Futuro del trabajo y Automatización
La automatización, en su vertiente industrial, o aplicada a los procesos de negocio, está llamada a desempeñar un papel protagonista en el presente y futuro de las organizaciones. Esta tendencia tecnológica está permitiendo, en particular, satisfacer nuestro interés por centrarnos en tareas que requieren de una mayor inversión de energía en el desarrollo de nuestras habilidades cognitivas y relacionales, mediante tecnologías que posibilitan la ejecución automática de flujos de tareas repetitivas, reduciendo al máximo la intervención del ser humano, hasta el punto de que, en el marco de estos procesos automatizados, ya resulta incluso posible delegar la toma de cierto tipo de decisiones operativas en robots mediante la integración de IA.
Comparto a modo de ejemplos el siguiente video que ilustra el impacto que puede tener la automatización aplicada a procesos de negocio en una empresa:
La aplicación de esta tendencia en el ámbito industrial es también una realidad tangible. En el siguiente video podemos ver un ejemplo que nos permite medir el alcance del impacto de la automatización aplicada al ámbito de la logística:
En las próximas décadas, esta y otras tendencias tecnológicas, provocarán la destrucción de muchos puestos de trabajo, pero generarán otros en los que las habilidades cognitivas y relacionales cobrarán protagonismo. La automatización tiene capacidad para impactar en todas las organizaciones, en todos los sectores, y en la mayor parte de las dimensiones de su actividad, pues no cabe duda de que en gran parte de los departamentos de la mayoría de las organizaciones podemos encontrar procesos repetitivos susceptibles de ser optimizados y automatizados.
Los puestos de trabajos relacionados con la ejecución de estos procesos repetitivos y/o manuales serán los más afectados por estas nuevas tendencias tecnológicas. Así lo corrobora el informe “The future of work in Europe Automation, workforce transitions, and the shifting geography of employment” (McKinsey Global Institute, 2020) que estima que en los próximos diez años cerca de 50 millones de los actuales empleos de Europa podrían ser desarrollados por robots, lo cual exigiría que más de 90 millones de trabajadores, un 40% del total de la fuerza laboral europea, desarrollen nuevas habilidades dentro de sus funciones actuales.
En relación con el impacto de la automatización en el empleo, el informe resalta: “(...) Many of the largest occupational categories in Europe today have the highest potential for displacement. These include office support roles and production jobs, which employ about 30 million and 25 million workers, respectively. Low-wage customer service and sales roles, such as cashiers and clerks, are also likely to decline as many tasks are automated. Just ten of the more than 400 occupations we examined—including shop sales assistants, administrative secretaries, and stock clerks—account for nearly 20 percent of likely displacements (Exhibit 13). Most of these are low-wage jobs, primarily held by workers without tertiary education.
By contrast, many of the growing occupations in our model require a higher level of skills. We estimate that STEM-related occupations and business and legal professional roles could grow by more than 20 percent in the coming decade. This would add about four million jobs to categories that employed 16 million and 18 million workers, respectively, before the pandemic. Creative and arts management roles could increase by more than 30 percent, although this is a small category, with just over five million workers. Just 15 occupations account for almost 30 percent of potential future net job growth in our model. They include such diverse occupations as software developers, nursing professionals, and marketing professionals. Although the list of growing jobs is dominated by those requiring a higher level of education and training, there are some exceptions that do not require tertiary education. These include several roles in healthcare (such as physiotherapy technicians and healthcare assistants) as well as equipment installers and repairers (...)”
En la siguiente tabla pueden apreciarse las perspectivas de evolución del empleo (2018-2030) clasificadas por categoría profesional según el informe reseñado:
Ante el avance de la automatización, la respuesta de las organizaciones y la sociedad en general, debe ir en línea con los presupuestos del tecno realismo socialmente responsable. Empresas, trabajadores, poderes públicos y demás agentes sociales implicados deben permanecer abiertos a aprovechar los beneficios del cambio, pero vigilantes para que el progreso y el bienestar que debe traer consigo la tecnología impacte en todos los que conformamos la sociedad. No podemos mantenernos impasibles ante la previsión de una posible destrucción de 50 millones de empleos y mucho menos si este gran cambio impacta solo en beneficio de unos pocos. Para hablar de verdadero progreso, social y económico, el reparto del beneficio fruto de la automatización debe ser justo y, por tanto, la ecuación debe arrojar resultados positivos para todos los actores implicados.
Lograr una ecuación win-win en el acelerado proceso de automatización exigirá un plus de ética a las organizaciones, que podrían ofrecer opciones de capacitación a sus empleados para que puedan desarrollar nuevas habilidades dentro de la organización acordes con los nuevos puestos demandados. Las nuevas oportunidades laborales derivadas de la implantación de las nuevas tecnologías quizá deberían ser, con carácter preferente, para aquéllos que opten por formarse, reconducir y adaptar su perfil profesional para ocupar los puestos de nueva creación y alta cualificación.
Es posible, no obstante, que los cambios fruto la transformación digital nos sitúen en otra posición del tablero del mercado laboral, pero nuestra vista debe estar puesta en los nuevos puestos de mayor cualificación en los que podremos aportar más valor a través de competencias y habilidades cognitivas y relacionales.
A medio plazo, el aislamiento que provoca la ausencia de una alfabetización tecnológica acorde con el ritmo de la revolución que estamos viviendo, redundará directamente en la competitividad de las organizaciones y afectará a la capacidad de las personas para relacionarse e integrarse laboralmente. La formación técnica para las nuevas tecnologías, a nivel individual y en el plano de las organizaciones, se erige pues como pieza clave del nuevo tablero de juego que se va dibujando.
El informe “The future of work in Europe: Automation, workforce transitions, and the shifting geography of employment” afirma, en este sentido: “(...) Less-educated workers, young people, and men are most likely to be displaced by automation. In our analysis, education is significantly correlated with the likelihood of being displaced by automation. In the midpoint automation adoption scenario, people with only secondary education are three times as likely as people with more education to be in roles with high potential for automation. Potential net job growth is strongly positive for workers with higher education and negative for people with secondary education and below. This also holds true for the impact of the COVID-19 pandemic. Local economies with more educated populations are thus likely to sustain higher growth than those with lower educational attainment levels on average. (...)”.
Para lograr un desarrollo tecnológico socialmente responsable, la educación debe estar a la cabeza de nuestra prioridades y las organizaciones que conforman el sistema educativo deben actuar de manera proactiva, acelerada y disruptiva, mediante la necesaria puesta en marcha de políticas y acciones de formación continua orientadas a la mejora de la capacitación tecnológica vinculadas directamente con la oferta de empleo presente y futura.
Todo este valor generado debe ser aprovechado al máximo, además, por ciudadanos empoderados, informados y conscientes de los grandes retos y oportunidades que ya se nos están planteando.