Gracias por llegar tarde

Gracias por llegar tarde

Qué productivos pueden llegar a ser esos momentos de ocio provocados, por ejemplo, por el atraso de alguien a una reunión, si pensamos en la creciente generación de conocimiento que requiere una reflexión detenida y eficaz en el mundo desarrollado. Pero en Latinoamérica, lo peor que nos puede ocurrir es llegar tarde siempre y, paradójicamente, con cuadros de estrés laboral de los más altos del mundo ¿Cuál es la carrera que estamos corriendo? ¿Cuál es ese afán que nubla y retrasa la construcción de nuestro propio desarrollo, nuestro futuro?

En su último libro, "Gracias por llegar tarde", Thomas Friedman reflexiona sobre lo agradable que es disponer de esos breves momentos de tiempo, para nada programados ni planeados, provocados por un imprevisto antes de una reunión o el atraso de un amigo al café matutino. Tiempo para frenar un poco, para estar a solas con las ideas, sin tener que tuitearlas, fotografiarlas, ni compartirlas con quien fuera. Justo en medio de una cuarentena planetaria, suena anacrónico recordar lo que sucedía hace sólo 3 semanas. “Estoy tan ocupado”: cliché del ciudadano del siglo XXI, como si el agotamiento fuera un trofeo o la capacidad para soportar el estrés fuera señal de verdadero carácter. No estar disponible para los amigos y la familia, no hallar tiempo para la puesta de sol, cumplir raudo nuestras obligaciones sin tomar aliento conscientemente, se ha convertido en el modelo de una vida célebre. Ahora que debemos quedarnos en casa ¿hemos aprendido a detenernos? En un mundo donde tener paciencia y detenerse se convirtieron en virtudes únicamente porque en el pasado “no había otro remedio” y donde hemos hecho del “esperar” algo tecnológicamente obsoleto, es válido preguntarse ¿quién necesita, hoy en día, paciencia? Hoy estamos generando más información y conocimiento que nunca, pero el conocimiento sólo sirve si puedes reflexionar sobre él.

No hay que perder de vista el mundo desde donde Friedman instala su discurso. Un país con un Sistema Tecnológico robusto que, en varias ocasiones de la historia occidental reciente, ha invertido los ejes del desarrollo a su ritmo, transversalmente, desde el estado del arte de la técnica hasta la cultura. De hecho, no es de sorprender que, para él (¿y para nosotros?), los grandes paradigmas de su vida se derrumbaran en un sólo año, el 2007, ante la irrupción de iPhones, plataformas código abierto, Bitcoin, Kindle, Intel con materiales no basados en silicio, revolución de las energías limpias, etc.; como tampoco ha de sorprender que quienes barrieron esos paradigmas -y lo continúan haciendo- perfectamente podrían ser sus viejos amigos de escuela, o sus propios hijos, todos buenos para ciencias, matemáticas y ajedrez, y lo hacen desde un ecosistema de conocimiento que se multiplica a velocidad COVID.

¿Qué pasa a este lado del mundo? Al igual que en el hemisferio norte, todos están muy ocupados. En Chile, por ejemplo, sólo el 2019, el 82% de las personas presentó algún cuadro de estrés laboral. ¿Cuál es el mundo que estamos cambiando y cuál es el afán en el que nos batimos día a día? Confundimos la importancia de aumentar la Productividad de toda la región con la producción acelerada de bienes, servicios y conocimiento. ¿Para qué? ¿Para quién? El científico ecuatoriano Mario Heredia ha sido galardonado en Alemania por su esfuerzo en la investigación en sostenibilidad. La International Embryo Technology Society (IETS), organización científica de mayor prestigio mundial en el área de la reproducción animal, destacó y premió el esfuerzo del uruguayo Alejo Menchaca por sus importantes avances en genética veterinaria. Argentina y Chile han desarrollado políticas públicas que han robustecido un Sistema de Conocimiento espléndido: muchas investigaciones y publicaciones científicas encuentran asidero en las principales revistas indexadas y en centros de conocimiento de países más avanzados. Pero ¿qué queda en casa? ¿cuál de todas nuestras problemáticas resolvemos con nuestros propios talentos?

En Chile, se creó hace 2 años el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. La noticia fue vista con escepticismo por algunos. En mi caso, se trató de una promesa inédita para un país latinoamericano, un paso importante hacia la creación y desarrollo de un Sistema Tecnológico propio, que gestione todo ese caudal de conocimiento para transferirlo a nuestras comunidades, a nuestros mercados. A la fecha, el ministerio sigue en deuda. Silente y poco gravitante, la nueva institucionalidad es un avatar hacia una nueva forma de burocracia, que perpetúa políticas públicas anticuadas que tan cómodos tienen a doctores, magister, etc. No hay tiempo para detenerse cuando se trata de enriquecer Sistemas de Conocimiento de países de otras latitudes, cuyas realidades y exigencias consumen nuestra energía y menoscaba nuestro propio potencial de desarrollo.

En suma, necesitamos un Sistema Tecnológico hecho en Latinoamérica, dinámico, fluido, formado por la comunidad científica y todos los participantes del Sistema de Conocimiento más las empresas, que son el puente de transferencia directa desde la generación de conocimiento a su aplicación concreta en los mercados. Necesitamos un Sistema Tecnológico no adaptado, ni adoptado, ni transformado para nosotros, sino hecho por nosotros mismos. Ahora, en medio de la pandemia más terrible de nuestra historia, necesitamos a nuestras mentes brillantes aquí, con y para nosotros, necesitamos que se concentren en nuestro dolor, lo que más nos aflige, de tal manera que habiliten un camino que dé respuesta a nuestro propio ritmo, a nuestro desarrollo, a nuestras problemáticas, a nuestro futuro.

Cierro esta nota con el anuncio del Ministro de Salud de Chile, de la adquisición de 1400 ventiladores mecánicos a China y otros. Lo que el Ministerio de Salud no sabe, es que un grupo de ingenieros trabaja día y noche en la fabricación semanal de 200 ventiladores gracias a patentes con derechos liberados (PUC) e inventos 100% ideados por chilenos (U. DE CHILE, USACH). Sin duda una excepción digna de aplaudir. Desconozco las fuentes de financiación de este grupo de notables ingenieros, pero la gran comunidad de mentes brillantes de Latinoamérica ¿dónde está?. Bienvenidos de vuelta PhDs y Masters de las más prestigiosas universidades y centros de conocimiento del mundo. Bienvenidos y gracias. Gracias por llegar tarde.  

Francisco Campos Pinochet

Coordinador Área de Conocimiento Compartido en CELAM

4 años

Claramente hemos confundido productividad con estar atareados y rn el intertanto se nos fue esos espacios gratuitos de conversación y descanso.

Fernando Penna W.

Gerente General en AS Composites SpA

4 años

Santiago hola , muy buen artículo A que hr te ubico mañana Abrazos

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