Hábitos de las finanzas personales más importantes

Hábitos de las finanzas personales más importantes

Un hábito es una tarea o un comportamiento que se hace de manera automatizada, como por ejemplo, cuando aprendemos a manejar un carro mecánico, al principio somos conscientes de pisar el embrague para hacer los cambios e irlo soltando lentamente mientras aceleramos. A veces se nos apaga el carro, pero con la práctica lo vamos dominando, hasta el punto de que lo hacemos de manera automática y sin pensarlo, haciéndolo siempre bien. Al igual que con el ejemplo del embrague, las finanzas personales tienen también algunos hábitos que podemos desarrollar para nuestro beneficio.

¿Cuáles son los hábitos que debemos conseguir para ser personas financieramente sanas?

Para las finanzas personales podemos contar con 7 hábitos que nos van a ayudar en esta tarea:

  1. Identificar y definir nuestros objetivos. Nuestros objetivos deben estar alienados entre sí y deben abarcar en la medida de lo posible el corto, mediano y largo plazo, entendiendo esto como menor a un año, entre 1 y 5 años y más de 5 años (que puede ser a 10, 20 o 30 años), respectivamente. El más difícil de identificar y de definir es el de largo plazo, por lo que tenemos que darle mucho más tiempo a ese. Y es importante tener primero definido el objetivo de largo plazo, para que tus esfuerzos en el corto plazo, vayan alineados y te ayuden a conseguir el de largo plazo. Los objetivos son como una brújula que te ayudan a tomar decisiones. Es por eso que se vuelven necesarios tenerlos claros. El hábito no es solo definirlos, sino tenerlos presentes todos los días, ya sea mediante un ritual al inicio del día, o pegados en un post it en tu escritorio, como fondo de pantalla en tu celular, pero ser conscientes que ellos existen y que tus decisiones del día de hoy te ayuden a llegar a los mismos. Los objetivos que nos hemos trazado, nos darán criterios financieros para tomar decisiones en nuestro día a día.
  2. Tener un presupuesto personal y llevar el registros de los movimientos de dinero. Tanto de gastos como de ingresos. Esta es la herramienta que nos va a decir exactamente qué está pasando con nuestro dinero y reemplazaremos la sensación de tener o no tener y de pensar que gastamos mucho dinero en algo, por información real y objetiva y saber realmente qué está pasando con nuestro dinero. En otras palabras, pasamos de sensaciones a hechos así como pasamos a tener el control de nuestra situación financiera, vamos a saber de dónde viene la plata y en qué se nos va. ¿En donde registrarlo? Va a depender de cada uno, puedes usar un app, un cuaderno, una plantilla de Excel o cualquier medio que a ti se te haga fácil realizarlo. Es importante entender que el método que usemos se tiene que adaptar a nosotros y no nosotros al método, es decir, si una plantilla de Excel no es lo tuyo porque no te vas a sentar al final del día a incluir los gastos, a lo mejor un app te funciona mejor.
  3. Vivir libre de deudas te da la libertad de vivir de ti mismo. El estrés que tienes por tu situación financiera, es directamente proporcional a la cantidad de deuda que tienes. Es importante saber que se puede salir de las deudas, y aunque no sea sencillo e implique sacrificios, salir de las deudas es posible si haces un sistema que te funcione. El problema del endeudamiento es que elimina la relación de esfuerzo y luego gratificación, cambiando esa relación a una gratificación instantánea para luego realizar el esfuerzo.
  4. Apenas cobro, ahorro o invierto. Este hábito nos permite guardar dinero y nos va a permitir salir del círculo vicioso de cuánto más dinero ganamos, más dinero gastamos, y cambiar esto a que cuanto más dinero ganamos, más ahorramos, porque al ahorrar siempre un porcentaje de lo que ingresamos, apenas tengamos un incremento de nuestros ingresos, automáticamente tendremos un incremento de nuestro ahorro. ¿Qué porcentaje es sano ahorrar? Podemos enmarcarlo entre un 10% y un 25% de tus ingresos; sin embargo, si no puedes llegar a esas cifras, lo que puedas ahorrar te va a servir, ya que la idea es generar el hábito.
  5. Vivir con el remanente. Una vez que hemos separado lo ahorrado, debemos vivir con lo que queda. La pregunta es ¿puedo vivir con lo que queda? Si no puedes, tienes que evaluar tu situación y ver de priorizar tus gastos para no tomar deuda (punto 3), si realmente no puedes, entonces habrá que reducir nuestro ahorro para poder contar con algo más de liquidez. La mejor manera de saber es llevar un presupuesto personal y registrar tus movimientos de dinero (punto 2).
  6. Invertir nuestro dinero. No solo consta de ahorrar nuestro dinero, ya que la inflación le quita poder de compra, haciendo que cada vez valga menos. Por ello, se vuelve necesario hacer que nuestro dinero genere una rentabilidad mayor a la inflación. Para esto, no es necesario ser un analista de bolsa de valores con 20 años de experiencia, podemos usar fondos indexados o inversión en algún sector en el cual seamos expertos y que conozcamos bien para poder invertir.
  7. Hacer un seguimiento metódico de los objetivos. No solo basta con poder definirlos y tenerlos en mente de manera recurrente, sino que periódicamente debemos revisar que estemos cumpliéndolos y los estemos alcanzando según los plazos que nos hemos establecido

Recuerda que un hábito lo construyes en 21 días, por lo que generar uno está al alcance de todas las personas. Y tú ¿agregarías otro hábito a esta lista?

La clave

  • Definir nuestros objetivos
  • Tener un registros de movimientos de nuestro dinero
  • Vivir libre de deudas
  • Separar un % al principio
  • Vivir con lo que queda
  • Invertir nuestro dinero
  • Hacer un seguimiento metódico de los objetivos

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