HA RESUCITADO EL REY

HA RESUCITADO EL REY

HA RESUCITADO EL REY

PASTOR, JORGE L. CINTRÓN

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.” 1 Corintios 15:20,21

Hace mucho tiempo dos conocidos intelectuales sostenían una animada conversación. Uno le dijo al otro su intención de instaurar una nueva religión que suplantaría enteramente a la religión cristiana. Llamaría a su religión “la religión de la humanidad” Sería una que no tendría misterios y sería tan clara como la tabla de multiplicar. Se conocería con el nombre de “Positivismo”

–Muy bien – replicó el otro intelectual– Todo lo que tienes que hacer es hablar como ningún otro ha hablado en la vida, vivir como ningún otro ha vivido, luego ser crucificado, resucitar al tercer día y hacer a los hombres creer que vives todavía. Si así lo haces tu religión saldrá airosa.

El lirio es la flor de la resurrección. Es a su vez, la flor que está sobre la cruz. Si la cruz fuera solamente el símbolo de la cristiandad consagraríamos entonces la victoria de la muerte sobre la vida. La cruz sola, sin lirio remataría en una filosofía de tiempo de crisis. Y nada más. La cruz sin el lirio no nos llevaría más allá de la resignación. Cuando el lirio floreció en nuestra alma conocimos a Jesús. El lirio sobre la cruz transformó la Iglesia Primitiva en un movimiento redentor con una palabra de esperanza para un mundo en crisis. Porque el lirio floreció en el alma de los apóstoles un gozo contagioso se apoderó de sus almas. Un cristo vivo, que hoy como ayer, puede florecer como un lirio en nuestro camino. En esa hora la cruz tiene un nuevo sentido porque el lirio ha nacido en nuestra alma y ha sido puesto como ofrenda sobre la cruz.

La resurrección corporal de Jesús es de gran valor para la iglesia.

La resurrección prueba que Jesús es el Mesías.

Pedro en su primer discurso en el Aposento Alto el Día de Pentecostés afirmó sobre Jesús

 (Hechos 2:22-24,32,36)

“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

La resurrección demuestra que Jesús es el poderoso Hijo de Dios.

Pablo afirma al escribirle a la iglesia en Roma que fue llamado a ser apóstol de “ nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:1a,3,4)

La resurrección declara que Jesús es cabeza de la iglesia.

Pablo al escribir sobre sobre la iglesia afirma sobre Jesús: “que fue resucitado de los muertos y sentando a la diestra de Dios en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”  (Efesios 1:19b-23a)

La resurrección hace de Jesús nuestro intercesor ante el Padre.

También Pablo afirma en su carta a la iglesia en Roma; “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. (Romanos 8:34)

A través de los años algunos han tratado de hacer creer a la humanidad que la resurrección de Jesús fue un engaño de la iglesia naciente.

Afirman que Jesús no murió en la cruz, sino que sufrió un desmayo.

Mas los soldados romanos no le quebraron las piernas a Jesús porque vieron que estaba muerto. “Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”. (Juan 19:33). El informe de los soldados romanos a Pilato fue que Jesús había muerto. “Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E informado por el centurión, dio el cuerpo a José” (Marcos 15:44,45).

Otros afirman que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús de la tumba.

La pregunta es ¿se iban a atrever unos discípulos asustados a enfrentar una guardia romana que prestaba vigilancia a la tumba, romper el sello y mover una pesada piedra. “Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. “Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia” (Mateo 27:65,66).

Algunos han señalado que las mujeres que fueron a la tumba en la madrugada del domingo a ungir el cuerpo de Jesús equivocaron el sepulcro.

La Biblia enseña que María, la madre de Jesús y María Magdalena vieron donde le habían sepultado. “Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían” (Marcos 15:47).

Otros pretenden alterar el concepto señalando que la resurrección de Jesús fue espiritual y no corporal.

Los que afirman ese tipo de resurrección tienen varias dificultades:

¿Cómo explicar que Jesús comió un pescado asado y un panal de miel con sus discípulos al aparecérseles después de su resurrección? “Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel” (Lucas 24:41-43).

¿Cómo explicar lo que le dijo a Tomás cuando se le apareció?

“Pon aquí tu dedo..... acerca tu mano, y métela en el costado”. “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente” (Juan 20:27).

La Biblia registra alrededor de doce (12) apariciones del Jesús resucitado. Las mismas son variadas y convincentes.

La iglesia tiene que aprender a valorar el mensaje de la resurrección corporal de Jesús.

Pablo al escribir a la iglesia en Éfeso afirma que a través de la resurrección de Jesús la iglesia ha sido sentada con Cristo Jesús en los lugares celestiales.

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:4-7).

¡Jesús el Rey ha resucitado!

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde oh sepulcro tu victoria?

¡Jesús el Rey ha resucitado!

(Este mensaje fue presentado el domingo 12 de abril de 2020 a las 10:15am a través de Facebook Live en la página de Jorge L Cintron. Sexto mensaje de la CRUZADA DE SEMANA SANTA ONLINE)

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