Futuro energético

Futuro energético

¿Qué pasaría si dejamos de usar combustibles fósiles?

Entre más pensamos sobre las alternativas energéticas, más podemos esclarecer un escenario en donde los combustibles fósiles dejen de ser una de las principales fuentes de energía. Para este 2024 no hace falta decir que la transición de los combustibles convencionales a fuentes de energía más limpias es crucial. Los efectos del cambio climático, la degradación del medio ambiente y la escasez de recursos son desafíos que no podemos ignorar.

En la historia de la humanidad hemos presentado una premisa constante cuando nos referimos a la tecnología, "aunque haya algo que ya exista. Siempre es posible mejorar". Y si lo pensamos estrictamente sobre las formas en las que hemos generado energía desde el principio, podemos decir que hemos llegado al punto donde las posibilidades energéticas ya son parte de un catalogo de servicios, ya es posible optar por no consumir petróleo, por ejemplo, y así, otras fuentes se pueden considerar óptimas para realizar tareas cotidianas e incluso para alimentar las operaciones de las industrias. Con esta consideración en mente podemos cuestionarnos ¿Cuánto hemos logrado avanzar? ¿Qué tanto nos preocupamos por los recursos usados para este propósito? ¿Cuánto tiempo más podríamos sostener los costos energéticos? y ¿Cuánto tiempo más nos van a durar los combustibles fósiles?

Como cualquier pensamiento, nuestras reflexiones podrían llevarnos a más cuestionamientos, pero la intención siempre debería ser "encontrar soluciones". Las alternativas energéticas como los sistemas fotovoltaicos, equipos de cogeneración o la microrredes, nos permiten reducir nuestra dependencia de los recursos finitos y no renovables, como el petróleo, que ya habíamos mencionado, que además de ser ser uno de los principales factores de contaminación, se está agotado a un ritmo alarmante.

El cambio hacia alternativas energéticas es posible mediante diferentes métodos. Digamos que una industria no cuenta con el capital de inversión para adoptar una alternativa, bueno, ya puede realizarlo a través de un PPA. Con lo anterior en consideración podemos decir que la transición energética ya no se trata de "si debemos hacerlo", en realidad se trata de "cuándo tenemos que hacerlo". Este cambio conlleva beneficios significativos para el medio ambiente, y no podemos negar la realidad que todos sabemos. La quema de combustibles fósiles libera una gran cantidad de gases de efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global y al cambio climático que parecen irreversibles. En contraste, las fuentes de energía renovable producen mínimas emisiones de carbono y otros contaminantes, ayudando a mitigar los impactos negativos en nuestro clima, nuestra salud, generando un impacto positivo que es real y que tiene el potencial de cambiar el futuro de distintas formas.

La transición hacia alternativas energéticas crea oportunidades económicas y fomenta la innovación, así como optimización de los recursos, mejora la rentabilidad y te protege ante riegos de interrupciones en la red convencional. Además, promueve la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que mejoran la eficiencia y la accesibilidad de estas fuentes de energía. Imagina que el petroleo se acaba mañana ¿Cómo seguiríamos operando?

Migrar de los combustibles fósiles hacia alternativas energéticas es esencial para garantizar un futuro próspero y sostenible para las generaciones venideras. Es hora de formar parte de las acciones audaces y colaborativas para impulsar esta transición hacia un mundo que no tengamos que salvar, sino que nos de recursos que podamos aprovechar para todas las generaciones que nos preceden. Aunque posiblemente vayamos un poco tarde, siempre se puede mejorar.


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