Gestión de Riesgos en Plantas Industriales Centrado en la Naturaleza de las Amenazas Enfrentadas
La gestión de riesgos efectiva requiere más que solo el cumplimiento de reglas. Las empresas deben adoptar un enfoque más matizado y estratégico que reconozca la naturaleza diversa de los riesgos que enfrentan. Al clasificar los riesgos en prevenibles, estratégicos y externos, y al adaptar las estrategias de gestión en consecuencia, las empresas pueden mejorar significativamente su capacidad para manejar incertidumbres y prosperar en un entorno empresarial complejo y dinámico.
Kaplan y Mikes proponen un nuevo marco para la gestión de riesgos que se centra en la naturaleza de las amenazas enfrentadas. Este enfoque divide los riesgos en tres categorías principales: riesgos prevenibles, riesgos estratégicos y riesgos externos.
Riesgos Prevenibles. Surgen de las operaciones rutinarias y que pueden ser eliminados o controlados a través de reglas y normas estrictas. Por ejemplos el incumplimiento de procedimientos de seguridad. La gestión de estos riesgos se basa en una estricta adhesión a las políticas y procedimientos internos.
Riesgos Estratégicos. Inherentes a las decisiones estratégicas que una empresa toma para maximizar sus retornos. Por ejemplos el desarrollo de nuevas tecnologías. Aunque estos riesgos no pueden ser eliminados, pueden ser gestionados a través de un sistema robusto de gestión de riesgos que permita identificar y mitigar los posibles impactos adversos.
Riesgos Externos. Surgen de eventos fuera del control de la empresa, como desastres naturales o cambios en la economía global. Dado que no pueden ser prevenidos, la estrategia para manejar estos riesgos se basa en la capacidad de la empresa para absorber y responder a los impactos adversos cuando ocurren.
Para implementar este marco, los autores sugieren que las empresas desarrollen capacidades específicas de gestión de riesgos adaptadas a cada categoría de riesgo:
Para los riesgos prevenibles. Las empresas deben establecer controles internos rigurosos y sistemas de monitoreo continuo. La cultura organizacional debe fomentar la adherencia a las normas y una comunicación abierta sobre los incumplimientos potenciales.
Para los riesgos estratégicos. Es crucial que las empresas integren la gestión de riesgos en el proceso de toma de decisiones estratégicas. Esto incluye la realización de análisis de escenarios, la evaluación de riesgos y la implementación de salvaguardas para mitigar los posibles impactos adversos.
Para los riesgos externos. Las empresas deben desarrollar una capacidad de resiliencia que les permita responder y adaptarse rápidamente a eventos adversos. Esto puede incluir la creación de planes de contingencia, la diversificación de las operaciones y la construcción de alianzas estratégicas para compartir riesgos.
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Para las plantas industriales la gestión de riesgos es crucial para garantizar la seguridad, la eficiencia operativa y la continuidad del negocio. El marco propuesto por Kaplan y Mikes ofrece una estructura útil para abordar los diversos riesgos que enfrentan las plantas industriales. A continuación, mostramos como este marco puede ser aplicado en un contexto industrial.
Riesgos Prevenibles en Plantas Industriales. Aquellos que pueden ser controlados internamente y que surgen de las operaciones diarias. Estos pueden incluyen:
Riesgos Estratégicos en Plantas Industriales. Están asociados con las decisiones que buscan mejorar la competitividad y la eficiencia a largo plazo. Ejemplos de estos riesgos incluyen:
Riesgos Externos en Plantas Industriales. Aquellos que están fuera del control directo de la planta industrial. Algunos ejemplos son:
La aplicación del marco de gestión de riesgos propuesto por Kaplan y Mikes en Plantas Industriales proporciona una estructura integral para abordar los riesgos prevenibles, estratégicos y externos. Al adaptar las estrategias de gestión de riesgos a cada categoría específica, las plantas industriales pueden mejorar significativamente su capacidad para manejar incertidumbres y mantener operaciones seguras y eficientes. Este enfoque no solo mejora la resiliencia y la sostenibilidad de la planta, sino que también contribuye a la creación de valor a largo plazo.