Fotografía estelar: luna menguante.
Según va rotando la Luna alrededor de la Tierra, la luz del Sol se proyecta de distinta manera sobre su superficie.
Cuando la Luna se sitúa entre la Tierra y el Sol ésta no se puede ver porque no refleja hacia la Tierra luz de ningún tipo. Pero según se desplaza en fase creciente poco a poco su superficie va ganando en luminosidad en un ciclo de 14 días hasta iluminarse del todo. En ese momento ocurre la Luna Llena.
Desde ese punto su fase menguante hace que la superficie que refleja la luz del Sol sea cada vez menor durante otro período de 14 días volviendo a la fase de Luna Nueva en donde no se refleja nada, tan sólo una penumbra sobre su cara que es la luz del Sol proyectada por la Tierra.
Según va avanzando la sombra lunar se desvelan formas curiosas de cráteres gigantes, montañas altísimas y mares. Estos mares son depresiones secas muy antiguas.
Las sombras pasan por los mismos lugares debido a que la Luna tiene un ciclo fijo de translación y rotación de 28 días. La única diferencia fotográfica es la hora a la que se produce esta estampa desde la Tierra.
Además, durante la noche es posible observar cómo se va produciendo un avance en la luz de manera que se van iluminando las cumbres de montes y cráteres. También es posible ver el efecto contrario si ocurre en la fase decreciente en donde la sombra avanza.
En esta bonita fase menguante de La Luna se puede ver en la parte superior del Mare Imbrium a la derecha una formación de bahía llamada Sinus Iridium. Se parece a un gran golfo visto desde satélite.
En el centro destaca el Cráter Copernicus con 97 kilómetros de diámetro y 3.8 kilómetros de profundidad. Es un cráter muy conocido y estudiado desde el comienzo de la exploración espacial.
Sobre el mismo se pueden ver unas estructuras montañosas de varios cientos de kilómetros de extensión. Se trata de los Montes Carpatus.
Mirando hacia abajo, en el hemisferio Sur, destaca el conocido como Cráter Bullialdus, Se sitúa en una posición central en donde la sombra de sus tres kilómetros y medio se proyectan sobre sus 61 kilómetros de longitud.
Casi en el Polo Sur también destacan dos enormes cráteres uno junto a otro. El primero llamado Wilhelm ocupa una extensión de 107 kilómetros. El segundo es denominado como Cráter Longomontanus. Sus dimensiones son de 145 kilómetros de diámetro y una profundidad de más de 4.5 kilómetros.
Con una profundidad así, se podría ocultar en su interior el Mont-Blanc de los Alpes franceses e italianos y el monte Cervino
Y abajo del todo, casi en el borde de la fotografía, junto al Polo, se sitúa el impresionante Cráter Clavius con nada más y nada menos que sus 232 kilómetros de longitud.
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Datos técnicos de la fotografía:
Fecha de realización fotográfica 07/07/2018
Hora local 04:20. Localidad de Ciempozuelos (Madrid)
F/6.3
Tiempo exposic. 1/25 s
ISO 80
Distancia focal 129 mm
Apertura máxima 5.3125
Brillo 0.2203125
Autor fotografía: Jesús Pablo Alonso García.
