GRANDES COMPOSITORES ESPAÑOLES | FELIPE PEDRELL
Nuestro país, por no se sabe que complejo extraño o criterio político-cultural, a lo largo de su historia, nunca ha dedicado lo necesario y justo para una valoración y promoción de lo mejor de su intelectualidad y arte.
Felipe Pedrell es uno de esos “olvidos incomprensibles e imperdonables”, no sólo de su música en sí misma, de gran calidad técnico-compositiva, sino de su trabajo como investigador musical en la ingente obra “El Cancionero Musical Español”, que tuvo todas las dificultades habidas y por haber para su publicación. Todavía en 1922, a su muerte, tan sólo se había publicado el primer libro de esta magnífica e inmensa obra de recopilación musical y musicológica. A día de hoy, en el s. XXI, sigue siendo “la obra” de referencia en y para la Historia de la Música Española de todos los tiempos.
Su trabajo, realizado a lo largo de toda su vida, fue el fruto de esa nueva corriente e idea cultural en el XIX español, basada en la recuperación histórica de “lo nuestro, lo propio, lo español”, como seña de identidad y reafirmación nacional frente a los diferentes nacionalismos identitarios musicales europeos, léase Alemania-Austria, Francia, Inglaterra e Italia.
El valor intrínseco de nuestra música y su trayectoria a lo largo de la Historia, bien merecía recuperarse y poner en valor, como hizo Pedrell en su Cancionero Musical, fuente de inspiración temática de otros grandes compositores musicales del XIX y buena parte del XX.
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Sus obras, no fueron de estrenadas nunca en el Teatro Real, a pesar de sus reiteradas programaciones y aviso de estreno en las temporadas. E incluso se le retiró su credencial de académico de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, cuando se trasladó a Barcelona desde Madrid, por problemas de salud.
Pero gracias a él, a su figura emblemática, a su trabajo musicológico, compositivo y como docente, otras grandes personalidades musicales españolas como Albéniz, Falla, Granados, Taltabull, Blanco, Peris Pablo, Turina, Rosa GArcia Ascot, Anglés, Millet o J. Lamote de Grignon, alcanzaron el éxito y la cumbre internacional, siendo discípulos directos suyos. Su personalidad y su obra, bien vale recuperarlo en nuestra cultura musical. ¿A qué esperamos?