conclusiones importantes acerca de la holgura que tenemos frente a cumplir nuestros objetivos, el nivel de retorno que debemos buscar y el nivel de riesgo que podemos tolerar. 

Paso 3: Ejecutar el plan de inversiones.

En este último paso, ahora que ya conocemos los requerimientos de retorno y podemos estimar el riesgo que podemos tomar, buscaremos las alternativas más convenientes.

Disclosure: las rentabilidades que mencionaré son referenciales, ya que estas cambian con el tiempo y pueden no ser representativas de la situación actual.

Como mencioné inicialmente, a nivel general si una inversión tiene un mayor riesgo los inversionistas requieren una mayor rentabilidad. Así, a nivel general, las clases de activos ordenadas de más rentable a menos rentable, pero al mismo tiempo de más riesgosa a menos riesgosa son:

(incluí las plataformas que uso para invertir en cada una, pero hay más)

• Acciones de emprendimientos >> 

o broota.com 

o uper.co

o wefunder.com  

• Deuda de emprendimientos >>

o Se manejan principalmente a través de fondos. BTG sacó uno interesante hace poco.

• Acciones Corporativas >> 

o Hay muchas alternativas, a mí me gusta racional.cl 

• ETFs de acciones (siguen el retorno del mercado bursátil) >> 

o racional.cl  

o fintual.com  

• Factoring (créditos garantizados a pequeñas empresas) >> 

o redcapital.cl 

o cumplo.cl 

• Propiedades >> 

o buydepa.com

o reity.cl

o fraccional.cl

• Deuda corporativa >> 

o Se maneja principalmente a través de fondos de inversión.

• Depósitos a plazo

o Se ven directamente con cada banco.

Cada una de estas categorías tiene subcategorías también, pero a grandes rasgos reflejan las alternativas, de la más riesgosa a la menos riesgosa.

Todo lo que es deuda o créditos, así como los depósitos, son compromisos con una contraparte, por lo que el retorno está preestablecido y suelen haber garantías en caso de que no se cumplan.

Las acciones en cambio, ya sean corporativas o de emprendimientos, así como los ETFs tienen flujos impredecibles. Las propiedades son una mezcla de ambas, ya que los arriendos tienen un nivel de predictibilidad.

Volviendo a mi ejemplo entonces, para el primer periodo, de aquí hasta los 40 años, en el que necesito tener cierta certeza del retorno que estoy buscando, me orientaré hacia la deuda, pero como a la vez necesito un nivel de retorno alto, tomaré un poco más de riesgo e invertiré en factoring. 

• El factoring consiste en prestar plata, generalmente a corto plazo, a empresas pequeñas y medianas, pero con una garantía de una factura de una empresa más grande. Al día de hoy, en las páginas que mencioné, están ofreciendo retornos entre el 17% y 22%, que, ajustando por la inflación que se proyecta, me dejarán cerca del 10% que necesito.
• Como cada operación conlleva cierto riesgo, optaré por dividir mi inversión en prestamos a distintas empresas, con distintos plazos y garantías, de manera de no estar expuesto al riesgo de una sola, sino que al promedio de las inversiones que realice. 
• Diversificar es una de las cosas más importantes al momento de manejar nuestras finanzas, porque generalmente nos permite mejorar la relación riesgo/retorno de nuestra inversión. No solo bajamos el riesgo, sino que no comprometemos demasiado el retorno al hacerlo.
• Por otro lado, al realizar inversiones de corto plazo, conservo un nivel de liquidez que me permita estar tranquilo.

Pasando a la siguiente etapa, después de los 40, considerando que el plazo es más largo y la rentabilidad requerida es menor, tengo mucha más flexibilidad. Aquí no me limitaré únicamente a cumplir con el objetivo, sino que, teniendo más espacio, puedo tomar un poco más de riesgo y mejorar mi situación para el futuro.

• Mi plan sería dividir mis inversiones entre inversiones en emprendimientos (siempre diversificando bien), ETFs de mercado y dejar una pequeña porción en un fondo de deuda corporativa de alta liquidez (también hay ETFs de deuda para esto).
• A medida que me vaya acercando a los 50-55, cada vez invertiré menos en emprendimientos y un poco más en ETFs de mercado.
• A los 55 dejaré de invertir en emprendimientos y mi dinero estará casi mitad y mitad en ETFs de mercado y fondos de deuda.
• El dinero de los ETFs de mercado lo iré moviendo paulatinamente al fondo de deuda a medida que me acerco a los 65 y luego lo dejaré todo ahí. 
• Si a los 65 me doy cuenta de que tengo exceso de capital, dejaría por un lado lo que necesito para vivir invertido en algo estable y el exceso lo invertiría en ETFs de mercado o algo un poco más riesgoso.

Obviamente esto es solo un ejemplo, pero lo importante aquí es la lógica. Primero identificar nuestros recursos disponibles, luego identificar nuestras necesidades, ver que rentabilidad necesitamos para cubrirlas y luego ejecutar. Al momento de ejecutar, hay que recordar que las necesidades son el piso que queremos cubrir pero que, si tenemos espacio, podemos apuntar un poco más alto y así tener más libertad y flexibilidad.

Por otro lado, no hay que olvidar que la libertad y la paz mental también son valiosos. Apuntar a maximizar la rentabilidad nos puede hacer millonarios, pero a un costo emocional y personal muy grande. La clave está en el equilibrio.

Por último, es importante tener en cuenta que la inversión es un proceso a largo plazo. Debemos tener una actitud disciplinada y paciente para invertir de manera consistente y tomar decisiones informadas a lo largo del tiempo. Los mercados se van a mover, y si nos dejamos llevar por cada emoción impactaremos negativamente la rentabilidad poniendo en riesgo nuestro plan.

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