Habilidad gerencial clave: diferenciar hechos de opiniones.
“Las cosas no son como las vemos, sino que las vemos como somos.”
Nos encantan las frases efectistas, sobre todo en el mundo rápido de las redes sociales y de la cada vez más escasa lectura de nuestros días, que permite ahondar en los temas.
En parte, la frase es correcta, pero merece explicación.
La frase no alude a que pueda discutirse si un hecho se modifica según quién lo mire. El hecho es uno solo. Lo que cambia es la interpretación que cada ser humano hace de ese asunto. Pero la interpretación no modifica las condiciones objetivas de ese asunto. Por ejemplo, si el termómetro indica 10 grados celsius, eso es un hecho objetivo. Lo que cambia es la interpretación de cada individuo frente al hecho. Para algunos eso significa frío, y para otros calor. “Hace calor” o “hace frío” suele ser la frase con la que se disfraza de hecho algo que es una opinión.
Con el resto de las cuestiones de la vida sucede lo mismo. Hay una realidad observada por un observador. Y cada observador tendrá una interpretación diferente de esa realidad objetiva según sus modelos mentales. Un modelo mental es como una especie de anteojo entre el ojo y la realidad, que no cambia la realidad observada sino la interpretación que de ella hace el observador. Y el modelo mental se compone, para cada uno de nosotros, de nuestras particulares experiencias, educación, ambiente familiar, patrones culturales, creencias, etc. Por lo tanto, entiendo que es clave diferenciar hechos de opiniones si queremos que cada conversación sea un ejercicio de aprendizaje, en lugar del jueguito clásico de ver quien tiene razón.
Yo puedo opinar que el cianuro es positivo para la salud, y un médico tendrá una opinión diferente, basada en su estudio. Pero el hecho es uno solo: si tomo cianuro me muero.
Por lo tanto, además de invitar a que tengamos más respeto por las opiniones fundadas en el estudio de los hechos y entender que no todas las opiniones tienen la misma validez (el ejemplo del cianuro), cierro con la frase de un viejo y sabio (según mi opinión) jurista que sostuvo “los hechos son sagrados pero las interpretaciones son libres”.
Si alguno de mis queridos maestros coaches quisiera aportar algún texto complementario sobre modelos mentales se los agradecería muchísimo.