Guía para someter a los estudiantes
Es prácticamente imposible pretender que el aula sea un espacio ausente de problemas. De hecho, el aula es una representación de la vida misma en escala por lo tanto los desafíos son constantes. Los educadores (y me incluyo) la mayoría de las veces nos quejamos de estos problemas o de las acciones y/o actitudes de los estudiantes dentro de clase intentando desentendernos e ignorar que parte del educar implica lidiar con estos desafíos. Pero si pudiéramos comprender estos desafíos como oportunidades para someter(*) a una transformación positiva estaríamos cambiando la realidad.
*Define someter: Hacer que una persona o cosa reciba o soporte cierta acción
Los conflictos son una excelente oportunidad para generar transformaciones, especialmente dentro del colectivo de los estudiantes que no son los aplicados (ver personalidades en la clase) o para aquellos sumidos por su lado obscuro de la personalidad (Ver lado obscuro de las personalidad en clase).
Ante estas situaciones altamente conflictivas, los educadores tendemos a querer aplicar el castigo como medio para que aprendan nuestros estudiantes. Pero esto en realidad no genera transformación ni aprendizaje, probablemente el estudiante aprenda desganado o borre de su memoria este trago amargo.
En la transformación positiva el alumno debe tomar conciencia y responsabilizarse de sus actos (o falta de ellos) y a partir de esto y por su propia voluntad, comenzar a actuar y aprender. Esta transformación positiva debe ser inducida por el educador pero no debe ser confundida en términos de “motivar” al estudiante, sino de crear las condiciones para que el estudiante se auto convenza de actuar.
El generar las condiciones para que el estudiante se transforme positivamente se logra a través de un charla donde el educador debe presentar argumentos lógicos y pruebas de lo que ha ocurrido y debe ser capaz de manejar el conflicto (ver manejo de conflictos en clase) a través de sus distintas etapas hasta lograr un cambio en la actitud del estudiante.
Es difícil que el alumno quiera enfrentar ese momento en que debe platicar y solucionar el conflicto con el educador porque implica tener que enfrentar la realidad y eso es doloroso. De todas formas en algún momento debe hacerlo, cuanto más demore en enfrentarse más receptivo estará a transformarse (aunque él/ella no lo sepa) y más fácil será para el educador transitar la charla.
Educar, entonces significa aprovechar las oportunidades (todas, las buenas y malas) para generar las condiciones para que las personas se transformen. Aprender es una consecuencia del proceso.